En busca de un Dharma puro. (O lo que nunca te contaron del buddhismo)

Por Agustín Lopez Huete.

Siempre recomiendo a mis alumnos que deben cuestionarse todo aquello que aprendan, todo lo que oigan, vean, huelan… y sobre todo, a ellos mismos. Como decía un maestro Zen: “Gran duda, gran iluminación, pequeña duda, pequeña iluminación”. Creo sinceramente, que los buddhistas debemos ser autocríticos, pues solo así podemos mejorar y mejorar la calidad de nuestro entendimiento. No olvidemos que el primer tramo del noble óctuple sendero es el recto entendimiento o recta comprensión.

Y a sabiendas que este artículo va a levantar polémica, allá voy:

La paja y el grano

El Buddha Dhamma nació, como ya sabemos en tierras indias-nepalíes y desde allí se fue expandiendo allende las fronteras de la actual Nepal para iluminar y regar de sabiduría otros países, otras tierras, otras gentes. Si estudiamos de cerca el desarrollo histórico del Buddha Dhamma a lo largo de su particular periplo por tierras asiáticas, veremos como la rama Mahayana, que se extendió por el Nepal, Buthán, Tibet, China, Corea, Japón y Vietnam, fue mezclándose con las culturas locales, así como sus costumbres, creencias autóctonas y tradiciones locales. En el caso de la famosa escuela Chan y su derivación japonesa (Zen), que es la que mayormente nos ha llegado a los occidentales, surgió o se configuró como una síntesis del buddhismo con el taoísmo chino. De hecho, al comparar los textos taoístas, con los textos que recogen las enseñanzas de los maestros Chan, apenas se pueden observar diferencias. Hasta tal punto, que si no fuera por la inclusión de palabras como Buddha o Dharma, no sabrías si estás leyendo un texto buddhista o taoísta. Para demostrar todavía más esta tesis, diré que el famoso símbolo en forma de círculo, que se puede encontrar en los centros de meditación Zen y en sus templos, el Ensho, no es más que el símbolo Wu Chi, que no es otra cosa que un símbolo taoísta, que se incorporó, como tantas otras cosas, al buddhismo Chan/Zen. Podría dar muchos más ejemplos de cómo el Chan/Zen recibió una enorme influencia de la escuela taoísta china, pero no deseo extenderme más al respecto. Quizás escriba otro artículo donde desarrolle más este tema.

 

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Enso

 

Con el buddhismo tibetano encontramos otro ejemplo de cómo el buddhismo original, enseñado por Buddha Shakyamuni, se mezcló de manera muy clara con las propias creencias, tradiciones y prácticas místicas, que se venían practicando en tierras del Himalaya, mucho tiempo antes de que el mismo Buddha naciera. Por ejemplo, en el buddhismo tibetano se practica visualización de deidades. Pero por mucho que he buscado, no he conseguido leer un solo Sutra donde el Buddha enseñara tal cosa. Ofrecimientos, iniciaciones, mandalas, mantras, deidades de todo tipo (tara blanca, verde, etc.)… nada de eso aparece en las fuentes canónicas originales. Nada de todo esto fué enseñado por el Buddha Shakyamuni. Y no admito que algunos digan que elBuddha Shakyamuniofreció una enseñanza esotérica,puesto que él mismo admitió, poco antes de morir, que nada había escondido en la mano. A las palabras del Maestro me remito:

“He enseñado el Camino, sin hacer distinciones entre las enseñanzas interiores y las exteriores. Ya que por lo que respecta a la verdad, no debe haber tal cosa como el «puño apretado» del maestro, ocultando algún conocimiento esencial al alumno. Los secretos son la marca de las doctrinas falsas”. …

“Los secretos son la marca de las doctrinas falsas”.

En fin, no sé que pensarán, después de leer estas palabras del Maestro, lo seguidores del buddhismo tántrico-tibetano. Pero creo que será un buen tema de reflexión para ellos.

Y para finalizar este apartado, pondré este ejemplo ejemplarizante: Piensa en tu refresco favorito. Puede ser Coca Cola, Fanta de limón, Aquarius, Ciripolen, “Calientaburras”, etc. Todos ellos tienen como base, el agua. Al igual que todas estas escuelas, se basan en las enseñanzas de Buddha Shakyamuni. Sin embargo, cuando se le añaden otros ingredientes al agua, ya no sabe igual, ni tiene el mismo color, ni producen los mismos efectos en la persona que los ingiere. Cierto es que todos contienen agua en su base, pero ¿Se les puede considerar agua? Piensa, piensa, tic, tac, tic, tac.

Linajes y demás cofradías

Otro tema relacionado con el argumento de este artículo, es algo que a los seguidores del Zen seguro que les sonará. Y es el tema de los famosos LINAJES. Vamos allá:

Deben saber estos seguidores del Zen, que el linaje es algo cuasi sagrado para la cultura china, que es de la que ha mamado Japón, todo su historia, (mal que les pese reconocer a los japoneses). Pero no sólo en China, el tema de los linajes, está presente en países como India (Con el tema de las castas) y los países del área de influencia India: Paquistán, Thailandia, Nepal, Buthan o Tibet, entre otros. Y por supuesto

China, que junto a la India son las dos grandes civilizaciones “centro”, que han ejercido una poderosa e innegable influencia en los países “satélite” limítrofes, como son Corea, Vietnam, Thailandia, y por supuesto Japón, respecto de China. Estudiemos un poco más este tema de los linajes:

¿Nunca os habéis preguntado porqué los niños adoptados en China, son siempre niñas? Es curioso cuanto menos, ¿No os parece? ¿Qué pasa, que en China no hay huérfanos? ¿Solamente hay huérfanas? Que cosa más rara, ¿No? Pues todo tiene su explicación amiguitos y aquí viene: Para la cultura china y por influencia de Gong Fu Tzu (Confucio), lo importante es el conjunto y no el individuo. China tiene una sociedad comunitaria, contraria al individualismo que caracteriza las sociedades occidentales. Debéis saber que en China (y en otros países asiáticos), cuando una chica joven se casa, pierde el apellido familiar.  Desafortunadamente  para  los  chinos,  ahora,  con  la  ley  del  hijo  único,  si  una  pareja  tiene  la “desgracia” (Y que se me entienda, por favor), de tener una hija y no un hijo, son capaces y fijaos lo que os voy a decir: Son capaces de vender o abandonar a la recién nacida, antes que perder el apellido y con ello cortar el linaje familiar. Sí si, lo habéis oído bien. Esto pasa en China y otras cosas que no voy a relatar aquí, para que no les cojáis manía a los chinos. Pero si yo hablara…

En China, es tan importante el linaje familiar, pero tan, tan importante, que los padres prefieren vender o abandonar a su hija antes de perder el apellido familiar, puesto que ello supondría cortar el linaje y eso no lo pueden permitir. Permitidme que lo repita, pero una cosa tan fuerte merece ser conocida. De hecho, los chinos ponen el apellido delante del nombre. Cosa contraria a lo que hacemos en occidente. Y eso ya demuestra la importancia que tiene para la cultura china el linaje familiar.

¿Qué pasa entonces con una persona que decide hacerse monje/monja? Pues que pierde toda conexión con su familia y esto incluye la pérdida del apellido familiar. Por eso mismo, ahora las familias chinas no ven con buenos ojos, que su único hijo se meta a monje. La cosa es así. Y más, en una sociedad de lo más hipermaterialista, que ha surgido en las últimas décadas, en el mundo. Pero que nadie se asuste, nuestro monje chino no se quedará sin apellido, pobre. En su lugar tendrá un nuevo nombre y un nuevo apellido, que denotará el linaje dentro de la orden buddhista.

Por otro lado, cuando uno escucha o lee a un maestro zen, siempre oye hablar de “Los Maestros y Patriarcas”. ¿Qué pasa entonces con las “Matriarcas”, no hay? Cuando uno sondea, aunque sea de forma superficial, la historia de estos linajes, no se encuentra a ninguna mujer. ¿Es que acaso, no ha habido ninguna mujer, en estos últimos 2500 y pico años, que haya alcanzado la Iluminación? Claro que si, por supuesto, pero nadie se lo reconoce y por supuesto no entran en el linaje “oficial”. La mayoría de sociedades del mundo (Asia, en este particular), son machistas. Pero en Japón, el machismo está elevado a su máxima potencia. Antes y ahora. Cíteme si no, algún defensor del Zen japonés, a una sola maestra Zen actual o de la antigüedad.

Resumiendo: el tema del linaje es una cosa PURAMENTE CULTURAL.

Daré otro ejemplo: Cuando uno observa el linaje espiritual que defiende la escuela Soto Zen, puede leer nombres como Nagarjuna, Bodhidharma, Hui Neng o Eihei Dogen. Todos ellos, eran los auténticos detentores de las verdaderas enseñanzas del Buddha Shakyamuni (según esta escuela, claro). ¿Entonces qué pasa, que en la época en que vivió Bodhidharma, no había nadie más iluminado?

Según el maestro japonés Dogen Zenji, lo más importante a la hora de empezar a practicar el Buddha-Dharma, es encontrar un maestro y seguirlo ciegamente. Pero si nos fijamos en las últimas palabras del Buddha:

“Tú eres tu propio maestro, tú construyes tu propio futuro. Por lo tanto disciplínate,

tal como un criador de caballos adiestra a un pura sangre”.

Dhammapada 25/380

Y ahora, viene la segunda parte de la historia:

¿Pero somos españoles o qué?

El que esto escribe es un español nacido en España. ¿Qué me importa a mí la cultura china, o japonesa, o tibetana o thailandesa? Si yo lo que quiero es estudiar y practicar el Buddha Dhamma que enseñó Buddha Shakyamuni. Es más, más allá de esto, lo que yo realmente quiero, al igual que tú, amigo lector es: SER FELIZ. O lo que es lo mismo: NO SUFRIR, que es el mismo anhelo, pero expresado en forma positiva o negativa.

Es hora ya de separar el grano de la paja. Como seguidores del Buddha Dhamma, debemos quedarnos con la enseñanza original, tal cual se recogen en los suttas y los “adornos” culturales, que se los queden los japoneses, chinos, tibetanos, etc., etc. Otra cosa es que te guste el idioma chino y quieras recitar sutras en ese idioma. O que te gusten los kimonos y te vistas uno cuando vayas a meditar. Pero no admito que para seguir el Buddha Dhamma, las escuelas budistas te impongan unos elementos que son propios de esas culturas, ¡Pero no de la nuestra! Porque de esta manera estaremos practicando un BUDDHISMO ÉTNICO. Y yo les preguntaría a esos maestros Zen: ¿Acaso los monjes japoneses, se visten como los chinos? ¿Acaso los monjes chinos se visten como los tibetanos? ¿Acaso los monjes tibetanos, se visten como los indios o birmanos o thailandeses? Entonces ¿Por qué narices yo, que soy español de España, me tengo que vestir como un japonés o recitar en japonés o sentarme en el suelo como un japonés?

El Buddha Dhamma, como he dicho anteriormente, se fue extendiendo por toda Asia y en los países donde iba recalando, se iba mezclando con culturas, costumbres, tradiciones, creencias, etc., propias de ese país. ¿Pero por qué en España se siguen adoptando dichas costumbres, creencias y tradiciones, que no nos son propias? Y que conste que detrás de estas palabras no existe ningún sentimiento nacionalista, el cual según mi humilde opinión, no es otra cosa que otro intento más del ego, de autodefinirse y asegurar su supervivencia. Es decir: ¡¡Basta ya!! Y eso que algunos maestros budistas, admiten la intoxicación cultural del buddhismo y su innecesaria extrapolación a suelo patrio. Pero aún admitiendo este problema, ellos siguen erre que erre, con su misma línea. Es algo incomprensible e inaceptable. Toda esa costra cultural que le ha crecido al Buddha Dhamma, no la necesitamos y considero que el buddhismo empezará a florecer de verdad en España, cuando se despoje de toda esa carcasa cultural que le rodea. Y esto significaría abandonar un buddhismo étnico, de una vez por todas (aunque de forma progresiva), que en el buddhismo tibetano alcanza su máxima expresión. De hecho, me atrevería a decir que el buddhismo tibetano, es más tibetano que buddhista. Y es que estamos mezclando churras con merinas, una vez más.

Y ahora vamos con la tercera parte de nuestra historia. Preparaos:

“El Zen es zazen” y olé

A poco que uno estudie las enseñanzas que se imparten en las escuelas Zen (Y me refiero al Soto Zen japonés, que es lo que a nosotros, europeos nos ha llegado, mayormente), se dará uno cuenta de que se centran en las enseñanzas de su maestro fundador: Eihei Dogen Zenji, por encima incluso de las enseñanzas de Buddha Shakyamuni. Buddha Shakyamuni es poco más que una referencia histórica, pero a quién realmente estudian es a Dogen Zenji. Es más, para esta escuela la práctica del Dhamma se reduce a Zazen, que es el nombre japonés para la meditación sedente. Ojeando simplemente, cualquier libro sobre Zen, encontrarás la palabra zazen, repetida miles de veces. Zazen, esto, zazen lo otro, zazen por aquí, zazen por allá, zazen, zazen, zazen. No encontrarás enseñanzas sobre la recta palabra, o sobre el recto esfuerzo o sobre las cinco facultades espirituales o sobre las diez trabas, etc. Todo se centra en zazen. Pero el Buddha Shakyamuni, nos enseñó un camino compuesto de ocho tramos. No solamente sentarse a meditar. Aunque bien cierto es que la meditación en postura sentada es muy importante, no se puede pretender, como sí lo hace el Soto Zen, a reducir toda la práctica del Dhamma a sentarse en zazen. Es esta una visión exclusivista y reduccionista del Dhamma del Buddha. Luego, claro, te encuentras con declaraciones de todo cuanto acabo de decir, de este tipo:

“El Zen es Zazen”

(¡Ahí queda eso!)

Y para ratificar mis declaraciones, voy a citar, tan sólo un pasaje, como podría citar muchos otros más, del maestro japonés Eihei Dogen, al que tanto reverencian los seguidores del Soto Zen:

“Pocos son los que se han dado cuenta, de que el hecho de sentarse, es el Buddha-Dharma mismo y que el Buddha-Dharma, no es otra cosa que sentarse”.

Queda claro con esta declaración de Dogen Zenji, que para él, la practica del Buddha-Dharma, se reduce a sentarse sobre un cojín. Y es que tenemos que tener en cuenta lo siguiente: “Los japoneses, aprenden por el cuerpo”. Japón es la cultura del gesto, es por ello que son tan rituales y tan protocolarios para todo.

Pero ni tú, querido lector, ni yo, somos japoneses. ¿Se me entiende?

Ahí queda eso, señores/as. ¿Qué más se puede decir?

Como discípulo del Buddha, lamento decir que los actuales seguidores del Soto Zen, han dejado ser discípulos de Buddha, para convertirse en discípulos de Dogen. ¿No estudian los sutras, pero sí estudian el Shobogenzo? De hecho, los maestros Zen insisten (no sin razón) en la importancia de estar atento a todas horas. Como buddhistas. sabemos que la atención es algo fundamental. Entonces ¿Cómo es que en ningún centro/templo Zen se incluye el Maha Sattipatttana Sutta o “Gran sermón sobre el establecimiento de los fundamentos de la atención”, en sus programas de estudios? Pues es en este sutta, donde el Buddha Shakyamuni nos enseña cómo cultivar correctamente, la facultad mental de la atención. Es algo incomprensible. Cualquiera que haga el ejercicio de visitar las websites de estos centros/templos Zen, observará que se dedican al estudio de los textos dejados por Dogen Zenji, pero ningún seminario o curso a estudiar los suttas, que es donde quedaron recogidas las enseñanzas de Shakyamuni Buddha. Y todo esto corrobora mi afirmación, al declarar que estos seguidores del Zen japonés, en realidad son seguidores de las enseñanzas de Dogen y el Buddha Shakyamuni… bueno digamos que es tan sólo un “antepasado espiritual”.

Y otro ejemplo:

“El Zazenshi de Wanshi es lo único que necesitamos comprender, penetrar y practicar”.

Eihei Dogen Zenji

¿Y los suttas, no los necesitamos también comprender, penetrar y practicar? O sea, los escritos dejados por ciertos maestros Zen SI son importantes, ¿Pero no los suttas?

“Muchos creen que practicar el Dharma del Buddha es estudiar los sutra, que contienen esa sabiduría, pero esto es una gran error.”

O eso es lo que afirmaba el maestro japonés Menzan Zuiho.

Resumiendo, que esta gente entendía que leer y estudiar los textos, donde se recogen las enseñanzas de Shakyamuni Buddha, es poco más que una pérdida de tiempo, pero leer y estudiar los textos dejados por los maestros Zen, ya no solamente es necesario, sino IMPRESCINDIBLE.

Por otro lado, los maestros Zen afirman que en el Zen no existen creencias. Pero el Buddha enseñó que la Fe es la primera de las cinco cualidades espirituales, necesarias para el progreso en la concentración, además de energía, atención, concentración y sabiduría. De hecho, en el apartado de Recto Pensamiento (1º tramo del noble óctuple sendero), el mismo Buddha, enseña que debemos creer en la ley del Karma, en el Samsara o ciclo de renacimientos, así como en el Buddha y su enseñanza. Los antiguos maestros zen, hablaban mucho del Karma y de otros planos de existencia (Samsara), pero esta ley universal sólo puede ser conocida mediante la experiencia de iluminación. Hasta entonces, es tan sólo una creencia. Es más, para emprender cualquier acción, debe existir cierto grado de fe. Por ejemplo, Cuando quedas con un amigo a una hora determinada y acudes a la cita, lo haces motivado, en parte por la fe que tienes de que tu amigo también irá a esa cita. Hasta que alcancemos el Nirvana, tal cosa es objeto de fe, por parte del buddhista. Es decir, los que aún no hemos alcanzado el Nirvana, solo tenemos fe de que tal cosa existe y de que es posible alcanzarlo, siguiendo las instrucciones dejadas por Buddha. ¿No es esto un acto de fe? Claro que la fe buddhista es diferente de la fe profesada por otras religiones de carácter teísta, eso lo sabemos bien los seguidores del Buddha Dhamma. Por lo tanto, tales afirmaciones, declaradas por los maestros Zen, ¿Reflejan realmente una fidelidad a la enseñanza original del Buddha o una desviación?

En fin, al leer o escuchar las declaraciones de los maestros Zen, tanto actuales, como de tiempos pasados, y compararlos con lo que quedó registrado en los suttas, no puedo sino sorprenderme de las diferencias que existen entre ambas.

Y es que, especialmente el buddhismo Mahayana, con todas sus escuelas, no son más que INTERPRETACIONES de las enseñanzas de Buddha. Y según iban recorriendo los diferentes países de asía: India-China-Japón, lo que realmente nos encontramos son interpretaciones de interpretaciones, de interpretaciones, de interpretaciones, etc., etc. Interpretaciones para todos los gustos. Muchas veces contradictorias. Muchas veces opuestas. Muchas veces criticadas ferozmente, por aquellos que también interpretaban, pero de manera distinta. Y lo curioso es que, en demasiadas ocasiones, estos interpretadores, se creían detentores de las auténticas y genuinas enseñanzas originales de Buddha.

Y el buddhismo Theravada, que afirma ser también el genuino depositario, de las enseñanzas originales de Buddha, también peca, en mi opinión de tal error. Y me estoy refiriendo a los famosos comentaristas y sus comentarios, los cuales tienen una gran importancia, dentro de ciertos países donde se practica esta rama del buddhismo. Comentar es lo mismo que interpretar. De hecho, Bhante Vimalarmsi, que fue nombrado “Gran maestro de meditación” en la Cumbre Mundial Budista, celebrada en Japón, en 2008, descubrió que la meditación Vipassana, que se enseña actualmente en los países de corte Theravada, proviene de los comentarios y no de los suttas. Es más, este maestro afirma que los comentaristas, en muchas ocasiones, se trataban de simples eruditos, sin experiencia real en meditación. Sobre esto daré más detalles a continuación. Y para terminar de desmontar los esquemas a los seguidores del Theravada, ahí van más datos:

¿Cree acaso el lector que la meditación Vipassana, según la cual, los propios theravadines afirman es lo que practicó y enseñó el mismo Buddha, es lo que realmente practicó y enseñó Buddha? Craso error, amigo. Lo que hoy se conoce como Vipassana, no es más que una invención surgida a comienzos del siglo XIX en Birmania, cuando la meditación había casi desaparecido, en los países del sudeste asiático, que es donde florece el Theravada. Casi ningún monje (y no digamos laicos) practicaba meditación. Por el simple hecho de que ni siquiera SABÍAN CÓMO HACERLO. Anagarika Dharmapala en Sri Lanka, U Ba Kin y sobre todo Mahashi Shayadaw (Que por cierto, fue el inventor del concepto de “Centro de meditación” y que más tarde fue exportado a occidente, a través de Jack Norkfield y otros pioneros de la enseñanza de Vipassana en occidente), fueron los que reinventaron la práctica de Vipassana, durante un proceso social y político, ocurrido en estos países, de occidentalización, en aquella época (colonialismo-imperialismo británico, a la cabeza). Y donde la influencia occidental y de personajes tan emblemáticos como madame Blavastki, sirvió de influencia en dicho proceso de reinvención. En este proceso, estos “reinventores” de vipassana, se basaron en los comentarios y no en los suttas. Y prueba de ello es leer a (como citar tan sólo uno), aunque muy conocido en los círculos Theravada occidentales: El venerable U Silananda, el cual menciona una y otra vez: “Y según el comentario…”

Concretamente el texto utilizado (y por cierto, reverenciado y muy estudiado en estos países): El Visuddhimagga (“Sendero de la purificación”). Fué un monje occidental: el venerable Vimalaramsi (Afincado actualmente en EEUU), al que me he referido unos párrafos atrás, quien, tras 20 años de práctica de Vipassana, según los métodos de Mahasi Shayadaw y otros de estos “reinventores” birmanos y haber consultado a grandes eruditos y especialistas en los suttas, descubrió el pastel. Y se dió cuenta, de que lo que hoy se conoce como meditación vipassana, es un invento moderno, que data de principios del siglo XIX y basado, no en las enseñanzas originales del Buddha, recogidas en los suttas, sino en textos de comentarios muy posteriores al Buddha. Y ahora, querido lector: ¿Cómo se te queda el cuerpo? ¿Así que es de recibo que los theravadines vayan por ahí, afirmando orgullosos que ellos, como línea ortodoxa que son, representan las genuinas enseñanzas del Buddha? Y daré más datos. Según Mahashi Shayadaw, durante Vipassana, debemos nombrar todo aquello que experimentemos. Si experimentamos dolor, decimos mentalmente, dolor, dolor dolor. ¿Pero cuándo, señores míos, Buddha enseñó tal cosa? Según este maestro, debemos centrar nuestra atención en la “subida y bajada del abdomen”. Y aquí podría hacer la misma pregunta que antes.

Invito al lector a que lea un interesantísimo libro titulado: “BUDISMO THERAVADA: HISTORIA SOCIAL DESDE EL ANTIGUO BENARES HASTA EL MODERNO COLOMBO” de RICHARD F. GOMBRICH, para ilustrarse mejor en esta y otras cuestiones relativas al desarrollo de esta “detentora de las enseñanzas originales de Buddha”.

Pero volvamos al Zen. Los actuales maestros europeos, discípulos casi todos ellos, del maestro japonés, emigrado a Francia: Taishen Deshimaru Roshi, defienden y enseñan a sus alumnos, un enfoque de la meditación, muy centrada en la postura física de meditación. Enseñan, entre otras cosas que para meditar, debes hacerlo en postura de loto o medio loto. Claro, que luego tienen que terminar enseñando otras posturas más “suaves” debido al hecho evidente, de que la mayoría de los occidentales, acostumbrados a sentarnos en sillas y con unas articulaciones bastante más rígidas que las de nuestros amigos orientales, somos incapaces, incluso después de años de práctica, de adoptar dichas posturas. Pero sigamos: Estos maestros Zen, enseñan que debes colocar tus manos en el regazo, con la punta de los pulgares tocándose suavemente, en posición horizontal. Y que debes hacerlo de cara a una pared.

Bién, personalmente llevo estudiando los suttas por muchos, muchos años. Y por mucho suttas que he leído, no me he encontrado ni uno solo, donde le Buddha enseñara tales cosas. Yo invito, a cualquier practicante o maestro de Zen, que me diga y me demuestre, aquí y ahora en qué sutta el Buddha Shakyamuni, dice que debes sentarte en posición de loto, que diga que debes colocar las manos en el regazo, con los dedos pulgares tocándose y en posición horizontal y que debas hacerlo, sentado frente a una pared. Y yo no quiero que nadie me crea. Es más, invito al amigo lector a que acuda a las fuentes canónicas: los suttas. El Buddha dejó muchas y valiosas instrucciones, acerca de la práctica de la meditación. Especialmente tres, son los suttas donde el Buddha, da instrucciones concisas, acerca de cómo debemos meditar. Estos suttas son:

– El Maha Satipattana Sutta o “Sermón sobre el establecimientos de los cuatro fundamentos de la atención”.

– El Anapannasati sutta o “Sermón sobre la atención en la respiración”.

–  Y el Kayagatisati Sutta o “Sermón sobre la atención en el cuerpo”.

Cuando el Budda, a comienzo de dichos sermones, enseña la manera de sentarse, dice:

“…Se sienta con las piernas cruzadas y el cuerpo erguido…”

Nada más. ¿De dónde se sacan estos maestros Zen, que haya que sentarse frente a una pared, por ejemplo? Pero es que yendo más lejos, al estudiar los textos dejados por el maestro Eihei Dogen Zenji, que introdujo la escuela Soto Zen en Japón, importándolo de China, donde esta escuela se conoce como Caodong Chan, no se encuentra ninguna indicación, acerca de sentarse frente a una pared. Señores míos:

Buddha no dijo nada acerca de sentarse en posición de loto o padmasana, tan solo dijo: “Se sienta con las piernas cruzadas”. Él no especificó la forma en que las piernas deban cruzarse. Podría ser en posición de loto o medio loto o ¾ de medio loto o postura birmana o postura thailandesa o con los pies debajo de los muslos.. Así que ¿Por qué ese empeño, en que debe hacerse en loto? Como todos los maestros (salvo los de la rama Soto Zen japonesa) afirman, la postura física, si bien es importante, la meditación es un “ejercicio” básicamente mental y no “básicamente corporal”, como parecen sugerir estos maestros Zen. Y recordemos una famosa frase dicha por el mismo maestro Taishen Deshimaru:

 “Los japoneses aprenden por el cuerpo”

budismo 2

Fíjese el lector en la posición de las

Fíjese ahora en la posición de las

piernas

manos

 

Pero siguiendo el tema: Buddha no especificó acerca de cómo debían colocarse las manos. Entonces ¿De qué manga o chistera, se sacan estos tipos el que haya que meditar, según lo que ellos enseñan? Como podemos ver, cuando uno acude a las fuentes canónicas originales, ve que lo que se está haciendo es interpretar de una manera muy libre, las enseñanzas del Buddha. Y uno se podría preguntar ahora: ¿Es lo que enseñan estos maestros Zen, la manera en que Buddha practicaba y enseñaba meditación? Como podemos comprobar la respuesta es: NO. Así que esa fijación que tienen estos maestros Zen, respecto a la postura corporal que ellos defienden a capa y espada, se desmonta en cuanto uno se molesta en ir a las fuentes canónicas. Quizás podrían argumentar, que puesto que en muchas estatuas de Buddha, se le representa sentado en postura del loto, pues era así como había que hacerlo. Yo invito a que el lector busque en su buscador de internet favorito, imágenes de estatuas de Buddha, para comprobar como también existen estatuas del Buddha, sentado en otras posiciones, tanto de piernas como de manos.

Pero aún iré más lejos: La rama Rinzai Zen, enseña a sentarse de espaldas a una pared y cambiando la posición de las manos. Si uno acude a un centro o templo Zen de cualquiera de estas ramas, te “obligarán” a hacerlo según sus indicaciones, diciéndote que “debes” hacerlo así. Bien, como ya hemos visto, ninguna de esas indicaciones fueron dadas por el Buddha. Pero es que más allá de esto, que de por sí es importante, podríamos preguntarnos si lo que estos maestros, lo que en realidad pretenden es que alcancemos el fin último de todo sufrimiento, que es el Nirvana (ya que al fin y al cabo, es el propósito último de toda la práctica buddhista, independientemente de la escuela o rama que uno siga) o si simplemente están empeñados en que sigamos una tradición concreta. Porque eso es lo que parece. Es decir, si ha habido personas, que han alcanzado la iluminación (Satori, en japonés) meditando frente a una pared y también ha habido personas, que han alcanzado la iluminación de espaldas a la pared, ¿Qué carajos importa si lo hago de frente o de espaldas a la pared? Ya que el mismo Buddha, que al fin y al cabo es a quien debemos la práctica del Dharma, nunca dijo tales cosas.

Y para “rematar la faena”, os pondré otro ejemplo de lo que digo: Muchas personas necesitan utilizar el coche para desplazarse a su puesto de trabajo. Todos sabemos que un BMW es mejor que un SEAT, al igual que la postura del loto es mejor para meditar, que la postura birmana. Pero claro, no todos podemos comprarnos un BMW y tenemos que conformarnos con ir en un SEAT. O lo que llevado al tema de la postura, no todos podemos realizar postura de loto. Ahora, imagínate que tu jefe te obligara a ir al trabajo en un BMW y si no, pues quedas despedido. Pues eso es lo que sugieren los maestros de la tradición Soto Zen japonesa, respecto al tema de la postura corporal de meditación.

Así que, puesto que cada uno interpreta las enseñanzas de Buddha a su manera, ¿Por qué no hacer tú, querido lector o yo, lo mismo?

Siempre me opuesto a la idea que tienen muchos, de que porque alguien tenga más edad o más experiencia debe tener obligatoriamente la razón. Voy a confesaros algo: En mi labor docente, dentro del ámbito de las artes marciales, me ha ocurrido, y en no pocas ocasiones que un alumno (que, por supuesto no tenía, ni mis conocimientos, ni mi experiencia en artes marciales), me dijera que determinado movimiento era distinto a como yo pretendía enseñarle, en un momento dado. Sinceramente, he de confesar, que tras llegar a casa y visionar los videos, donde aparecía ese movimiento (Tengo casi todo el material que enseño, grabado en video), me sorprendía a mí mismo, descubriendo que efectivamente él tenía razón y yo no.

Daré otro ejemplo: Que tus padres tengan más edad o hayan vivido más experiencias que tú, no quiere decir que ellos siempre tengan razón y tú no. Quizás tus padres sean de izquierdas y te digan: “Tu no has vivido las postguerra, ni la dictadura franquista. No sabes de política”. Eso mismo no significa que sus ideales políticos sean los correctos y los tuyos, sin son éstos diferentes, están equivocados. Si fuera así, entonces todas las personas de su generación tendrían que tener los mismos ideales políticos, no? Si cogiéramos dos abuelos de 70 años, que hayan vivido la postguerra, y la dictadura franquista, veríamos que tienen ideas sobre política o sobre la figura de Franco, distintas.

Así que todo esto te debe ayudar, querido lector a no acatar ciegamente lo que tus maestros buddhistas intentes inculcarte. No te cierres a lo que te enseñen en determinada escuela buddhista, determinado maestro buddhista. Si estudias el panorama buddhista, con todas sus escuelas y tradiciones, comprobarás aquel proverbio chino, que rezas así:

“Si hay mil maestros, hay mil métodos”

Seguir ciegamente, sin cuestionarse nunca los métodos que te están enseñando, es lo que realmente impide al buddhismo, en este caso, evolucionar. Y esto es aplicable a cualquier ámbito de la vida: ciencia, arte, sociedad, etc. Desgraciadamente, veo que muchos practicantes buddhistas, nunca se cuestionan todo lo que estoy mencionando en este artículo y simplemente siguen una tradición. Nunca se han molestado en ir a las fuentes canónicas, para comprobar si realmente el Buddha enseñó a visualizar mandalas o a sentarse frente a una pared. Quizás para no llevarse desconcertantes sorpresas.

Así que mi consejo para tí, amigo lector es:

“Ten siempre, siempre tu sentido crítico e investigador bien alto. Cuestiónatelo todo y sobretodo cuestiónate a tí mismo. Pues esa y solo esa, es la única manera de avanzar”.

Y dicho esto, voy con la cuarta parte de esta somera crítica, que de la actual situación del Buddha Dhamma, he observado a lo largo de todos estos años:

Oriente ¿Buddhista?

¿Cuál es la situación del Buddha Dhamma en oriente? Pues a tenor de los viajes que he hecho y de lo que cuentan otras tantas personas, que también han viajado a esas tierras, con intención de conocer mejor el Buddha Dhamma, he decir que no es muy buena. ¿Por qué? Muy sencillo:

  1. La mayoría de los “buddhistas” orientales, lo son por una mera convención social. Por ejemplo, un tibetano es budista porque todo el mundo en Tíbet lo es (o por lo menos, así era antes de la ocupación china). Y como el ser humano tiene una necesidad psicológica de ser aceptado por el resto del grupo, pues se hace lo que la mayoría haga. Además, el ego necesita constantemente identificarse con este u otro papel, como si de un actor de tratase (Tal como enseñaba Antonio Blay). Así de simple. Amén de que hay mucho “vago” en los templos buddhistas asiáticos, “Que están allí, como podrían estar en cualquier otro sitio” (Palabras de mi admirado Ramiro Calle).
  1. 2.    La mayoría de los buddhistas son devotos, que acuden al templo a poner incienso, para pedir los favores del Buddha, al igual que aquí los católicos van a la iglesia en domingo, a ponerle velas al santo o Virgen de turno y pedir: “Que mi marido se cure la ciática, mi hija encuentre un novio y mi hijo apruebe las oposiciones”.
  1. Muchos monjes lo son porque tienen la vida resuelta y apenas hay que trabajar. Otros muchos los metieron en el monasterio sus padres, porque tenían muchos hijos y no podían mantenerlos a todos o porque allí tendrían una buena educación o porque en una sociedad teocrática, como es el caso de Tíbet (antes de la ocupación china), cuyo poder político era detentado por los lamas, era una oportunidad de ser “alguien”. Y para muestras, un botón: Cuando le preguntaron a la monja buddhista nepalí y cantante Any Choying Dolma, por qué se metió a monja, respondió que su padre, que era un borrachuzo de armas tomar, les daba tremendas palizas a ella, a su madre y hermanos. A los 13 años la quisieron casar con uno que era del mismo palo que su padre. La respuesta de la niña, fue meterse a monja. Así que como vemos, su motivación original, no era una inquietud espiritual. Otra cosa es que esa inquietud se despertara, a partir de vivir en el monasterio y conocer a su maestro, como también confesó. En Thailandia, todos los niños se hacen monjes por tres años. Sería como hacer el servicio militar, pero en vez de pegar tiros (o pelar patatas, en muchos casos), recitan suttas. También porque en los monasterios, los niños reciben una educación que difícilmente podrían tener fuera del templo.
  1. En Japón, donde la Sangha siempre y digo siempre, ha estado muy deteriorada, los monjes no respetan ni el voto de castidad, amén de otros tantos votos. Es como si el Vinaya no fuera con ellos. Y esto se debe a un edicto imperial, que a principios del siglo XX se promulgó con la intención de debilitar al Buddha Dhamma, que se consideraba una religión extranjera, a favor del Shintoísmo, que es la religión autóctona del Japón. En una época, dominada por un sentimiento nacionalista exacerbado, donde a los japoneses, les dio por invadir todo cuanto pillaban y cometer atrocidades sin nombre, que dejaban a los nazis en calzoncillos. Pero de esto, los occidentales no nos hemos enterado. Lo sorprendente es que a día de hoy, los monjes japoneses todavía siguen esta costumbre de no respetar el voto de castidad, que básicamente es lo que distingue un monje de un laico. Pero más sorprendente todavía, es que los monjes zen occidentales, ¡¡SIGAN ESTA COSTUMBRE!! Pero claro, como podemos interpretar libremente las enseñanzas de Buddha, pues ¡Viva la Pepa!
  1. La mayoría de los monjes no meditan. En el caso de los monjes Zen japoneses, en su mayoría, sólo meditan durante su “entrenamiento” formal, de tres años, tras los cuales ya están capacitados para hacerse cargo del negocio…, perdón, del templo (Para más detalles, léase la sección “El negocio del Dhamma”). En los países de tradición Theravada, la mayoría de monjes se dedican a acciones sociales, pero nada de meditar.

 Viendo todo esto, soy yo más monje que todos ellos.

 El negocio del Dhamma

 6. Siguiendo en tierras del sol naciente, es lamentable ver como el Buddha Dhamma se ha convertido en un negocio muy lucrativo, que se hereda de padres-monjes a hijos-monjes y donde existe una curiosa profesión, única en todo el Buddha Dhamma: El sacerdote. Os contaré una curiosa historia: Tiempo atrás, tuve una novia japonesa, la cual me contó que su padre era sacerdote buddhista. Tenían un templo-negocio, donde cobraban por alquilar la tierra, para que la gente enterrara allí a sus muertos, misas, ceremonias diversas, hospedería, venta de merchandising buddhista. Si, si, como suena. El caso, es que esta chica me confesaba que en pocos años su padre se jubilaría y ella ingresaría en un monasterio de entrenamiento para futuras sacerdotisas, donde por un periodo de tres años, aprendería buddhismo y toda la ritualística, además de economía para llevar las cuentas del templo-negocio, claro está. Como el hermano de esta chica era retrasado, el templo-negocio recaería bajo su responsabilidad, porque nuestros amigos, los japoneses son muy, pero que muy machistas, ¿Sabe usted? Decir que a esta chica, el buddhismo no le interesaba lo más mínimo. Pero si viajas a Japón y visitas el templo de su padre, quizás la veas de sacerdotisa y vistiendo los hábitos.

En fin, ¿Cómo lo veis? ¿Y aún andamos criticando a los curas católicos? Y es que en todos lados cuecen habas. Y en Japón, más. Y la cosa sigue…

… Cuando uno ve los distintos documentales que se han hecho, sobre la práctica, en un monasterio Zen japonés, no deja de sorprenderle, que todos los monjes sean muy jóvenes. Ninguno supera los 35 años de edad, salvo el Abad. Qué extraño, ¿no?, ¿Y cuál es la explicación de este enigma? Sencillo: Los jóvenes monjes que vemos en el documental, están ahí por un periodo que suele rondar los 3 años, donde se forman como monjes y para llevar un templo. El templo de sus padres, que a punto de jubilarse, se lo van a pasar a su hijo-monje, para continuar con el negocio familiar. Pero al acabar el entrenamiento, se acabó la disciplina. ¡Y que corra el vino! (O el sake, en este caso).

Hoy en día, no hay que irse tan lejos, los actuales monjes zen occidentales que van enseñando el Buddha Dhamma por ahí, no enseñan si no es previo pago. Es decir, COMERCIAN CON EL DHAMMA. Y esto lo tengo que decir muy alto, señores: COMERCIAN CON EL DHARMA. Y es que la “profesionalización” del Buddha Dhamma es el mayor insulto que se le puede hacer. Que yo sepa, Buddha nunca cobró ni una rupia a quien quisiera escucharle. Una cosa es pagar el plato de comida que te pongan. O si gastas luz o agua, pero ¿Por las enseñanzas? Por favor, el Buddha Dhamma no tiene precio y no se le debe poner precio. Personalmente, he enseñado el Buddha Dhamma, prácticas como Metta Vabhana y otras. Al acabar les pregunté a las personas cuál creían que era el precio que debía ponerle a esta enseñanza. Creo que la respuesta es obvia. Se pueden aceptar donativos ofrecidos libremente, pero tarificar las enseñanzas es algo imperdonable y tiene un nombre: comercio. Lo dicho: un auténtico insulto.

Es más, si estás en el paro, olvídate de recibir enseñanzas del Buddha Dhamma. Si quieres aprender: PAGA. Este es el mensaje que con buena educación, te dicen en muchos centros buddhistas.

7. El sectarismo que mantiene reñidos a los seguidores de las diferentes escuelas del Mahayana. A continuación hablaré del sectarismo en nuestro país:

Sectarismos varios

Hace unos años estaba yo en un centro buddhista Zen. Allí me encontraba charlando con el maestro del centro. Yo tomé los votos de Boddhisatva, dentro de la tradición Mahayana Zen. Es entonces cuando me suelta a caraperro, que él no reconocía a ningún boddhisatva que no fuera ordenado por él. ¡Toma castaña! Pero espera, espera, que ahora viene lo mejor: Coje y me dice, así como el que no quiere la cosa, que en el templo japonés donde él estudió, no se reconocía a ningún monje buddhista ¡¡QUE NO FUERA ORDENADO EN DICHO TEMPLO!! Como podéis imaginar, mi rostro adquirió una expresión de incredulidad y perplejidad, digna de un actor del teatro griego. Señores míos: Esto es el sectarismo elevado a la enésima potencia. De algún modo, me hizo recordar como funcionan las federaciones de artes marciales, de las que hace tantos años renuncié a saber de ellas. Oséase, que según este buen señor, los cientos de miles de monjes buddhistas que existen en el mundo, no son auténticos monjes, porque no han sido ordenados por el abad del templo, donde él estudió. ¿Qué hacemos amigos, reímos o lloramos?

Y para seguir ilustrando el tema, quisiera ahora, hacer referencia a una misiva que se me envió, vía email, por parte de cierta importante comunidad budista Zen, en España, en la que se me pedía mi colaboración para ayudar económicamente a las víctimas del tsunami, que recientemente asoló Japón. Y dicho esto, voy a los datos:

Total de víctimas por el Tsunami en Japón: 11.417 muertos.

Total de víctimas por el Tsunami, que azotó varios países como Sri Lanka e Indonesia, en 2005: 296.000 muertos (solamente en Indonesia).

Total de víctimas en los terremotos que asolaron el sur de China (principalmente la provincia de Sichuan) en 2008: más de 80.000 muertos.

Veamos:

Japón= 11.417 víctimas

China= 80.000 víctimas

Indonesia= 296.000 víctimas

Sólo en China, la cifra fué casi 8 veces superior, pero es que en Indonesia, la proporción ya se sale de madre. Y solo he puesto dos ejemplos. Podría hablar de los terremotos que asolaron Haití, y por cuyas víctimas, esta comunidad no hizo ninguna campaña, etc. etc. Y ahora es cuando me surge la pregunta, al igual que me surgió cuando recibí esta solidaria misiva: ¿Acaso la vida de los japoneses tiene más valor para esta comunidad, que las vidas de los 80.000 chinos muertos o que la de los 296.000 indonesios muertos? ¿Es que los miembros o dirigentes de la citada comunidad, únicamente sienten y manifiestan su compasión y solidaridad con el pueblo japonés? ¿Y al resto qué?, ¿Que les den morcillas? Porque jamás recibí ni un solo email, ni tuve conocimiento de ninguna campaña solidaria, a favor de las víctimas de los citados países o de otros que no cito aquí. Como buddhista, siento una profunda vergüenza por tales comportamientos, sinceramente.

Pero sigamos con el tema del sectarismo, sigamos:

Cuando uno lee los escritos dejados por el maestro japonés Eihei Dogen, uno no deja de sorprenderse al ver de qué forma tan feroz, en ocasiones este maestro critica al resto de practicantes, tanto de su propio país, como de China. Y aún más estupefacto se queda uno cuando, puesto que según él, nadie en todo Japón había entendido, ni transmitido las “verdaderas” enseñanzas de Buddha, SOLAMENTE ÉL, había comprendido y transmitido el auténtico y verdadero “Dharma del Buddha”. ¡Toma del frasco, Carrasco!

Claro que cuando uno se va a los escritos dejados por otros contemporáneos suyos, como por citar solamente uno: Nichiren, te encuentras con declaraciones semejantes. O sea, amigos, que cada uno se creía el verdadero depositario de las auténticas y genuinas enseñanzas del Buddha. Y se criticaban de manera feroz, los unos a los otros. Y para muestras, un botón:

“En nuestros días, no han aparecido grandes maestros. ¿Cómo puedo saberlo? Examinando los escritos que estos maestros han dejado…

… Estos maestros no han alcanzado la cima, ni el dominio del aprendizaje, ni se han acercado al estado de realización (salvo él, claro está)”.

“El Buddha-Dharma, aún no ha penetrado en este pequeño y remoto país, tan distante del país del Buddha, ni los maestros verdaderos han aparecido todavía aquí (hasta que apareció él, claro).”

Y otra más:

“Aquel que quiera practicar el Buddha-Dharma y aspire a la Emancipación, debe practicar el Zen”.

Con estas declaraciones, el maestro japonés Dogen viene a declarar, que SOLAMENTE ÉL, ha comprendido y transmitido las auténticas y genuinas enseñanzas del Buddha. Y que la escuela que él dirige, es la única y genuina Via, que te asegura la iluminación. ¡Pues si esto no es sectarismo, que venga Buddha y lo vea!

Monjes de pega

Y siguiendo con el tema monástico. Quisiera señalar aquí otro curioso fenómeno que se observa dentro del buddhismo japonés y de su extensión occidental. Me estoy refiriendo a los monjes-laicos. Mira que he buscado en los sutras, pero nada, que no he encontrado este término por ningún sitio. Vamos a ver, vamos a ver, hasta donde mi conocimiento del Dharma alcanza, que yo sepa, en el Buddhismo sólo existen dos tipos de practicantes: el monje (Bikkhu-hombre o Bikkhuni-mujer) y el laico (Upasaka-hombre y Upasika-mujer) ¿Pero monje-laico? Esto es otra invención más del buddhismo japonés, que junto con el otro invento del “sacerdote” buddhista, parece que el Vinaya a esta gente, directamente se la repampimfla. Es decir, o eres monje o eres laico, pero no se puede ser monje-laico.

Claro, cuando ves “monjes-laicos”, “sacerdotes”, ves que estos monjes beben sake, fuman, asisten y participan de cantos y espectáculos públicos, se van al karaoke, hacen discursos políticos, apoyan la guerra, se acuestan con unas y con otras y hacen del Dhamma un negocio familiar, pues uno se hace preguntas acerca de la fidelidad a las enseñanzas del Buddha Shakyamuni o si bién estamos asistiendo a una perversión de éstas. Y claro, ¡No cuadra!

Quisiera recordar aquí las palabras del Maestro, acerca de la conducta ética BÁSICA, que todos los monjes buddhistas deben seguir:

“Se abstiene de toda incontinencia (sexual) y lleva una vida de perfecta castidad, manteniéndose virtuoso y alejado del torpe trato carnal”.

De hecho, romper el voto de castidad, supone la expulsión de la Orden monástica, de inmediato. Y como ejemplo de lo dicho, mencionaré a un famoso maestro Zen japonés: Se trata de Ryokan, que ya vejete él, se beneficiaba a otra monja, de tanto en tanto. Y por citar que no quede: Ahí tenemos a otro famoso maestro Zen japonés (cómo si no): Ikkyu, que el tío era un borrachuzo de mucho cuidado, que se iba de putas, cuando le picaba la entrepierna. ¡¡Incluso se las cepillaba dentro de los monasterios!! El colmo. Fornicaciones don´t stop entre monjes, ¡Lo nunca visto, oiga! Insultos, agresiones físicas y verbales, fornicación,… ¡Y que no decaída, oiga! Total, un auténtico despropósito. ¡Ay, si el Buddha levantara la cabeza…! En fin, el buddhismo japonés: todo un ejemplo de sectarismo y trasgresión hacia las enseñanzas de nuestro Maestro.

Y todo este elenco de actos incalificables, se siguen perpetuando en occidente. Los maestros Zen fuman, beben, se ríen de la castidad (Incluso ligotean o ya directamente, se cepillan alguna que otra estudiante), insultan, dan tortazos, etc., etc. Mi pregunta, y aunque parezca cosa banal, es: ¿Cómo un tipo que ha meditado tantas horas, puede tener ganas de fumar? Las causas del tabaquismo son claras y han sido perfectamente estudiadas e identificadas: Es la ansiedad. Pero si hay alguna enfermedad que pueda ser aliviada con la meditación, es precisamente esa. ¿Entonces, cómo se explica esto?

Incluso  los  mismos  maestros  Zen  occidentales,  confiesan  que  el  buddhismo  está  muy  deteriorado  en Japón. Claro, ellos SI estudiaron con un maestro “puro” (dicen). Y luego llegamos a Nichiren, fundador de un secta japonesa (¿Dónde si no?) del mismo nombre, el cual se autoproclamaba ser el único ser iluminado aparte delBuddha Shakyamuni.

Pues eso es lo que hay. A mí, sinceramente, me dan escaolfrios.

Colofón y clausura

Y ahora viene la autocrítica personal. Lo expuesto en las anteriores líneas, no es la verdad (Aunque tampoco es mentira). Es solamente mi opinión, contrastada, eso si, con años y años de investigación no sectaria. No intento convencer a nadie de nada. Te invito, amigo lector a que sondees como hice yo y busques y veas con tus propios ojos, lo que muchos no te dirán o incluso te ocultarán. Solamente deseaba compartir con vosotros estas inquietudes que me rondan. Probablemente muchos tendrán sentimientos encontrados, quizás iracundos hacia mi persona, por atentar contra el tótem incuestionable de sus propias concepciones. Eso es bueno. Es lo que quería. Que la gente se haga preguntas, que se cuestione las cosas, que no den nada por hecho, que no acepten las cosas sin más, solo porque obedece a una tradición milenaria. ¿Críticas? Las acepto todas. ¿Las aceptan ellos también? Soy un ignorante y lo sé. A todos los que se hayan sentido molestos por las ideas y hechos expresadas aquí, pido disculpas.

Y mi último consejo:

No os cerréis dentro de los límites-limatantes de ninguna escuela buddhista, por mucha historia que tenga detrás. Investigad, tened un espíritu libre e investigad. Muchas sorpresas os aguardan y muchas dudas aparecerán y eso es estupendo. Os hará ser más críticos y menos sectarios. Que haberlos háilos, aunque ni ellos mismos se reconozcan como tal. No permitaís que ninguna escuela buddhista, ni vuestro apego hacia ésta os limite. Igual que el buddhismo se adaptó a las costumbres y creencias locales, adaptadlo a vosotros mismos y no tratéis de imitar esas costumbres y tradiciones asiáticas, que nada tienen que ver con vosotros. Seguid fieles al espíritu de la enseñanza de Buddha, según queda recogida en el Kalama Sutta.

Y ya sabéis, como decía Fox Mulder:

“La verdad está ahí fuera”

De un soñador soñado.

Metta.

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