A comienzos de la década del 80 el comic norteamericano se vio redefinido por la llegada de una nueva generación de autores que dejaron su impronta en las cabeceras más importantes de las editoriales tradicionales, acomodando la mitología contemporánea instalada, según las necesidades de una época más oscura: La guerra fría dejaba su impronta en el imaginario pop.
En 1983 Walter Simonson, un entusiasta de la mitología nórdica e islandesa se hizo cargo de la colección The Mighty Thor de Marvel comics, impulsándola a convertirse en un clásico instantáneo del noveno arte.
Durante su andadura, Simonson supo equilibrar el costado fantasy y CiFi del universo estructurado por Lee y Kirby con sendos guiños a la información mitológica contenida en la Edda Mayor y en la de Snorri Sturluson.
El periodo de Simonson no ha dejado de reimprimirse y generación tras generación de lectores lo reivindican como el más notable de toda la andadura del personaje.
Más de treinta años después de su primer contacto con el dios del panteón de Marvel Simonson retoma las aventuras del Dios tronador, pero esta vez en IDW.
Claramente no se trata del Thor de los Vengadores, como tampoco es una versión fiel al mito tradicional escandinavo, se trata más bien de una versión personalísima que el autor hace de ese universo y tal vez esto sea lo más excitante para los lectores.
RAGNARÖK
Así titulada, la nueva colección de IDW inicia su narración muchos años después de la caída de los dioses, en un escenario devastado, una tierra yerma en donde los sobrevivientes de distintas especies habitan en un escenario de plena anarquía.
Brynja, una elfa negra de Svartalfheim es comisionada para encontrar a un Dios de piedra muerto y asegurarse de su condición de tal. Con ese fin es que recluta un ejército y sale a su búsqueda. Finalmente encontrará el cadáver momificado de quien fuera el dios del trueno, pero el cortejo fúnebre no logrará sino revivir aquel cadáver gastado.
Una vez más Thor empuñará el martillo Mjölnir y saldrá a recorrer los páramos de la existencia para hacer tronar el escarmiento.
Su progresivo resurgimiento estará marcado por la información que Thor vaya reuniendo acerca del pasado ragnarök. La adquisición de “el ojo de Odín” será un primer paso para tener una visión completa de la tragedia que permita justipreciar el tamaño de la venganza.
Una vez más Simonson demuestra su habilidad para retorcer y manipular los personajes y motivos de las sagas nórdicas en busca de nuevas aventuras.
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