Ambientada en un universo de suburbio empobrecido, Forcinito elige un lenguaje crudo, callejero, por momentos chocante. A su vez, las voces que construye registran con gran acierto el habla de la periferia. «Habla» en un sentido amplio ya que, como en la vida, abundan en la novela otras formas contemporáneas de la comunicación, como los mensajes de texto y las ventanas de chat. Con criterio, sea cual sea el canal, el autor toma de esa lengua coloquial sólo aquello que mejor se ajusta a su propósito narrativo, sin abusar de slang innecesario, algo que no siempre es fácil de manejar. Es que si bien En tu mundo raro y por ti aprendí es su primera incursión en la novela, Forcinito ha trabajado antes en poesía y, sobre todo, en cuento.

Ariel Mazzeo

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¿Qué te apareció primero; la historia o el personaje?

Desde hacía varios años venía escribiendo cuentos de terror ambientados en un conurbano ficticio y marginal, y que dependían de algún acontecimiento sobrenatural para que sus tramas funcionasen. Cuando terminé ese libro (que permanece inédito), tuve ganas de contar una novela policial que se desarrollara en ese mismo conurbano, pero que no necesitase de aquellos eventos sobrenaturales. Creo que ahí fue cuando me surgió la idea de trabajar con un asesino en serie, que de inmediato llamé Paraná. El nombre ya me venía dando vueltas en la cabeza desde hacía rato, y surgió a partir de Mississippi, que es el apodo de un cuchillero que James Caan interpreta en el western El Dorado (Howard Hawks, 1966). Como el Mississippi en Estados Unidos, el Paraná es un río central en la obra de varios escritores argentinos. De algo de esto hablé en noviembre del año pasado en la presentación del libro. Volviendo a tu pregunta original, lo primero que tuve en claro de la novela fue el nombre del protagonista.

En tu mundo raro y por ti aprendí. Un título de novela cercano a una declaración. ¿Qué nos podés decir de la elección de esta frase como título?

Una de las líneas argumentales de la novela se sostiene en la tensión homoerótica que se establece entre los dos protagonistas, y que se mantiene a lo largo del relato. El título En tu mundo raro y por ti aprendí, está tomado de un verso del bolero Tú me acostumbraste, compuesto por el cantautor cubano Frank Domínguez, y que a lo largo de los años fue interpretado, entre otros, por el trío Los Panchos, por Olga Guillot y por Luis Miguel. La leyenda cuenta que Frank Domínguez lo compuso en base a una breve pero intensa relación amorosa que sostuvo con otro hombre, un tipo de experiencia sentimental que él nunca había vivido. Pero aclaro de nuevo: es lo que cuenta la leyenda. Sin embargo, cuando Luis Miguel canta el bolero, dice: “Sutil llegaste a mí como una tentación/ llenando de ansiedad mi corazón”. En cambio, en la letra original, Domínguez había escrito inquietud en lugar de ansiedad. En fin, uno podría suponer que tal inquietud hace referencia a un redescubrimiento de la sexualidad por parte del compositor. En este sentido, considero que el verso “En tu mundo raro y por ti aprendí”, articula en consonancia con el espíritu de la novela.

A Paraná lo conocemos después de comerse una mano del Yeti. La situación hace que uno se ponga su camiseta. Hinche por él. Sin embargo da la impresión de que esa primera vez,  con la jeta embarrada en mierda, es cuando más limpio lo conocemos. Y a medida que se ensucia, uno empieza a dudar si está o no en el Equipo Paraná. ¿Cómo trabajaste esta dualidad en el personaje?

Que no se malinterprete lo de “comerse una mano del Yeti”. Paraná recibe una trompada: él no es un caníbal ni mucho menos un zombi. Y sí, entra en escena castigado por uno de los matones de la escuela secundaria. Naturalmente es el sometido quien genera empatías. Hay cierta tendencia a suponer que el sometido sólo desea liberarse para ejercer el bien común.  Creo que sostener el contrapunto, esa dualidad, mantiene en el lector la expectativa de que Paraná pueda encauzar su vida.

El lenguaje coloquial tienta a los escritores. Sobre todo hoy en día, y más aún en el policial. ¿De qué manera te acercaste a esta prosa?

Es un proceso que se da de forma inconsciente, y que tiene que ver con la experiencia vital de cada uno, desde el contexto en que creció hasta los autores que leyó. También el cine y ciertas series ejercen su influencia. Ahora pienso en aquella brutal fábula titulada “Okupas”. Hablando de los espacios vitales, creo que el lenguaje es algo muerto si no trabaja con lo urgente.

Hemingway escribió en «The Art of the Short Story» : «Se podría omitir cualquiera parte sabiendo que se la está omitiendo, y la parte omitida reforzaría la historia haciendo a  la gente sentir algo más de que entenderlo». Cuando se lee la novela, da la impresión de que a uno le llegan un montón de flashes con los que debe armar un collage para poder ver quién es Paraná. Me gustaría que nos contaras acerca de este manejo de las elipsis.

Es una novela fragmentaria, que articula sobre una base de episodios, y mi intención fue que tales secuencias mantuviesen al lector en vértigo constante. Y una cosa lleva a la otra: así es como se va imponiendo ese recurso ya clásico y maravilloso llamado cliffhanger, que “obliga” a pasar a la página siguiente. La constante elipsis de la que hablás probablemente también sea una consecuencia de aquella base episódica sobre la que busqué hacer funcionar la historia.

Tenés lista la continuación de esta historia, titulada Paraná. ¿Qué nos podés contar acerca de esta nueva novela?

Yo no diría que es la continuación, prefiero decir que un libro se complementa con el otro. Es una historia de venganza, y a diferencia del libro anterior, en este, la acción transcurre en el litoral argentino. Aunque me salgo de la vaina por contar más, es todo lo que revelaré por el momento.

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¿Hay vida más allá de Paraná? ¿Tenés otras historias en carpeta?

Sí, claro. Estoy en plena escritura de una novela atravesada por varios géneros, entre ellos, el western y la ciencia ficción. Además, como dije al principio de la entrevista, tengo aún inédito un libro de cuentos.

Sobre El Autor

(Buenos Aires, 1986) Trabaja en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Dogo (2016, Del Nuevo Extremo), su primera novela, fue finalista del concurso Extremo Negro. En 2017, Editorial Revólver publicó Cruz, finalista del premio Dashiell Hammett a mejor novela negra que otorga la Semana Negra de Gijón. Sus últimos trabajos son El Cielo Que Nos Queda (2019) y Ámbar (2021)

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