Editorial Ignotas salió a la pista con este libro en el que reúne, como su nombre lo indica, tres nouvelles que pretende rescatarlas, revivirlas de ese entierro que hace del tiempo, olvido.
El primero de esas tres está a cargo de Raúl Waleis, seudónimo de Luis V. Varela, quien también fue uno de los pioneros en incursionar en el género negro. Su relato se llama El Doctor Whüntz y fue publicado en 1880.
El protagonista de la historia, el doctor Whüntz, se propuso descubrir la clave que preside a todas las acciones. Realizó experimentos con criminales, y en Flandes examina los cuerpos de los ajusticiados, en una manera que recuerda a los experimentos realizados por el criminólogo italiano Cesare Lombroso, y a su vez, a la obra Frankestein.
Encerrado en su gabinete, tratando de llegar a los rincones más profundos del hombre, pierde todo contacto con la realidad y su único “amigo” es el verdugo del pueblo, que lo provee de cadáveres.
En un momento, el verdugo le pide que salve a su hijo, Herman, de heredar su puesto, profesión que recibieron como un castigo por las macanas de un antepasados. Whüntz acepta. Lo “adopta” y lo pone a investigar cuerpos y lo aleja de las máquinas de tortura, acercándolo a su hija Margarita.
Para cuando el conflicto golpee la puerta de la historia, Whüntz tendrá la oportunidad de comprobar que las respuestas que busca no están en los muertos, sino latiendo, enfrente suyo.
El segundo relato, de 1895, corresponde a Enrique E. Rivarola y se llama Mandinga. Es el más largo y con su tono relajado se vuelve el más entretenido e interesante de los tres.
Mandinga empieza narrando la aparición de un hombre con un cartel que reza:
de qué sirve que se salve el cuerpo si se pierde el alma.
La gente se pregunta qué pasa, de dónde salió al tipo. Dudas que se acrecientan cuando al otro día son varios los portadores de dicho mensaje. Después desaparecen y el misterio del porqué con ellos.
Inmediatamente después pasaremos a conocer al Doctor Calderón, quien atendiendo a sus necesidades y a su soledad, responde, a su manera, un mensaje en el diario de una señorita francesa llamada Mignon buscando hogar, y decide abrirle las puertas de su soledad. Los días se tiñen de felicidad al lado de esta dama.
Ante ciertos cambios repentinos del comportamiento de su bella dama, el Doctor Calderón decide tener una sesión espiritista para ver qué tan fiel es su mademoiselle. La experiencia deja aterrada a Mignon, que empieza a escuchar ruidos. Calderón se pone en contacto con su amigo Nicomedes, que le sugiere sacársela de encima, aduciendo que Calderón encontró a esa chica “como un viejo que ha encontrado el árbol en que ha de colgarse”.
La conclusión de ambos: es que Mandinga se ha instalado en el cuerpo de ella.
Y será deber del Doctor Calderón sacarla.
El Padre Roque llega traído por Calderón para que la exorcise, digamos, a lo que el Padre aduce que las mujeres, desde el vamos, son el demonio.
“El diablo, en cuerpo de mujer, está en su casa particular”.
El cuerpo como vehículo al pecado, y para qué sirve un cuerpo sano si el alma está destruida, se pregunta el doctor. Y ahí volvemos al principio:
de qué sirve que se salve el cuerpo si se pierde el alma
El último relato titulado El Homunculus data de 1918 y es de la pluma del autor italo-argentino Pedro Angelici. En el, el profesor Lo Russo, haciéndose cargo de sus teorías -y quizás de sus propias inseguridades-, tomará el riesgo de generar un niño a través de la ciencia para su alumna.
Nuevamente en esta historia, el entender la ciencia parece más fácil que a las mujeres, como cierto personaje en un momento de la obra dice, enfadado: ¡Química! ¡Biología! ¡Mujeres!.
Las teorías e hipótesis se apilan y suceden en la cabeza de Lo Russo, mientras busca la solución y cree hallarla en la radioactividad con la que supone poder, finalmente, recrear el proceso de la creación. Durante el experimento se dará cuenta que la locura es más peligrosa que la radioactividad.
Título: Tres Nouvelles Fantásticas Argentinas 1880-1920
Autor: Raúl Waleis, Enrique E. Rivarola, Pedro Angelici.
Editorial: Ediciones Ignotas
174 páginas.