El mundo vive por estos días momentos y situaciones tan complejas y dramáticas, que son absolutamente inéditas para el ejercicio gubernamental y político, solo planteados en escenarios de laboratorio o de ciencia ficción. Es por esto que en los momentos en los que se nos pone a prueba para ver si estamos a la altura de las circunstancias y lo suficientemente madurxs como sociedad para pensar una salida común a la crisis provocada por el COVID-19, creo que lo primero que deberíamos reclamar a nuestra clase política (sin dejar de lado las ideologías), es unidad de concepción para la unidad en la acción. Son los dirigentes que votamos, los que tienen la responsabilidad de conducirnos en estos momentos de zozobra y es nuestra responsabilidad como pueblo o sociedad, la de no generar escenarios que agudicen o empeoren esta crisis.
Es por ello, que ante el cacerolazo propuesto por un sector de la sociedad, para reclamar la baja de salarios del funcionariado político, me parece interesante abordar el tema buscando analizar los objetivos subyacentes o tácitos de la propuesta, tratando de no caer en la atractiva trampa del reclamo.
Probablemente el tema del cacerolazo haya que abordarlo en momentos en que nuestra cotidianeidad se desarrolle con normalidad, para realmente generar un debate sobre la distribución de la riqueza, sobre cómo generarla y cuanto es lo que debe ganar un funcionario público con los niveles de responsabilidad que asumen, desde el presidente, los ministros, pasando por los docentes, el personal médico y de sanidad y las situaciones a las que se exponen.
Realizándole algunos aportes al pensamiento de la Dra. Graciana Peñafort: Creo que proponer en estos momentos, que Alberto Fernández, o Ginés González García, o Daniel Arroyo (por nombrar solo algunos), se bajen el sueldo, es correr el eje de la discusión, es no darnos cuenta que en estos momentos, lo que les deberíamos estar reclamando, es que se jueguen la vida por nosotrxs, que nos defiendan como argentinxs, que nos cuiden como humanxs, porque el destino de la patria está en peligro.
Me parece poco inteligente y una actitud para nada solidaria, solo destinada a abrir una nueva grieta, cuando desde hace tres meses le venimos reclamando al presidente que haga lo imposible por cerrarla y no nos estamos dando cuenta que quienes empujan esta idea, son aquellos que solo quieren levantar la cuarentena, con el objetivo de maximizar sus ganancias sin reparar en los daños que eso le generaría a la sociedad en su conjunto; porque lamentablemente, tenemos un sector de nuestra clase empresaria, que considera que hay vidas descartables. Que es mejor perder “N” cantidad de vidas «daños colaterales» que sobrellevar un escenario en el que haya que ganar menos.
¿Economía o Salud? Creo que el mundo se está planteando esta disyuntiva, y por suerte lxs argentinxs tenemos un presidente que entre la economía y la vida, eligió ambas, pero PRIORIZANDO LA VIDA, la de todos nosotros.
Empresarios que despiden trabajadores, en momentos en los que se les pide que hagan un esfuerzo, como se nos pide al resto de los argentinos, cuando durante décadas han vivido y se han enriquecido gracias al Estado, lo que buscan con consignas como la del cacerolazo es generar nuevamente una clase política que se someta a sus intereses y no a los de la mayoría de la Nación.
Ya vivimos un estado administrado por los CEOS de las empresas transnacionales (empleados de los empresarios), que nos dejó la triste experiencia de un estado hiperendeudado, al servicio del establishment y no del pueblo.
Son los mismos empresarios dueños de los bancos, que rematarían tu casa comprada con un crédito UVA, si el Estado no lo hubiese impedido dictando una norma ad – hoc. Los dueños de las empresas de servicios públicos que tampoco pueden cortarte el servicio, porque el gobierno te lo garantizó; las mismas empresas que durante el “CEOcratos” te dolarizaron las tarifas aunque vos cobrabas en pesos.
Todos ellos son los que no quieren dejar de ganar un peso, aunque para lograrlo, se tengan que morir tus viejos o los míos, que son población de riesgo, o tu hijo diabético o inmunodeprimido.
Golpeemos las cacerolas, por algo que salve vidas y no por algo que salve balances que nunca te salvan a vos. Ni a nuestros viejos, ni a nuestros hijos; solo a ellos…, siempre a ellos.
Tomando algunos aspectos del análisis del compañero Dr. Jorge Rachid: No hay dudas que es una operación político empresarial, la de convocar a un cacerolazo en medio de la cuarentena por una pandemia; cuando la discusión debe estar centrada en la salud pública, con un gobierno que está tratando de implementar y desarrollar, todos los instrumentos económicos y jurídicos, para poder controlar una situación tan dramática. Esto habla de la estatura moral de quienes lo promueven.
Lo que se está atacando es la política, intentando generar nuevamente un precedente nefasto, como el que ya generaron gobiernos de nuestro país, al principio del milenio. A mi entender, el liderazgo político, en momentos como estos, debe estar abocado a tomar decisiones tendientes a impedir la devastación social que puede generar una pandemia. Por eso es vital, que haya coordinación intergubernamental, con las organizaciones libres del pueblo, ONGs, la iglesia y las empresas con responsabilidad social; subordinando en esta coyuntura, la política partidaria, al bien común y a la epidemiología, que va desarrollando un seguimiento de la pandemia, minuto a minuto, a nivel local y mundial, sin perder de vista el objetivo de construir un Modelo Social, Solidario y Productivo, con base en los seres humanos, NO SOBRE LOS CADÁVERES DE MILES.
Esto significa llevar delante de forma paralela, políticas que favorezcan también, el cuidado de las empresas, con empresarios patriotas y socialmente responsables, reconociendo el aporte del movimiento obrero organizado y su sistema solidario de salud, que rápidamente la dirigencia sindical puso al servicio de la sociedad en su conjunto.
Es por esto que festejo la coordinación entre los intendentes, los gobernadores, el gobierno de la CABA y el gobierno nacional; poniendo de manifiesto LA SOLIDARIDAD SOCIAL, elemento esencial para reconstrucción de la conciencia nacional y la soberanía política que necesitamos, para ser artífices de un destino común, que nos enaltezca como pueblo, dejando en claro que ¡LA PATRIA SOMOS TODXS!
Rodrigo de Echeandía
Agrupación Confluencia Popular – P+K