Una imaginación alucinada

Los libros de Fabián Soberón, en especial este libro de relatos que el autor reunió bajo un nombre que oficia de título —eufónico, enigmático: “Edgardo H. Berg”—, es, como el resto de su obra, una sucesión de textos que uno puede leer desprevenido, sin darse cuenta del riesgo al que se enfrenta a un paso de atravesar arenas movedizas, ciénagas profundas, la confusión de la realidad con la ficción, la meta ficción de historias mestizas e ignorando, también, que no llegará indemne a la última página. En el vertiginoso transcurso, cuando crea encontrar un sitio del cual asirse, estará dando otro paso en falso. Y es así porque sencillamente y sin siquiera vislumbrarlo, se adentró en un territorio literario que transmuta frase a frase, que los párrafos se reescriben a sí mismos, invariablemente distintos, pero formando un continuum que define la marca registrada de una escritura y, por eso mismo nos perturba y lo hace con la habilidad del artista que equilibra la pértiga en tanto atraviesa un vacío insondable equilibrando los pies ante una línea tensada sobre el abismo. No sólo con ese raro páramo inhóspito donde los héroes de la Historia Oficial no lo son tanto, y los traidores y falsarios, tampoco, con una indudable maestría para reunir géneros y formas mediante el singular uso de la lengua es que, una vez más, Soberón sorprende. Como con Kafka, este libro abre todas las posibilidades y ninguna, deja abiertos misterios y transfigura el pasado. Se diría que juega hábilmente con espectros a quienes arbitrariamente condena a la santidad o al desprecio y lo hace del mejor modo: sin juicio de valor. Se diría que a Soberón se lo lee como si se tratara de una traducción de sí mismo; acaso, en el íntimo acto de creación, él sea sin proponérselo uno de sus heterónimos. Finalmente nos quedarán los escombros de una imaginación alucinada, cierta extrañeza y una herida abierta en la memoria.

Título: Edgardo H. Berg

Autor: Fabián Soberón

Editorial: La Papa

 

Sobre El Autor

(Buenos Aires, 1956) es escritor y docente universitario. Entre otros libros de cuentos publicó Historias con nombre propio (1994), Olvidar a Marina (1995), Marea Negra (2001), Formas Transitorias (2005- Premio Fondo Nacional de las Artes) y de las novelas El ilusionista (2006), El informe de Egan (2007- Premio Fondo Nacional de las Artes), El Médano (2010), Cita en Rabat (2017), entre otras. Ficciones breves de su serie inédita Seres de Entreguerras integran la antología En Frasco Chico. En 2008 el Fondo Nacional de las Artes le otorgó la Beca Nacional de Creación Literaria. Su novela La memoria y el viento escrita al amparo de dicha Beca resultó finalista del Premio Emece de Novela 2010. Su último libro es La vida ausente (2020).

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