Nuevos descubrimientos acerca de la trayectoria de Alejandro Magno

En los últimos tres meses los investigadores han publicado diversos descubrimientos arqueológicos que llevarían a una nueva interpretación de las conquistas de Alejandro Magno. En este artículo mencionaremos tres de los más importantes, que nos sitúan en la ciudad de Tiro (al sur del Líbano), en la isla de Icaro (Kuwait) y en Alejandría (Egipto).

Sabemos que Alejandro Magno fue hijo de Filipo II (383 a.C. – 336 a.C.) y Olimpiade.  Su padre fue una figura muy importante, ya que logró sentar las bases de lo que sería, posteriormente, el imperio de Alejandro. Rey de Macedonia y de la casa de los Argeadas, se decía descendiente de Heracles.

Durante su reinado Filipo II logró apaciguar las fronteras de Macedonia venciendo a sus enemigos y además, consiguió deshacerse de los pretendientes a la corona.  Los investigadores afirman que logró convertir al reino en un estado casi independiente. Macedonia se expandió por Anfipolis, Pidna, Metona y Potida.

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La monarquía macedonia era militar, es decir, el rey era a su vez jefe, sacerdote y juez supremo. El ejército lógicamente poseía una gran importancia y estaba ligado al rey por la fidelidad.

Filipo tuvo dos reinas legítimas: Olimpíade, madre de Alejandro y Cleopatra. Algunos creen que además tuvo cuatro mujeres más, con las que habría tenido hijos.

Alejandro Magno (356 a.C. – 323 a.C.) gozó de una buena educación con Aristóteles, famoso filósofo griego. A los 16 años fue nombrado regente del reino y fundó la ciudad de Alejandrópolis en Tracia. A los 27 años de edad, y tras el asesinato de su padre, heredó finalmente al trono.

Alejandro Magno

Alejandro Magno

Lo primero que debió hacer es asegurar su puesto eliminando al suegro de Filipo. Luego consolidó el reino realizando expediciones contra pueblos del norte, los tríbalos y los ilirios. Tras lograr calmar las sublevaciones que se habían gestado al propagarse la falsa noticia de su muerte, Alejandro Magno comenzó con sus conquistas en el continente Asiático.

El imperio persa, bajo la regencia del rey Darío III de la dinastía Aqueménida, era quien dominaba la zona.

En el año 334 a.C., Alejandro cruzó el Estrecho de los Dardanelos con un ejército de 5.000 caballos y 30.000 infantes, compuesto por macedonios y por griegos enviados por la liga. El segundo en jerarquía luego de Alejandro era Parmenio, antiguo general y amigo de su padre. Es importante destacar que Alejandro Magno iba acompañado de historiadores, arquitectos y geógrafos.

La primera Batalla es la del Gránico. Antes de poner sus pies en Asia, arroja una lanza al suelo, símbolo de que tomaba bajo su posesión el continente. Los persas habían reunido el ejército de tres satrapías: Frigia, Lidia y Capadocia. Alejandro logra derrotarlos en el 334 a.C., masacrando a numerosos mercenarios griegos que pertenecían al ejército persa. Los sobrevivientes fueron enviados a Macedonia y en Frigia se nombra a un sátrapa de origen macedonio. Aquí podemos ver el primer indicio de que Alejandro se consideraba un sucesor legítimo del rey persa.

En Asia Menor no se libraron más batallas, porque las colonias lo veían como un libertador del yugo persa. La política de Alejandro en Asia fue distinta de la aplicada en Grecia. En Asia, expulsó a los tiranos de las colonias del Mediterráneo y las reemplazó por democracias. En Grecia en cambio, las ciudades que fue conquistando fueron incorporadas a su propio reino.

La segunda batalla es la de Issos, librada en el 333 a.C. Alejandro Magno obtiene la victoria y el rey Darío III escapa. El campamento persa cae en manos de los macedonios, por lo que la madre, la esposa y dos hijas de Darío son capturadas.

Mapa de la batalla de Issos.

Mapa de la batalla de Issos.

Alejandro continúa hacia el sur, donde conquista las ciudades costeras de Arados, Biblos, Sidón y Tiro. En cada una deja en su lugar a los sátrapas gobernantes, aunque los persas aprovecharon que el ejército macedonio continuó su marcha para reconquistar las ciudades. Darío envía una embajada ofreciendo 10.000 talentos y un territorio ubicado al oeste del Eufrates a cambio de su familia, pero Alejandro Magno lo rechaza. El general Parménides es ubicado en Siria para controlar esa zona.

El primero de los nuevos descubrimientos que cambian la historia de Alejandro Magno corresponde a la isla de Tiro. Ésta se encontraba situada a  800 metros de la costa del actual Líbano y fue una de las ciudades fenicias más importantes.

Esta era la única de las ciudades que se había negado a someterse ante Alejandro. Ellos no querían permitirle al conquistador ofrendar en su recinto al dios Melkart (el dios Protector de Tiro), porque solo podía hacerlo el soberano de la isla.

Tiro fue sitiada durante 7 meses, en los que Alejandro hizo construir un dique para acercar las máquinas de asedio a las murallas de la isla. Además, consiguió el apoyo de una flota de otras ciudades fenicias y de los chipriotas. Se cuenta que al entrar en la ciudad se realizó una matanza terrible y los sobrevivientes, al parecer 30.000, fueron vendidos como esclavos.

Estudios actuales realizados por el investigador francés Nick Marriner, del Centro Europeo de Investigación y Enseñanza de Geociencias del Medioambiente, comprueban que además de la sagacidad de los ingenieros de Alejandro Magno, la naturaleza contribuyó a la creación del puente entre el continente y la isla.

Aparentemente, alrededor de 10.000 años atrás, se habrían ido acumulando los sedimentos costeros, promoviendo la creación de un puente de arena natural;  luego, hace 8.000 y 6.000 años, este puente ya había comenzado a formarse con entornos marinos poco profundos; y una desaceleración de la subida del nivel del mar postglaciar y la dispersión de las energías de las olas en Tiro provocaron luego un crecimiento natural de un banco de arena que unía la isla con el litoral.

Puente de Tiro

Puente de Tiro

Continuando con la trayectoria de Alejandro Magno en el continente asiático, el tercer lugar al cual llega, es Egipto. Alejandro ingresa en el año 332 a.C. y es recibido como un libertador; incluso el sátrapa se rinde sin luchar. En Menfis los sacerdotes lo nombran con la corona del Alto y Bajo Egipto. Apoya al clero local, la religión y a los templos leales, ya que los que no lo eran recibían un castigo. Alejandro permanece todo el invierno allí e incluso sacrifica el toro Apis. Se dice que envía una expedición a buscar las fuentes del Nilo y que realiza una visita por el desierto al santuario de Amón. Este quedaba en el oasis de Siwa, donde los sacerdotes lo reciben con el saludo tradicional de los faraones: “hijo de Amón”.

 

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Toro Apis

 

Alejandro reorganiza la administración Egipcia y confía el país a dos nativos como jefes de la administración civil y a dos macedonios al mando de la administración militar. Es importante destacar que el haber conquistado Egipto, implicaba tener el control total de la costa este del Mediterráneo.

El segundo de los nuevos descubrimientos transcurre en este país y concierne a la ciudad de Alejandría, fundada por Alejandro. La ciudad fue nombrada así en honor a su biblioteca, alguna vez, la más grande del mundo, así como el faro en la isla de Pharos, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Los arqueólogos han descubierto bajo el agua, restos de una ciudad que habría existido en Alejandría, al menos siete siglos antes de que Alejandro Magno arribase.  Por lo tanto, el no habría fundado la ciudad.

Se cree que Alejandría habría sido construida sobre la base de un asentamiento conocido como Rhakotis, posiblemente compuesto por pescadores, según los investigadores. Pero los recientes descubrimientos apuntarían a que podrían haber sido un centro urbano importante hacia el 1000 a.C. Los estudios igualmente no permiten afirmar aún cuan grande era la comunidad.

El geoarqueólogo Jean-Daniel Stanley, del Smithsonian’s National Museum of Natural History, extrajo muestras de sedimentos en los que se observaron restos de cerámicas, piedras y otros elementos importados de Egipto.

Mohamed Abdel-Maqsud, un experto del Consejo de Antigüedades de Egipto, refiere que el descubrimiento aún estaba en sus primeras etapas, por lo que debemos ser cautelosos.

Volviendo a la trayectoria de Alejandro Magno, la siguiente batalla fue la de Gaugamela, llanura ubicada en la Mesopotamia, en el 331 a.C., Allí se encuentra con Darío III y su ejército, y gana la batalla.

Luego Alejandro prosigue hacia el sur, Babilonia, donde el sátrapa gobernante era Mazeo, un oficial de Darío que se había distinguido en la batalla de Gaugamela. Este entrega la ciudad y es reconfirmado en su cargo.

Alejandro permaneció un mes, aproximadamente, practicó ofrendas a Marduk y dio la orden de reconstruir su gran templo (destruido por Jerjes). Se dice que también apoyó al clero local y les dio el derecho de emitir una moneda propia.

Luego partió rumbo a las residencias persas de Susa, Persepolis (que es incendiada por Alejandro) y Ecbatana.

Darío estaba refugiado con el sátrapa de Bactria, pero éste lo traiciona y se declara emperador bajo el nombre de Artaxerxes IV. El cuerpo de Darío es abandonado herido tras una escaramuza con los macedonios. Finalmente es encontrado muerto y llevado ante Alejandro, quien lo honra con los funerales y honores propios de un gran rey. Así, Alejandro se legitima como sucesor y decide vengar a Darío matando al sátrapa de Bactria.

A partir de este momento se notará un cambio de actitud en Alejandro, que comienza a ubicar a una mayor cantidad de nobles persas en los cargos principales de las satrapías. El ejército también irá cambiando y solo los macedonios quedarán. Alejandro entonces será un sucesor, y no un conquistador.

Empiezan a surgir conspiraciones entre los leales a Alejandro y a levantarse guerrillas, por lo que hasta el año 328 a.C. se dedicará a aplacar los levantamientos de los sátrapas.

En Samarcanda se casa con Roxana, hija de un noble Sogdiano y tiene dos hijos. Esto formaba parte de dos objetivos, uno, la legitimación y el otro, la formación de una nación greco-asiática.

La India es el último de los territorios por conquistar. Antes de llegar allí Alejandro ya se había asegurado el apoyo de tres jefes locales: Sisicohus, Sungaeus y Amphis (de Taxila y enfrentado con su vecino Poros).

Alejandro pasa por el valle de Kabul y en el Indo unas secciones del ejército habían preparado un puente. En Taxila es acogido cortésmente, pero el reino de Poros no acepta la sumisión. Finalmente luchan y Poros huye al sur, donde se rinde. A pesar de esto, Alejandro lo reconfirma en su trono y le entrega los reinos vecinos sometidos. También logra un acuerdo de paz entre los reyes de Taxila y de Poros.

Finalmente, Alejandro construye una flota al mando de Nearco y divide en tres el ejército:

Un grupo vía fluvial con Nearco al mando. Ellos irán por el Indo hasta el mar.

Un grupo vía terrestre con Alejandro Magno.

Crateus al mando de un grupo vía terrestre rumbo a Aracosia (desierto). Ellos pasan por Kandahar y por el valle del río Hellmand.

El grupo de Nearco debía mantenerse paralelo al grupo de Alejandro que iba por tierra, pero en una ocasión los monzones causan que ambos se separen.

En el camino de regreso, Nearco llega a una isla llamada Failaka, a 20 km de la actual ciudad de Kuwait. Allí funda una ciudad llamada Icaros, redescubierta veinticinco siglos después.

Mapa del camino de Alejandro Magno

Mapa del camino de Alejandro Magno

En noviembre de este año, los arqueólogos griegos comenzarán con las excavaciones, organización y restauración del sitio, a raíz de un acuerdo firmado, el 25 de Julio, por el Secretario del Ministro General de Cultura Christos Zachopoulos y por el Secretario General de Kuwait, encargado del arte y cultura, llamado Bader Abdulwahab Al-Rifae.

La isla reflejaría numerosos periodos de interés arqueológico, según Zachopoulos, quien previamente habría revelado parte de la ciudad helenística y un templo dedicado a Artemisa.

Varias monedas griegas e inscripciones han sido encontradas, junto con figuras y jarros de cerámica. El elemento más importante lo constituye una inscripción que consiste en 42 versos en griego, decisivo para poder identificar la isla en la que se encontraba la ciudad de ICARO, a la que los antiguos historiadores Estrabón y Arriano se referían.

Anteriores excavaciones habían sido llevadas a acabo por arqueólogos de Dinamarca, Italia, USA, Francia y Kuwait.

Zachopoulos mencionó que el acuerdo firmado es parte de un programa de cooperación entre el Ministerio de Cultura y el mundo árabe, que incluiría misiones a Jordán, Omán y Siria.

Continuando con la historia, Alejandro decide hacer de Babilonia la capital de su imperio y en Susa, Hefestión (su mejor amigo y compañero de ejército) se casa con una de las hijas de Darío. Hefestión muere en el 324 a.C.

Se establece un nuevo sistema monetario unificado que reemplaza al viejo sistema Aqueménida, lo que contribuye al comercio entre Grecia y Asia.

Los sátrapas griegos y persas comienzan a rebelarse. Entre el 326 a.C. y el 324 a.C., un tercio de los sátrapas son asesinados o derrocados.

En el año 323 a.C. se enferma Alejandro y finalmente, el 10 de Junio, muere sin dejar sucesor, a los 33 años de edad. Su cuerpo es enviado a Egipto en un sarcófago de oro.

Bibliografía

– BENGTSON, Hermann, Griegos y persas: el mundo mediterráneo en la Edad Antigua, Historia Universal Siglo XXI. Vol. 5., Editorial Siglo XXI, 1975.

– EMBREE, India, Historia Universal Siglo XXI, 1967.

– A. T. OLMSTEAD, History of the Persian Empire, University of Chicago Press, 1948.

– R. GHIRSHMAN, Persia: Proto-Iranios, Medos y Aqueménidas. Aguilar, 1966.

– Kuhrt, A., El Oriente Próximo en la Actualidad I y II, Critica, Barcelona, 2000-2001.

– Proceedings of the Nacional Academy of Sciences: www.pnas.org

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