LA PALABRA LABERINTO

Acercarse a algo es permanecer fuera. Quienes nos aventuramos en el descubrimiento de los pueblos asiáticos sabemos que nuestro entendimiento nunca alcanzará la vivencia.

Sin embargo, existen, entre los orientalistas, quienes de manera natural, simple, e intuitiva (¿oriental?) logran afectarse de aquellas realidades que estudian. Entonces pueden abandonar sin más el turbante o el kimono (según corresponda), y desentenderse de imitaciones formales: sus frutos autóctonos sabrán también a tierras lejanas.

Cuando leí por primera vez el libro de Magalí quedé impresionado. Como ella, había cursado ya varios años en la Escuela de Estudios Orientales y no podía evitar pensar en las fuentes de donde abrevaba. ¿Serían los haikus japoneses quienes la habían inclinado a escribir poemas tan sintéticos? ¿Se vería influenciada, en esta pluralidad de lecturas que sus estrofas permitían, por los famosos monosílabos de Nemer Ibn el Barud? ¿Utilizaría la repetición de una estrofa principal en la emulación de la música india en donde el sonido del tambura, simbolizando al absoluto atemporal, vuelve una y otra vez a dejarse entreoír por sobre toda la extensión de la melodía, simbolizante de la diversidad del mundo?

Luego pensé que posiblemente no fuera así (o no fuera conscientemente así), y que a lo mejor ni siquiera importara: tal vez Magalí podía abstraerse de deducciones cuando de experimentar se trataba. Abrí su libro y leí:

 

¿La noche o yo?
La noche
… y logró afectarme de la manera más natural, simple e intuitiva (¿oriental?).

Martín Lo Coco

.
Una niña

girando alrededor

de cierta sombra

cubierta

de cenizas

creyendo ser capaz

de reanimarla

y diga:

Das vuelta mi mano

soy la palma

de tu cuerpo

Te arrojan al mar

Sálvate

Imaginando una isla

Cubre

tu

deseo

Escucha la palabra

Por salir

sin elegirte

Decir

Era el sonido

de un cerrojo

Marca las palabras

Por las que

ya

    Pasaste

A cambio

de tambores

de silencio

Llévate a tu jardín

Mi vida

Pero la palabra

No basta

Porque no

Aparece

Envíanos el Alma

Teme disculparte

En un idioma

Vacío

Deja

desaparecer en paz

Esta

Oración

La muerte

Eran algunas pequeñas

lágrimas

En los ojos

de los que

quedaban

Marca

las palabras

por las que

    ya

          Pasaste

Luego de la orden

de aceptar

la tierra

Decides recordar

la fantasía

En la noche

no en la oscuridad

El espectador nacía

una vez decorado

el escenario

Marca las palabras

por las que

                    ya

pasaste

Ríen de mis manos y mis ojos

El poema pasa por mi frente

haciendo ruido

Prometiendo

perdonarme

solamente

Han hecho antes

el cuerpo

que gobierna

Ahora

Una flor

Antes que nada

Incítame a sangrar

Ábreme

Vivirás

Las preguntas

que te hagas

Mar imbebible

con el que decoran

Nuestra sed

La belleza nunca

es inocente

Mi único baile

Mi poca

posible

libertad

Un pájaro inunda la flor

Un grito arruina la fiesta

de despedida

Marca

las palabras

por las que ya

             Pasaste

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