Pues déjame decirte que estás equivocada si piensas que el black metal noruego no es satánico: estamos hablando de gente que solo sabía suicidarse o asesinar a sangre fría un par de homosexuales si se los cruzaba en una plaza oscura. Así que tampoco hay que ser demasiado culto para escuchar este tipo de música, ¿cómo crees? ¿Acaso hay que recordar el odio profundo que sentía Euronymous por todo lo que no fuera black metal? En 1992, en medio de una entrevista radial, contó cómo tiraban cabezas de cerdo desangrándose al público sediento de enajenación y locura, para que solo quedaran los más aptos entre los asistentes, ese puñado de jóvenes capaz de tolerar cualquier tipo de crueldades. Era una idea que, además, se le había ocurrido a Dead, ya muerto por entonces: solo quien pueda soportar la podredumbre de una lluvia de sangre animal será digno de Mayhem.

“Lo importante es que sea satánico, eso es lo que hace que sea black metal”, declara Euronymous en esa entrevista. Podrá parecerte una actitud profundamente poser como dices, pero no podrás negar que en definitiva esta pose era una forma de ser, estar y habitar el mundo, y no una simple y estúpida apariencia. Lo confirma, de hecho, el mismo baterista que dejó la banda antes del inicio de la época dorada, cuando asegura que la idea de quemar iglesias era simplemente eso, una idea, charlas que tenían en medio de botellas de whisky y cerveza; pero sobre todo era una idea de Euronymous, que se había tomado como una cruzada bastante personal la lucha contra el cristianismo. “Nunca nadie imaginó en quemar una iglesia de verdad”, asegura el baterista en el documental Pure fucking Mayhem.

Para Euronymous estas palabras en medio de trasnoches alcohólicas (recordemos, claro, que él no tomaba ni fumaba y despreciaba a quienes sí) eran un paso previo a su realización, un momento antes de su concreción material. Por eso sus compañeros y amigos se extrañaron al día siguiente cuando vieron en las noticias llamas de fuego consumiendo las piedras de esos “monumentos culturales del pasado” como llamó a las iglesias el vocalista Attila Csihar: “son monumentos y no estoy a favor de la destrucción del patrimonio cultural, ni el nuestro ni el de ningún país”. Nadie pudo entender que Euronymous había llevado la esencia del black metal a su extremo; o consideraban, como el bajista Necrobutcher, que se entretenía como en “un juego de niños”, típico de la edad adolescente que muchos de ellos atravesaban.

Es preciso en este punto establecer una verdad: Euronymous había enloquecido de poder, fue quizá el más visionario de todo Mayhem. Sabía las posibilidades de crecimiento que tenía la banda, la potencialidad de un género naciente que no había sido explotado en una Europa de finales de siglo donde reinaba un sentimiento de incertidumbre con respecto a un futuro de cambio tan cercano: la caída del muro, la desesperanza, el grunge, el fin de los ideales y la historia. Noruega, un país gobernado por las buenas costumbres, índices favorables de crecimiento, educación y pobreza, un lugar paradisíaco en más de un sentido (montañas, bosques, silencio, naturaleza, idilio), una nación inclinada a ideas de izquierda, era el lugar perfecto para mostrarle a esa sociedad su lado oscuro, la mugre que se ocultaba bajo el tapete, la doble moral, sus miserias. Euronymous era uno de los portadores de esta consciencia, sino el único, quizá hasta sin saberlo. Todo lo que vino después no fue más que una consecuencia de su proyecto artístico, musical y político.

Es cierto, ¿Vikernes también dice como tú que el black metal era un género muy poser, solo para niñitas rebeldes creyéndose malotes que la iban de satanistas? Pues a Vikernes habría que recordarle por qué obtuvo los 21 años de pena máxima en una cárcel de Noruega.

Euronymous lleva esta conciencia de la superioridad del black metal y su satanismo liberador a un nivel de realidad insoportable en el episodio de la muerte de Dead. Aquí empieza el verdadero satanismo, la causa que abrazó Euronymous desde el nacimiento mismo de Mayhem. Antes tan solo habían sido, como dijo Necrobutcher, juegos de niños, indicios, insinuaciones, aparentes inclinaciones por el Mal… Pero desde el suicidio de Dead las cosas cambian tanto para la banda como para Euronymous, y su guerra contra la iglesia y el Bien en general, y la falsa conciencia y la doble moral que azotaba las mentes europeas. Según los demás integrantes de la banda, incluido el grupejo de amigos que había reclutado en su pequeña disquería Helvete, el narcicismo había dominado por entero a Euronymous.

“Euronymous creyó que el único integrante de Mayhem era él y llegó a decir que los demás simplemente éramos extras”, se sincera Nectrobutcher en otro documental de impecable factura. A ti te vendría bien verlo, se llama Once upon a time in Norway. “Era imposible hablar o discutir con él si estabas en desacuerdo con alguna opinión suya. Creía que todas las otras bandas eran una mierda y que la única valiosa era Mayhem, tal vez la banda británica Venom, verdadera fundadora del black metal, pero Euronymous no pensaba que fuera lo suficientemente satánica”, dice el baterista Hellhammer.

El punto de quiebre de Euronymous es la muerte de Dead. Su reinado comienza a ser único desde ese momento, un verdadero estado totalitario dentro de la banda que solo podía ser amenazado por el vocalista ahora felizmente difunto.

Es saludable y necesario que dos personalidades tan distintas entre sí tengan chispazos de odio y resentimiento como ellos lo tuvieron, pero vale sobre este punto la pregunta: ¿hasta dónde eran capaces de llegar? ¿Es la muerte un límite natural a dos sujetos que se oponen como el agua y el aceite? No se debe dejar de lado la atracción que debían sentir el uno por otro, tan pero tan fuerte que Euronymous, cuando encontró la nota suicida de Dead (“sorry for all the blood, cheers”), y la materia encefálica colgando de su cabeza, la boca abierta y negra en su mutismo, el arma de doble caño con el que se había disparado y el cuchillo ensangrentado que no había sido suficiente para rasgar la garganta, digo, no es extraño que su reacción no haya sido otra que ir a comprar la famosa cámara desechable con la que registró el momento que quedó para la posteridad en el álbum semi legal Dawn of the black hearts: los sesos decorando el suelo, la sangre espesa adherida a las botellas de alcohol, los ojos idos de Dead.

En relación a esto, y aquí es a donde quiero llevar el desarrollo de mi argumento, hay algo que la gente no sabe, que muchos desconocen y es parte de la historia no oficial. Como bien dijo alguien más arriba: “todas las bandas contemporáneas saben lo que pasó, Mayhem sabe, Emperor, Darkthrone, todos los que vivieron la verdadera escena del black metal”. ¿Qué es lo que saben? Esta parece una verdad grande como un puño a la que se le debe prestar atención. Llegará el día en que se conozca lo que realmente sucedió, porque ha afectado no solo al black metal, sino a todo el mundo, a una cantidad de personas en distintas partes del mundo que también saben pero callan; por alguna extraña razón lo callan.

Pero yo estoy dispuesto a revelarlo. No tengo miedo; no me interesa la posteridad ni la vida, mi apego a las cuestiones materiales es inexistente, apenas me levanto cada día para sobrevivir y absorber la mugre de este condenado sistema en perpetuo fracaso. Como reza la filosofía del verdadero black metal, mi designio es la muerte.

En aquel episodio del suicidio de Dead, Euronymous no compró solamente una cámara desechable con la que registró para la eternidad lo que Dead se hubiera sentido muy orgulloso de presenciar: su propia muerte, su hermosa y querida muerte; Euronymous compró también una cámara de filmación con la que grabó el momento en que fabricaba collares con pedazos de materia encefálica de Dead; grabó cosas que ningún integrante ni nadie en la escena del black metal se ha animado a decir. Nadie, ni siquiera los documentalistas, los investigadores y críticos más honestos han tenido la valentía de sacar a la luz lo que ha enloquecido a miles y miles de personas a lo largo del planeta.

Una de ellas es, por supuesto, Vikernes. Él es la pieza faltante, la clave en el enorme sistema que Euronymous había concebido para regar a Europa, en primer lugar, pero el mundo entero después, de muerte, satanismo y oscuridad.

La fascinación de Euronymous con Vikernes nace de la envidia por su talento. Si Euronymous fue el habilidoso ideólogo de una imagen, y Dead el fatalista pasional que entregó su vida por una causa, Vikernes siempre fue el mejor músico de Mayhem. Un tipo que logra armar una banda solo, creándole una estética determinada, un sonido particular como lo hizo con Burzum, tocando todos sus instrumentos, y que encima es capaz de declarar que no se juntaba con metaleros por considerarlo un ambiente de mierda, y que prefería asistir a fiestas technos, no puede ser menos que un genio. Luego de la muerte de Dead, Euronymous incorporó a Vikernes como integrante de Mayhem, y esa decisión sencilla pero compleja al mismo tiempo fue su propio epitafio. No solo por su conocido final, sino porque Vikernes es uno de los pocos en el planeta que ha visto el video secreto grabado por Euronymous y el que ha logrado lo que cualquiera hubiera querido: asesinar a Euronymous.

Ninguna de las teorías en torno al asesinato de Euronymous difundidas por Vikernes es cierta, empezando por la del propio verdugo. Con una diferencia de años, Vikernes ha dado por lo menos dos versiones diferentes sobre el homicidio. La primera está escrita en el documento que bien reseña el video ¿Por qué Varg Vikernes mató a Euronymous? Se encuentra a disposición de cualquiera a tan solo un par de clicks. Allí Vikernes en principio desmiente una teoría que circula, en la que Euronymous tenía la intención de sacar un disco pero que estaba falto de dinero, y entonces él decide prestarle plata para producírselo. Euronymous, sin embargo, no se la devuelve y él simplemente lo acuchilla en la cabeza… A Vikernes no le faltaba la plata ni tampoco le importaba, de manera que es una falsa suposición de los fans, ¿acaso podría haberlo asesinado por una razón tan ridícula? La enorme carga de significado que pesaba sobre el nombre de la banda Mayhem no merecía un final tan rudimentario y de escaso vuelo para su guitarrista estrella.

Vikernes tenía por entonces (estamos hablando de enero de 1993) la plena seguridad de que Euronymous quería matarlo porque le había enviado una amenaza de muerte mediante una nota anónima (se sabe de la adicción de Euronymous por las notas amenazadoras de muerte hacia personas que no le caían bien), razón por la cual Vikernes decidió adelantarse a su posible agresor, y con la excusa de hablar sobre temas contractuales de la banda, se apareció en su casa pasada la medianoche y le atravesó el cerebro con un cuchillo.

Vikernes afirma en el mencionado video que fue uno de los mejores amigos de Euronymous quien le confesó los planes macabros del megalómano guitarrista de Mayhem: “me noquearía con un arma paralizante, me ataría y me pondría en el maletero de un auto; entonces me llevaría a un campo, me ataría a un árbol y me torturaría hasta la muerte mientras lo grababa todo”. Estas últimas palabras, subrayadas por mí, aparecen como reveladoras. Tal como lo había hecho con Dead, Euronymous planeaba grabar el asesinato de Vikernes: planeaba, eso sí, sin duda, como un ritual negro de invocaciones satánicas, grabarlo todo.

La segunda versión es más actual y puede encontrarse fácilmente en cualquiera de los perfiles de Vikernes. Allí, en otro video, sentado sobre el asiento conductor de un auto, vestido con su clásico uniforme militar, ya viejo y maduro luego de haber cumplido la condena en la cárcel, confiesa que Euronymous era una mala persona, todos lo sabían en la escena del black metal, y estaba seguro de que este planeaba matarlo porque había escuchado una conversación telefónica entre Euronymous y Snorre Vestovold Ruch, desde la voz de Euronymous, en la que le contaba abiertamente sus planes de asesinarlo.

Quizá nunca se sepa realmente la verdad, pero hay muchas señales que nos hacen pensar que Vikernes está enterado de la existencia del video satánico filmado por Euronymous al momento del suicidio de Dead y no quiere o puede revelar; esta imposibilidad ha ido minando su razón hasta arrinconarlo contra las cuerdas del ring de la locura. ¿Será Vikernes, finalmente, una víctima, una más en este mundo? ¿Qué vio Vikernes en aquellas imágenes que lo perturbaron hasta consumar el asesinato no del todo planeado hacia un compañero de una banda musical? ¿Qué registró Euronymous en su cámara casera con el cuerpo todavía tibio de Dead? ¿Pueden un conjunto de imágenes y sonidos llevarnos a la locura? ¿Puede el silencio, una palabra, un sentimiento, una situación, penetrarnos tan hondamente hasta cambiar desde un momento y para siempre nuestra persona? Solo Vikernes sabe lo que vio; esa conciencia parece excederlo, se lo ve perturbado, nervioso, un poco ido: uno llega a dudar de que sepa lo que han tenido registro sus ojos.

Vikernes pensaba entonces que Euronymous “planeaba grabarlo todo” sobre su muerte, como había hecho con Dead. El mismo Vikernes sabía que no podía entregarle al mundo esta verdad, por eso ha ido desplegando una serie de estrategias. En secreto, es posible hilar una serie de indicios que indican la historia completa de esta funesta invocación al Mal. La reconstrucción de todos los elementos, como un rompecabezas, muestra una idea acabada del proyecto romántico de Euronymous. El verdadero satanismo no residía en sus actos, ni mucho menos en su espíritu autodestructor, sino en su pobre y maltratado corazón.

Vikernes pone pistas que no son visibles en un primer momento, pero si uno es lo suficientemente cuidadoso y observador, en cada uno de sus videos puede ir recolectando cierta información. En sus videos siempre aparece un número, siempre fugazmente, siempre en un rincón, a un costado, en el fondo del plano, en el piso, detrás de un sofá azul, en el collar de un perro, entre los pelos de una niña rubia, en una caja de cereal vacía, en la puerta de una heladera colmada de embutidos y cerveza, entre las páginas de un libro viejo, sobre la funda de una guitarra eléctrica, junto a un montículo de basura detrás de una escoba, colgado de una rama de un árbol húmedo, borroso después de una tormenta en un cartel señalizador en una ruta estrecha, en la oscuridad de su cuarto maloliente, atrapado en su barba gris, dado vuelta en el moho verde de una piedra en el bosque, dibujado en un bidón de nafta lleno, en el filo de un hacha que sostiene firme con una mano, en el vaivén de los copos nevados que caen sobre el tejado de su casa; siempre es un número distinto, pero siempre es un número. Al parecer, un número cualquiera.

Yo creo que una determinada combinación de esos números puede darnos el acceso al video grabado por Euronymous; esos números son el título del video que circula en alguna parte. Solo hay que dar con los números correctos, con la contraseña correcta, con el dominio correcto.

Vikernes, y las personas que han visto el video, solo pueden dejarnos pistas, pequeños datos, información oculta, mínimos rastros, pero nunca revelarnos la dirección exacta del video satánico, porque al final del camino solo encontraremos lo que él mismo encontró aquella noche en que enterró el cuchillo en la cabeza de Euronymous; encontraremos aquello de lo que fueron testigo las cuencas vacías de vida de Dead mientras Euronymous registraba el innombrable momento.

Voy a dejar, por último, una breve lista de las personalidades que han visto el video satánico. Espero esto sirva para que vuelvas a reflexionar sobre el tema y entiendas que es más complejo de lo que piensas:

–Uno de los yernos del presidente de los Estados Unidos de América. Mano derecha del presidente, de pocas apariciones públicas debido a su timidez, ha dicho en alguno de esos reportajes a un medio oficialista que la guerra contra el terrorismo es necesaria para terminar de una vez por todas y para siempre con los regímenes que impulsan un mundo donde se derrama sangre y luego se pide perdón y se hace un brindis por ello, en clara alusión a la nota suicida dejada por Dead.

–La primogénita de la familia Jackson, hermana de Michael. Luego de acompañar a su hermano en el escenario en una presentación en Oslo, en el invierno de 1997, aseguró que amaba al país porque en él se habían desarrollado las bases incipientes del sistema que cambiaría al mundo en los “trozos de cerebro que cuelgan del pecho de cada uno de ustedes”. En principio, hubo estupor en los medios locales por la frase de la cantante, algunos programas estuvieron días riéndose de su buen gusto para vestir y elegir metáforas elogiosas para sus fans; otros simplemente hicieron foco en su carácter de extranjera y americana, y el rencor que debía sobrellevar de alguna manera por vivir a la sombra de un hermano más exitoso: si no era por el talento, de alguna otra forma debía llamar la atención. Como al pasar, en un programa de chimentos de la tarde, un panelista sugirió en medio de las risas del conductor y las imágenes de la hermana de Michael en pantalla, que con esa frase quizá pudiera haberse referido a la masa encefálica de Dead que Euronymous convirtió en un collar. Su comentario pasó desapercibido y nadie lo retomó al término de la tanda comercial.

–Un bailarín de la cantante Lady Gaga. En año el 2009, en plena gira asiática en la capital del país nipón, entre su vestuario incluyó un distintivo corpse paint que llamó la atención de la prensa, a pesar de que la originalidad de su vestuario era siempre una de sus marcas registradas. En su sección de espectáculos el periódico The Asashi Shimbun tituló: “Lady Gaga brindó un festival hiperrealista que causó perplejidad y miedo”; el Yomiuri Shimbun le dedicó un pequeño recuadro con una pregunta sincera: “¿Lady Gaga se ríe de la muerte?”. El corpse paint no era solo un maquillaje ni el dibujo de un cadáver sobre la piel: se trataba de sangre real, huesos humanos o animales colgando del escenario y los instrumentos. La cantante le restó importancia al tema, y en alguna de sus redes declaró que su sentido del humor negro le trajo problemas desde niña, pero que ya era demasiado tarde para cambiar. El episodio fue olvidado a las pocas semanas, y años más tarde, en un reality de talentos nacionales, un chavo flaco y quebradizo se presentó en el escenario como un antiguo bailarín de la famosa cantante Lady Gaga, que estuvo presente en el homenaje secreto a la banda de black metal Mayhem: “antes del show, todos, incluida Lady Gaga, nos sumergimos en una piscina llena de sangre y animales muertos” porque así era como dormía Dead: animales en descomposición bajo el colchón para no olvidar el hedor de la muerte. En ese momento, todos rieron a carcajadas y al bailarín no le quedó otra opción que ocultar su dolor y unirse a la risa general del jurado y el público.

–La mascota de los Cleveland Cavaliers de la NBA, un perro alocado que en sus performances divierte al público con sus volcadas al aro en las que sale lastimado o rengueando.  A veces aparece entre la gente robándoles sus pertenencias, corriendo de aquí para allá con el sombrero de un viejito o el celular de algún despistado, entonces el perro se pone histérico y las risas estallan en las gradas. Pero nunca llegó a sorprender como la vez en que en un encuentro local contra Detroit Pistons regó el parquet de una sangre artificial que le brotaba de las muñecas. Nadie entendía qué estaba ocurriendo, algunos niños lloraban presenciando la muerte del querido representante de su equipo de básquetbol, otros indignados abandonaban sus asientos y un tercer grupo se tomó tan en serio la actuación que invadió el campo de juego desesperado por ayudar a la mascota. Habría que bucear a fondo para encontrar en la historia de este deporte una puesta en escena tan convincente como la de aquel pobre diablo disfrazado aquella noche con un pesado traje de perro, harto ya de la vida y de todo, buscando difundir el mensaje del video satánico en una muestra radical de lo que es capaz de causar su visionado. Como Dead cuando se cortaba las venas y ofrecía sangre a sus fans arriba del escenario, desde su pequeño lugar, la mascota de los Cavs trató de alertar al mundo del riesgo que corría y del hilo frágil sobre el que pende la razón humana.

–El representante del futbolista argentino Milton Leonel el “Mudo” Passaglia, hermano menor del escritor Derian Passaglia. Cuando era menos que una joven promesa destinada a pisar el césped de grandes estadios de las ligas europeas, Passaglia se sintió en la obligación de contratar un representante que manejara su carrera. La apuesta no salió del todo bien: a partir de ese momento su rendimiento se viene a pique. Muchos han depositado la culpa en su representante, quien por apurar los procesos económicos y no deportivos prefirió vender al jugador a un mercado futbolísticamente intrascendente como lo es el turco, a un club de mediana jerarquía y nula ambición deportiva. Además de estos percances, Passaglia se ha visto perjudicado por las sucesivas lesiones. Consultado por la caída abrupta de su rendimiento, el representante tomó la decisión de responder con vaguedades: “llegará el día en que la combinación exacta de los números posea el espíritu de Passaglia y pueda al fin explotar”, “Passaglia tiene el estilo de juego de un guitarrista de una banda noruega: explosivo, letal, prepotente, trágico”, “nadie sabe que detrás de su talento se esconde la fuerza de la muerte”. Las alusiones que remiten directamente al video satánico grabado por Euronymous han llevado al representante a varios intentos de suicidio y a condenar a la carrera del Mudo Passaglia a desarrollarse en las ligas ocultas del interior de su país.

–El esposo de la modelo Emily Ratajkowski. En las fotos que sube a sus redes se descubre siempre un número en alguna parte. Si se las comparan con los videos del propio Vikernes, se notarán ciertas similitudes en la distribución de los números, que aparecen escondidos en algún rincón, en el cielo de una playa del caribe, en el fondo de un largo trago con whisky y ron, en el estampado de una playera blanca tomando sol al pie de una alberca, etcétera. Para más coincidencias, los números del esposo siguen un patrón determinado que continúa la serie iniciada por Vikernes, pero sumándole una unidad. Por ejemplo, si en el último video subido por Vikernes a su cuenta se ve en pocos segundos, en el reflejo de un espejo, el número 8; al día siguiente, sin retraso, el esposo cuelga una foto junto a Emily en una discoteca donde las luces dibujan en la oscuridad el número 9. Alguien le ha llamado la atención sobre este hecho en uno de sus posteos. “¿Has visto el video satánico de Euronymous?”, se deja leer un comentario perdido de un usuario centroamericano. Curiosamente, el esposo, que no es muy dado a las respuestas de la gente, le responde en inglés: “haha soy un hombre ludópata no satánico”.

–Mi madre. Cierta vez en que me llevaba al colegio en coche, la radio que escuchábamos llenó los parlantes del sonido distorsionado y profundo de Mayhem, un tema del álbum De mysteriis dom sathanas, que fue lanzado inmediatamente luego de la muerte de Euronymous, específicamente “Freezing moon”, primer corte de difusión de la banda, cuya letra está dedicada a la memoria de Dead, y que fue escrita por él mismo. Mi madre entonces pronunció estas palabras de la nada: “hijo, quiero que me jures una cosa, jamás confíes en las imágenes en video que puedas llegar ver por ahí”. Mi madre, una mujer de pocas palabras, luego de pronunciar esa frase como poseída por un espíritu maligno, dio vuelta la cara para dedicarme una sonrisa tensa. En todo el viaje no volvió a abrir la boca.

Estos son solo algunos ejemplos. Muchos de los que han visto el video ni siquiera, a lo largo de sus vidas, ofrecen un simple indicio. Guardarán el secreto hasta el último día; el secreto de las inconfesables perversidades cometidas por el miembro de una de las mejores bandas de black metal en el mundo, en el fondo un inocente niño que no ha podido adaptarse a la realidad, un idealista perpetuo del mal, quedará bajo llave.

Podría ser una novia con inclinaciones por las obras de místicos o profetas; podría también ser un hermano que decide, de un día para otro, despreciar a la iglesia; podría ser el quiosquero del barrio que repentinamente cambia el color de su pelo, de su atuendo, de sus cortinas, por el negro. Podría ser cualquiera. Solo hay que estar atento.

Sobre El Autor

Derian Passaglia nació en 1988 en Rosario, Santa Fe, donde vivió hasta los 18 años, edad en la que se mudó a Buenos Aires. Trabaja en una escuela secundaria y se desempeña como columnista en El trueno. Dicta el taller de lectura Poesía argentina de los noventa.

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