Una vez más ediciones Pípala acierta de lleno con un título cuidado artísticamente que puede disparar distintos niveles de lectura.

Con guión de Giovanna Zoboli y arte de Mariachiara De Giorgio, Profesión: Cocodrilo presenta una historia que recuerda a los viejos cortos animados de la Warner en los que el perro pastor y el coyote fichaban sus horarios de trabajo antes de a dar rienda suelta a sus instintos en una realidad normativizada.

 

El libro álbum nos muestra al señor cocodrilo arropado en su cama, con antifaz de dormir y piyama, soñándose a si mismo en el corazón de la naturaleza. Tras el aseo y el desayuno -ya vestido de calle- el señor cocodrilo sale a una urbe congestionada, asfixiada de rutina y de malos modos, en la que conviven animales antropomórficos con humanos. Compra su almuerzo y un ramo de flores y se dirige en subte a un destino incierto. Lo vemos ingresar en un club o un parque, regalar las flores a la recepcionista y dirigirse después a una especie de vestuario en donde parece prepararse para ingresar en un sauna que termina siendo el habitáculo para cocodrilos de un jardín zoológico.

 

Una fábula divertida y estupendamente ilustrada que puede interpretarse también como una metáfora sobre el deseo, la rutina y la alienación. Esa primera viñeta en la que el señor cocodrilo sueña con un pantano natural, parece resignificarse terminado el recorrido habilitando una serie de preguntas sobre la naturaleza y la naturalización, sobre el lugar de cada uno en la sociedad y, fundamentalmente, sobre el peligro de dejar anestesiados ciertos llamados.

Sobre El Autor

Damián Blas Vives es actualmente es Director de Gestión y Políticas Culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Entre 2016 y 2020 coordinó el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq de dicha institución y antes fue Coordinador del Programa de Literatura y editor de la revista literaria Abanico. Dirigió durante una década el taller de Literatura japonesa de la Biblioteca Nacional, que ahora continúa de manera privada. En 2006 fundó Seda, revista de estudios asiáticos y en 2007 Evaristo Cultural. Coordina el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y Rastros, el Observatorio Hispanoamericano de Literatura Negra y Criminal. Ideó e impulsó el Encuentro Nacional de Escritura en Cárcel, co-coordinándolo en sus dos primeros años, 2014 y 2015. Fue miembro fundador del Club Argentino de Kamishibai. Incursionó en radio, dramaturgia y colaboró en publicaciones tales como Complejidad, Tokonoma, Lea y LeMonde diplomatique. En 2015 funda el sello Evaristo Editorial y es uno de sus editores.

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