Entre sombras y tumbas. Entre gatos y moscas.

Una historia de marginalidad. Un lugar apartado de la sociedad; un territorio hostil que acumula desterrados.

Destinos que se cruzan con la muerte en el alma. Esqueleto humano que alberga esperanzas que indefectiblemente se pierden, sin alcanzar la redención del género.

Un ida y vuelta, un destiempo, un regreso a humo de pajas; una reflexión inútil. La imposibilidad de lograr un objetivo; malogramiento, malicia, perversidad.

Infancias castigadas; niños víctimas, adultos victimarios que condenan a la prole a un desamparo entre muros; una cárcel sin barrotes, sin custodios, y sin escape.

Una historia de pobres contra pobres disputando un poder insignificante; impulso vital encorsetado. Vidas de mala muerte, de poco valor desde el afuera acostumbrado a ver irse todo entre otros humos, mientras adentro sueñan con apartarse de un peligro, mientras adentro esperan poder huir de la quema. Monoblock, símbolo de la muerte. Lo más cercano, el limbo.

Estremecimiento. Amor y cobardía.

También crueldad y sacrificios.

Traumas y torturas. Miedos y recuerdos. Rasgos de identidad. Drogas y alcohol.

Discriminación y estigmas; humillación.

Adaptación, miseria. Mentiras y secretos.

Un contorno aparente, un borde. Un sexto piso vacío y, entre tanta oscuridad, un duelo entre dos poseedores de un mismo amor atrapado sin salida.

Es la historia de dos pibes que se quedaron solos y que debieron crecer de golpe. Uno, se reconoce cobarde. El otro, poseído, dominado por la ira.

Y, entre los dos, la piba hermosa, que prometía un futuro mejor, y por amor, se arruinó la vida.

Elegiste un lugar, un espacio bien definido y lo describís; ¿lo conociste por dentro?, de ser así, bajo qué condiciones. De lo contrario, ¿cómo lo imaginaste?

En realidad, lo primero que elegí fue el sentimiento de derrota. Historias que retrataran un poco esa sensación de fracaso, de falta de sueños, de tristeza. Quería escribir un libro de cuentos entrelazados. Un edificio cualquiera y cada departamento un cuento, una historia. Empecé con Germán regresando y, el edificio se convirtió en muchos edificios y esos muchos edificios se convirtieron en los monoblocks y Germán se redefinió como uno de los personajes principales de un cuento que se convirtió en novela.

Parte de mi infancia y adolescencia viví en un barrio así. Claro que hace más de veinte años las cosas no eran tan cruentas ni mi realidad tan hostil. Aunque a medida que el tiempo iba pasando la cosa se ponía cada vez más fea y esa sensación de que el barrio te chupa empezó a meterse en mis miedos. La realidad es que el barrio no te chupa, es el afuera que no te deja salir y te tira para adentro, una y otra vez, por portación de dirección, porque si sos de un barrio así, no sos de fiar para darte un trabajo, porque ahí son todos chorros y villeros.

También tuve que adaptar mis recuerdos a los tiempos que corren y a la historia que quería contar.

Así la sensación de fracaso de Germán con su regreso dio vida al Polaco y a Marianela, y a todos lo otros personajes de la historia. Personajes imaginarios que fueron retratando este mundo aparte, tan lleno de derrotas, violencia y marginalidad.

Figuras paterna y materna. Un quiebre y un después en las casas de Germán y de Martín. ¿algo más en común?

Germán y Martín, el Polaco son el héroe y el anti héroe que se van intercambiando el título, tramo a tramo de la historia. En realidad, los dos son víctimas de una infancia fundada por un contexto familiar violento que va construyendo sus personalidades.

Todo gira alrededor de tres personajes principales: Germán, el Polaco y Marianela; sin embargo, cada uno de ellos crece en esta historia partiendo de una infancia, una adolescencia, a la sombra de un entorno familiar.  ¿Cómo fuiste tejiendo esta red de relaciones, en el caso de ellos, vínculos enfermos? En el caso de ella fue algo diferente, ¿no?

Así como Germán y el Polaco se convierten en productos de sus realidades familiares, Marianela también. Ella tiene unos padres presentes que, a pesar de vivir allí, no se resignan y se esfuerzan por darle una buena educación. Quizás sus expectativas son muy altas, o quizás el barrio mismo se empecina en no permitir que escape. Y es por eso, que todo se derrumba cuando ella queda embarazada. A lo largo de la novela se va desdibujando y es una mujer totalmente diferente a la que estaba destinada a ser, hasta el punto de no reconocerse ella misma.

Las relaciones se tejen a partir de estas diferencias y semejanzas y en la fuerza gravitatoria de los monoblocks condicionándoles la vida a todos ellos.

La cuestión de fondo es la marginalidad, la exclusión social, el desamparo, el contraste entre el desarrollo armónico y planificado; racional y humano, por un lado y, por otro, el abandono y el desinterés que deja librada a su suerte la existencia de los seres vivos en determinados lugares.

Parecería subyacer aquí una interpelación producto de tu preocupación por lo social, ¿puede ser?

Por supuesto, una preocupación y la impotencia que siento por la invisibilidad de tanta gente abandonada, de tanta violencia ignorada.

Hay tanta oscuridad en esta vida, tanta brutalidad. Y veo que la mayoría, los de aquí y los de allá, se resguardan en sus vidas, en su realidad más o menos buena o mala y cierra los ojos a todo lo demás.

Una jungla en que cada uno se preocupa por comer sin mirar si el de al lado tiene hambre.  A veces creo que esa ceguera es un mecanismo de defensa a la impotencia de no poder cambiar estas cosas.

Yo me libero escribiendo sobre todo lo oscuro que se oculta bajo el sol. La devastación y el desamparo de los monoblocks trascienden sus límites y hay tanto para contar…

Una lectora muy joven me escribió cuando terminó de leer Monoblock y me dijo que estaba impactada, que con la novela pudo ver una realidad tan ajena a la suya y que había caído en cuenta de que cosas así pasaban de verdad.

Jamás fui tan pretenciosa como para ambicionar lograr ese efecto, pero sus palabras me calaron hondo.

El resentimiento y el odio están presentes en esta historia. ¿El Polaquito no tuvo opción?

No lo sé ¿La tuvo? Yo creo que todos nacemos buenos. Después cada persona reacciona y acciona como puede. Las circunstancias te van llevando y en tus actos pesa todo el bagaje que llevás a cuestas. Hay quienes se vuelven más fuertes y humanos ante las adversidades y hay otros que siguen ese lado oscuro y redoblan la apuesta. El Polaco actuó con la carga que le di, porque contar lo que yo quería contar, implicaba llevarlo al límite, transformarlo en la peor versión que podía ser y así y todo, mostrar que siempre queda algo bueno adentro, aunque sea mínimo, aunque nadie lo pueda ver.

El destino y la fatalidad. ¿Hasta qué punto gravita la resignación?

Creo que toda la novela se mueve arraigada al sentimiento de derrota, de no poder cambiar lo que se quiere cambiar, de no poder salir de esa realidad. Esa impotencia es la que hace que los personajes tarde o temprano se resignen a su fatalidad, la hagan parte de sí mismos.

La cuestión de género es un tema que da vueltas por esta historia compartida. ¿Qué podés decirnos al respecto?

La cuestión de género da vueltas por esta y por todas las historias, es parte de la realidad en cualquier escenario porque es una cuestión de poder. Si el mundo está dominado por los hombres qué esperar de un submundo en el que el poder se nutre además de la naturalización de la violencia como requisito para sobrevivir. Si bien, hoy en día, las mujeres vamos ganando espacios, y nos preocupamos por otras mujeres, en los sectores más vulnerables siguen luchando por sobrevivir y son invisibles a los ojos de una sociedad que se niega a verlas, porque ver implica tener que hacer algo al respecto.

Sin embargo, volviendo a los monoblocks, quizás de manera sutil, si observamos bien, la que tiene el verdadero poder con respecto al Polaco y a Germán es Marianela. La pregunta es: ¿qué hace ella con ese poder?

¿Sabemos nosotras, las mujeres, que no precisamos que nos den un lugar en el mundo, que ya lo tenemos, que es nuestro y que no necesitamos pedir permiso? Yo creo que la mayoría estamos convencidas de eso y hay otras muchas que necesitan tomar envión.

En definitiva, todos los personajes femeninos de la historia, Diana (quizás la más combativa), Patricia, incluso Adelina, son interesantes de ver, son versiones de mujeres que viven condicionadas por las circunstancias, pero que así y todo se empeñan en sobrevivir.

El aborto, también aparece aquí como tema central, como opción y como decisión. Por favor hablanos de ellos, ¿puede ser?

Particularmente sobre este tema recibo muchos comentarios y son tan disímiles que me impacta.

Quise mostrar cómo la protagonista afronta esta encrucijada de su vida, la forma en que lo hace, lo que ella siente. Creo que con eso, el lector tiene mucho para pensar.

Marianela es un adolescente que queda embarazada y está sola, en ese marco, nos encontramos con todas las opciones posibles, con todas las formas posibles de afrontarlo. ¿Realmente es ella la que toma la decisión? Con toda su realidad a cuestas, ¿había otras opciones?

Los derechos del niño ¿qué pensás de la presencia del Estado, en relación al tema? Y, ¿cómo ves otro tema, como ser el de la violencia familiar?

Si hay un tema que me hierve la sangre es justamente la violencia hacia los más indefensos. Cotidianamente leemos noticias en que niños son asesinados, torturados, maltratados, muchas veces por miembros de su entorno familiar. Sin contar con la enorme cantidad que desaparece y de los que nunca más se sabe. Niños que crecen en sectores invisibles, en las calles, indefensos, a merced de la falta de educación, de la falta de empatía, de la falta de piedad, con un Estado ausente, con una sociedad que mira para otro lado.

En el trato a sus niños se ve la pobreza de una Nación, no solo la pobreza económica, la de principios éticos y humanos, también de leyes que los protejan.

Lamentablemente, se naturalizó tanto toda esta deficiencia que se volvió moneda corriente. Ni el Estado, ni los ciudadanos hacemos nada o, lo poco que se hace no alcanza. Porque hacer planes y programas para la niñez sin atacar el daño coyuntural de años de ceguera, no sirve. Es inútil si no se hace un seguimiento. Porque no atacar al problema de fondo, atacarlo enserio, lo único que hace es sumar generaciones de maltrato y abandono.

Discriminación y estigmatización. Esto es algo que también ocurre entre quienes son víctimas del mismo fenómeno. ¿Cuál sería, según tu punto de vista, la explicación y cómo erradicar esta costumbre tan arraigada?

La única manera de erradicar algo como la discriminación es la educación. Quien mama maltrato, muchas veces, la mayoría, termina siendo maltratador. En los monoblocks sus habitantes son discriminados por el afuera, metidos todos en una misma bolsa, todos, los honrados (porque hay muchos laburantes honrados) y los delincuentes, para el exterior, son iguales.

En ese mundo aparte, con sus leyes y sus categorías de poder, se discrimina como norma, como si al actuar igual que el afuera con ellos, dejaran de sentirse apartados. De ahí la discriminación por nacionalidad, por color de piel, por género. Se segrega, se humilla a lo que no es igual. Mecanismos de canalizar el odio de sentirse excluido.

Uno de mis personajes más queridos es el Bola Flores, su historia retrata perfectamente el tema de la discriminación y del odio.

Más allá de todos estos temas, la historia termina siendo una de amor, de encuentro y desencuentro, de pasión y muerte. La pregunta entonces es, ¿qué pensaste primero, el lugar en sí, con todo lo que ello representa? ¿o el romance, el alejamiento y el regreso?

Las historias, como la vida misma, se van desarrollando solas. Una cosa lleva a la otra, las personalidades que van adquiriendo los personajes no pueden actuar de otra forma que en consecuencia de quienes son.

Encuentros y desencuentros, pasiones, amor y muerte son ingredientes de toda vida, con sus más y con sus menos.

Partí de una idea, nació un personaje, nacieron los otros, vivieron su historia.

 Sin entrar en detalles, ¿costó parir el final, o llegó sin vueltas?

Sin vueltas llegaron tres finales posibles. Todos consecuentes con el sentimiento que impulsara la primera idea que desencadenó la historia. El final que quedó, lo eligieron ellos, los personajes. Como decidieron cada paso, en cada una de sus páginas.

Sobre El Autor

Ex funcionario de carrera en la Biblioteca del Congreso de la Nación. Desempeñó el cargo de Jefe de Difusión entre 1988 y 1995. Se retiró computando veinticinco años de antigüedad, en octubre de 2000, habiendo ejercido desde 1995 la función de Jefe del Departamento de Técnica Legislativa y Jurisprudencia Parlamentaria. Fue delegado de Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) - Responsable del Área Profesionales- en el Poder Legislativo Nacional. Abogado egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la U.B.A. Asesor de promotores culturales. Ensayista. Expositor en Jornadas y Encuentros de interés cultural. Integró el Programa de Literatura de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Se desempeña en el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq. Es secretario de Redacción de Evaristo Cultural, revista de arte y cultura que cuenta con auspicio institucional de la Biblioteca Nacional (M.M.)

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