El presente artículo no es un estudio erudito sobre la filosofía taoísta. No pretende echar luz, ni siquiera de forma mínima, sobre el término con el que se identifica a dicha doctrina. Muy por el contrario, tal vez, la única intención sea sumergirlo nuevamente en las sombras, de donde salió por primera vez hace ya tanto, esperando que de esta forma, recobre su carácter más simbólico.
A lo largo de la historia china las particulares condiciones regionales, tanto topográficas y climáticas como sociales y políticas, han fomentado el surgimiento, en apariencia espontáneo, de distintos tipos de pensamiento. Éstos, organizados en escuelas filosóficas y devenidos en corrientes religiosas, atraviesan desde hace más de dos mil quinientos años, y aún hoy, en mayor o menor medida, la cultura del país del centro de forma única e idiosincrática. Su refinada identidad cultural y el gran desarrollo tecnológico convirtieron a la China en el centro gravitatorio de Extremo Oriente. Así, sus manifestaciones culturales tan características, lejos de quedar confinadas a las fronteras políticas del imperio, se transmitieron a los reinos vecinos, difundiéndose hasta Japón a través de Corea, y por todo el Sudeste Asiático.
De todas estas corrientes de pensamiento, el confucianismo y el daoísmo han sido las de influencia más extendida, tanto interna como externamente. En particular, el daoísmo, la corriente más enigmática y ambigua, tuvo su origen alrededor del siglo III a.C a partir de las enseñanzas de Lao-tsé o Laozi (c. 570-c. 490 a.C.). Según los registros históricos, “Laozi vino originalmente de Ku, un pueblo en el Estado de Chu. Su apellido era Li y su nombre personal Er; él se hacía llamar Dan. Vivió durante la dinastía de Zhou (ca. El siglo XI AC – 256 AC), y actuó como la cabeza de la biblioteca del estado”. [1]
De acuerdo a las leyendas, se supone que Laozi dejó escrito el Daodejing, el gran tratado filosófico chino, cuando abandonó China para irse a vivir a un lugar desconocido de Occidente, a pedido de un guardia de la frontera.
Con respecto al Libro de la Vía y la Virtud[2], parece ser una de las obras más traducidas de la historia del hombre, y ciertamente, el mayor exponente chino en este sentido. Este pequeño libro de tan sólo 10.000 caracteres tuvo una enorme influencia en el pensamiento y la cultura chinas y orientales. Aunque en un primer momento pareciera ser un compendio de antiguas enseñanzas místicas, la densidad de su estilo sugiere que es obra de un único autor. El libro está compuesto por rimas casi en su totalidad, y puede ser leído como un poema filosófico sin encontrar líneas de ruptura.
El Taoísmo, o Daoísmo de acuerdo a la romanización ‘pinyin’, postula que existe ‘un camino’ o Dao que todo lo abarca, y que es, a su vez, inabarcable. El Dao se presenta como la esencia o naturaleza innata de todas las cosas, y del hombre entre ellas. Así, el hombre sabio busca el ‘wu wei’[3], es decir, que deja que todo suceda espontáneamente de acuerdo a su curso natural.
Sin embargo, a pesar de las muchas escuelas y religiones, filosofías y posturas, que ostentan el Dao como fundamento, y a pesar de las numerosas traducciones e interpretaciones más modernas del Daodejing, aún no existe un consenso categórico con respecto al significado de la palabra Dao. Al igual que el ‘logos’ griego, Dao tiene una cantidad de traducciones funcionales a distintos ámbitos.
Haciendo una lectura rápida del Daodejing, notamos a primera vista que la palabra Dao o Tao es la más repetida de la obra. Salta a la vista, incluso del incauto, que es éste el concepto central de toda la filosofía taoísta. Sin embargo, a pesar de la naturalidad con que se lo nombra o se le hace alusión, ‘Dao’ es un término sumamente escurridizo. A él se debe la reputación de confuso e impenetrable que se les atribuye tanto al taoísmo como a su fundador Laozi, llamado el Oscuro.
A pesar de esto, es sorprendente notar que en la mayoría de las traducciones se designa Dao con un vocablo sumamente familiar y cotidiano: ‘el camino’, lo cual es bastante acertado. Esta traducción común, en sus diversas formas (camino, vía, curso, sendero, método, forma, medio, etc.), pierde un poco de profundidad con respecto al término original, notable más que nada en la pérdida del carácter circular y dinámico al que hace referencia Dao.
En la China antigua, la palabra Dao era utilizada para designar un camino o sendero, pero también como método para hacer algo, como una forma o manera de actuar. Pero debemos hacer la siguiente aclaración. En chino, los sustantivos no llevan artículo. Así, ‘el camino’ es simplemente mencionado como Dao, lo cual da la impresión de incluir a todos los caminos, senderos, vías y formas. Vemos como ‘Dao’ tiene un carácter más abarcativo que ‘camino’.
Otra diferencia esencial entre ambas palabras es que ‘Dao’ puede ser usado como verbo. El ejemplo más famoso es el que se refiere a la primera línea del Daodejing:
“Dao ke dao fei chang dao”
Literalmente esto significa: “Tao puede ser Tao no Tao constante”.[4] Alan Watts, en su obra ‘El Camino del Tao’ propone: “El Tao que puede ser taoizado no es el Tao absoluto”. De acuerdo a este autor, debemos ser constantes en la transliteración del término. Si hemos de crear un neologismo al transliterar ‘tao’, debemos hacer lo mismo con su acepción verbal ‘taoizar’.
En otros casos, ‘taoizar’ es reemplazado por traducciones que expresan el carácter verbal de la palabra, como ‘nombrado’ o ‘definido’. A continuación analizaremos la primera línea del Daodejing de varias traducciones para comparar los diferentes sentidos que se le asignan.
El Sendero que es el Sendero, no es el Sendero ordinario.[5]
Del Tao se puede hablar, pero no del Tao eterno.[6]
El Tao que puede ser expresado no es el Tao perpetuo.[7]
El Dao que puede expresarse con palabras, no es el Dao permanente.[8]
El Sentido que se deja expresar no es el Sentido Eterno.[9]
Así vemos que el término, y la forma de explicarlo, continúan siendo ambiguos aún para los más grandes eruditos. Y es que cualquier texto escrito prescinde de un elemento esencial para el taoísmo, que es el maestro mismo. En nuestra opinión, el taoísmo ha sobrevivido a través de los tiempos gracias a la acción, o inacción, de los maestros del Dao, hombres que enseñaron el camino, no tanto por lo que han dicho, sino por su forma de moverse entre los hombres: actuando en el mundo como si no estuvieran en él.
Por lo tanto, no creemos aconsejable intentar traducir el término por temor a limitarlo. Creemos que precisamente en su multiplicidad semántica es que el Dao ha encontrado una renovación constante, y ha permitido una filosofía siempre perenne. Definir Dao sería ‘cosificarlo’, reducirlo a una cosa cuyo valor, por más alto que sea el ideal que designa, no podría más que desmerecer ‘el camino’. Entendemos que dentro de la palabra ‘Dao’ está contenido todo el texto del Daodejing e incluso, la filosofía a la que dio origen.
BIBLIOGRAFÍA.
LAO TSE; El libro del sendero y de la línea recta (Tao Te King), Tr. Montagne Edmundo, Editorial Kier, Buenos Aires, 1990.
WATTS Alan; El Camino Del Tao; Editorial Kairos; España; 1995.
MEDIOS ELECTRÓNICOS.
SAYOLS LARA, Jesús; El skopos del Dao De Jing, Una aproximación funcionalista a la traducción del taoísmo, Universidad Autónoma de Barcelona, http://campus.uab.es/~2069236/Tao.PDF [10/10/04]
GANG LI; Laozi, en Origin and formation of Daoism, en
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HANSEN Chad; Stanford Enciclopedia of Philosophy, en http://plato.stanford.edu/entries/taoism/#Dao.
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PRECIADO, Juan Ignacio; Daodejing, en http://members.nbci.com/joseph_cat/Dao/index.htm [09/10/04]
WILLHELM, Richard; Daodejing, en http://ourworld.compuserve.com/homepages/KarlRaf/homepage.htm. [09/10/04]
[1] LI GANG; Origin and formation of Daoism; Traducido al inglés por Gou Bo en http://www.eng.taoism.org.hk/general-daoism/origin&formation-of-daoism/pg1-1-1-3.asp#txt; [11/10/04] (Tr. Del A.)
[2] Daodejing.
[3] La inacción, no actuar, no hacer nada.
[4] HANSEN Chad; Stanford Enciclopedia of Philosophy; en http://plato.stanford.edu/entries/taoism/#Dao; [ 10/10/04]
[5] MONTAGNE Edmundo; El libro del sendero y de la línea recta; pág. 25.
[6] COLODRÓN Alfonso, traducido del inglés, en http://www.ddnet.es/noproblemo/adelgado/Fuentes/Tao/tao.html; [10/10/04]
[7] ELORDUY Carmelo, traducido del chino al español, en http://members.nbci.com/joseph_cat/Tao/index.htm [09/10/04]
[8] PRECIADO Juan Ignacio, traducido del chino al español, en http://members.nbci.com/joseph_cat/Dao/index.htm [09/10/04]
[9] “Der SINN, der sich aussprechen läßt, ist nicht des ewige SINN”. WILLHELM Richard, traducido del chino al alemán, en http://ourworld.compuserve.com/homepages/KarlRaf/homepage.htm; [09/10/04] (Tr. Del A.)