Visitamos al artista visual Javier Barilaro en su muestra La industria gráfica produce cultura, una retrospectiva de sus trabajos en editorial Mansalva, Eloisa Cartonera y de algunas obras de producción textil.
Javier Barilaro forma parte desde hace más de diez años de Eloisa Cartonera, un proyecto cooperativo editorial de literatura latinoamericana donde no hay reproducción mecánica sino que cada pieza es única. La producción se hace con stencils y los trabajadores suelen ser excartoneros. El artista tiene varias piezas diseñadas en cartón, tapas elegidas por ser minimalistas, collages hechos con capas de tapas, una tapa que realizó para Francisco Garamona, su socio y editor en Mansalva; porque los proyectos de Javier se encuentran permanentemente, entre las tapas expuestas también vemos a su socio de Eloisa Cartonera, Washinton Cucurto, editado por Mansalva.
En la muestra recorremos la carrera de este artista cuyas piezas dan cuenta de un gran riesgo que se cristaliza ante el valor cultural y social de los proyectos que enmarcan su producción. Barilaro genera ámbitos de expresión para sí mismo y de reproducción de su capital cultural para otros, vemos a un artista que genera diseño gráfico artesanal, pero también el crecimiento autónomo de los proyectos que él ha impulsado; una de las obras es una caja artesanal en cartón para cuatro libros, de una edición especial que Eloisa Cartonera llevó a la Bienal de San Pablo, cuando fueron invitados a participar en el año 2006, donde además trabajaron y editaron nuevos libros.
Dentro de las piezas producidas para Mansalva nos encontraremos con la primer tapa de la editorial, última prueba de impresión que nunca imprimieron. El artista reprodujo pintadas muchas de las tapas, aún cuando su presentación haya sido digital en la instancia editorial, convirtiéndose en un relato íntimo del proceso de producción como tapa rechazada de César Aira o Aún soltera, de Dani Umpi, cuyo diseño tocó ocultar tras una etiqueta para evitar problemas legales con la protagonista de la imagen propuesta inicialmente.
Otras tapas fueron hechas especialmente para la muestra, a partir de la imagen que se editó y en relación al gusto del artista por generar una nueva pieza más de su gusto. En su proceso de creación Javier Barilaro se permite reproducir técnicas de otros artistas como Mondongo, haciendo un bosque de plastilina en la maqueta de la tapa diseñada para Sergio Bizzio. O copiar la técnica de retrato de la novia de un autor y así generar la tapa, como también contemplar una maqueta para 900 páginas como una escultura y darle otro soporte. Contradecir las reglas del diseño gráfico por gusto, exploración, tapas que él mismo considera malas porque entorpecen el entendimiento.
Una mesa nos inivita a la lectura, ediciones de la precursora de Eloisa Cartonera, Ediciones Eloísa, también proyecto compartido con Cucurto.
Finalmente en el recorrido vemos obras vinculadas a su producción textil, diseños para etiquetas de vinos y obras realizadas en el marco de otra cooperativa, una carpintería de reciclado de palets.
A lo largo del recorrido nos encontramos con un artista cuya obra trasciende la expresión individual, construye puentes culturales y disciplinarios, genera industria que además es cultura por su forma de constitución.
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