Mayer Hawthorne y Jake One, que se unieron por un amor compartido por Chic, Parliament y los otros tótems del funk, fueron los primeros en predecir los grandes cambios que experimentaría la música estadounidense en 2016. Su primer lanzamiento en marzo de 2015 debutó en el puesto # 1 en las listas de RnB de iTunes America, bautizado como «Dance Floor Catnip» por el Boston Globe, y «Pure disco-funk hot fire» por Okayplayer.

El segundo álbum de Stones Throw Records se estrenó con una actuación especial en Jimmy Kimmel Live y Noisey lo denominó «Straight-up funk magic». Teniendo en cuenta sus éxitos individuales (los cuatro álbumes en solitario de Mayer, el trabajo de producción de Jake para artistas como Drake, Future, The Weeknd y De La Soul) y ocho nominaciones al GRAMMY entre los dos, no es de extrañar que sus poderes combinados hayan vuelto a producir la cachetada absoluta, perfecta para fiestas de baile en 2019 y más allá. El cuerpo de trabajo de Tuxedo, aunque totalmente original, es un ejercicio para honrar a sus antepasados, recordando el bamboleo funk de Zapp, Gap, Jam / Lewis y Junie Morrison, mientras asiente líricamente a Mtume, Jodeci y Cameo. La cristalización del concepto de la canción es cortesía de su mensaje de amor universal; gracias a la combinación característica de soul y sensibilidad pop que han llegado a definir el gancho de Tuxedo.

«Esto es música de celebración …», dice Mayer en una entrevista reciente con NPR, uno de los muchos medios que cubren el ascenso de Tuxedo. Después de todo, el ritual trascendental de la fiesta y la autoafirmación ondulante del funk son de un solo espíritu: el espíritu del amor propio … de la autoexpresión. La música de Tuxedo es un testimonio moderno de unidad y positividad en tiempos difíciles. Es un recordatorio de que la pista de baile siempre estará ahí para darte la bienvenida, seas quien seas.

«La única vez que usas un esmoquin es cuando es hora de ir de fiesta». Eso dijo el legendario músico de la costa oeste Snoop Dogg en la pista de apertura de Tuxedo II. La bendición del Doggfather fue de especial importancia para Mayer Hawthorne y Jake One, cuyo segundo álbum los encontró a la vanguardia de la nueva ola de gangster boogie, una que le debe tanto al G-funk como al P-funk.

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