En las últimas semanas, editorial Eudeba ha distribuido en las librerías de nuestro país un título inaugural, se trata de Oriente al Sur de Axel Gasquet, investigador argentino radicado en Francia. El ejemplar se constituye como el primer corpus organizado dedicado al estudio del orientalismo en nuestro país y se imbrica con los trabajos de investigación, más o menos dispersos, que varios especialistas de nuestro país y de nuestro continente vienen desarrollando en la última década para analizar en profundidad el fenómeno del orientalismo hispanoamericano.
En los días siguientes a la presentación del libro, realizada en la Biblioteca Nacional, nos reunimos con el autor para comentar su acercamiento al tema.
Seda: ¿Como decidiste dedicarte a la investigación del orientalismo literario argentino?
Axel: Al orientalismo literario argentino llegué principalmente a través de la literatura de viajes. Yo estudié durante mucho tiempo la literatura de viajes, no solo argentina sino europea y, a partir de estas lecturas, fui vislumbrando que había una cierta preocupación de los viajeros argentinos del siglo XIX por el oriente.
Desde luego esta preocupación era marginal comparada al interés que podía suscitar Europa o, en segundo lugar los Estados Unidos, pero a través de los pocos y raros testimonios de los viajeros argentinos por el oriente medio, por el norte de África, El Magreb, o por el extremo asiático, fui viendo que la lectura, la percepción de éste universo cultural vastísimo, en realidad era bastante original y que si bien era heredera del orientalismo europeo, casi un plagio de éste, al mismo tiempo empezaba a distanciarse de ciertas “visiones colonialistas” del mismo y a su vez empezaba, poco a poco, a buscar respuestas en Asia, a interrogarse a través de Asia o África, del oriente, tratando de observar la realidad del país o aquellos elementos que eran pasibles de ser importados o trasladados a la Argentina.
Seda: ¿Podés detallarme alguno de estos elementos?
Axel: Bueno, hay elementos globales que hacen a la función ideológica del orientalismo, de las lecturas orientalistas, tal cuál lo observamos en la generación del 37, ya incipientemente pero muy claramente en Echeverría, un poco menos rigurosamente en Alberdi y ya de forma mucho mas exhaustiva en Sarmiento. Observamos que la preocupación por el oriente, las lecturas orientalistas, permiten conceptualizar y delinear el proyecto de Nación Argentina tras la independencia y bajo la dictadura rosista e ir delineando el concepto de barbarie, es decir, es justamente la idea del tártaro, el tártaro asiático, la idea del despotismo asiático, la idea del caudillismo, la conceptualización del caudillismo, que no es solamente de origen meramente hispánico español sino que simplemente el caudillismo los españoles lo heredan de los siete siglos de ocupación árabe de la península, etc etc. Es decir que empezamos a intuir que hay todo una serie de textos que van a apuntalar los primeros tópicos literarios de la literatura argentina, como el del desierto, el de la Pampa, el del bárbaro, el gaucho malo como el tártaro, etc. Y por ejemplo un tema o tópico tan tradicionalmente argentino como lo es el de La cautiva, propio a la literatura de frontera, es también un tópico de la literatura orientalista, es un tópico de la literatura árabe, de la literatura de viajes, que tiene que ver con los cautivos europeos por los moros, que tiene que ver también con la recreación de “la cautiva”, femenino, como la mujer cautiva en el harén, etc, etc.
Seda: ¿Cuando se transforma esta visión de oriente en una visión esteticista?
Axel: Yo creo que la visión estética y la visión política o ideológica de oriente están presentes desde el inicio y en todo momento hasta el día de hoy. Ambas en forma paralela, lo que pasa es que hay un momento donde prima mas bien una visión ideológica o política en detrimento de la visión estética y en otros periodos prima más la estética por sobre la política o la ideológica. Entonces, globalmente podemos decir que ya en la generación del ´37 y con Echeverría, están presentes ambas. En Echeverría ambas se dan con igual vigor, con igual fuerza, pues Echeverría percibe la importancia estética y política del orientalismo pero tampoco elabora un proyecto exhaustivo, es decir, no le saca todo el jugo que le sacará por ejemplo, más tarde Sarmiento. A partir del momento en que el proyecto de Nación de la generación del ´80 comienza a entrar en una fase de aplicación rigurosa, la urgencia político ideológica que tiene el oriente es menor y a partir de ahí comienza a abrirse, paulatinamente y con marchas y contra marchas, un nuevo periodo en donde va a privilegiarse el aporte estético del oriente. Esta visión estética del oriente triunfa indudablemente con los modernistas, en Argentina especialmente Lugones, pero como también sabemos, con Darío en los años en que vivió en Buenos Aires.
Ya en el siglo XX, esta visión estética va a profundizarse; el aspecto político del orientalismo va a replegarse poco a poco, esto lo observamos muy bien en autores como Jorge Max Rohde, que realizó unos cuatro o cinco extensos viajes por el oriente escribiendo varios libros, unos tres libros de crónicas de viajes por el oriente y su visión es casi exclusivamente estética, en segunda medida podríamos decir de teológica o de importancia religiosa y muy en última medida de importancia política.
La literatura de ficción con temática orientalista podemos decir que recién surge plenamente con Roberto Arlt, con su célebre cuento del criador de gorilas y las crónicas marroquíes que aparecen en las aguafuertes españolas.
Seda: Al término de la Segunda Guerra Mundial el orientalismo europeo entra en un periodo de receso. La visión imperial resurge con fuerza en estos últimos años con las campañas de Estados Unidos en medio oriente. ¿Pensás que puede haber algún resurgimiento de la visión orientalista acá en Argentina?
Axel: Si, creo que el orientalismo en la cultura argentina y ya no en la literatura exclusivamente, es de una importancia capital y que será clave. En el presente ya empieza a serlo en ciernes a través de cantidad de actividades y de movimientos que se generan a nivel cultural en distintos ámbitos y creo que con la importancia creciente de las comunidades asiáticas en la Argentina (en los últimos treinta o cuarenta años la coreana o la taiwanesa, la china) haya una incidencia cultural a mediano plazo y quizá a largo plazo. Lo espero en todo caso.
Creo Además que hay, por fuera de la importancia de la inmigración asiática en la Argentina en las últimas décadas, hay un interés creciente entre los argentinos por las distintas manifestaciones culturales asiáticas en sus distintas formas. Por otra parte, la importancia económica cada vez más innegable del mundo extremo oriental va hacer que éste interés se acreciente.
Para volver al campo de la literatura te diré que el orientalismo en las letras argentinas hoy está mucho más presente de lo que se cree, alcanza con leer novelas múltiples de César Aira por dar tan sólo un ejemplo, o crónicas periodísticas que pueden ir desde Martín Caparrós a novelistas como Luisa Futuransky para darse una pequeña idea de la importancia que tiene la estética, la cultura oriental en las letras argentinas contemporáneas. Pienso también en Alberto Laiseca y tantos otros.
Seda: ¿Y a nivel ideológico político?
Axel: A nivel ideológico político pienso que la incidencia que puede tener el orientalismo, hoy por hoy, es casi nula. No porque no pudiera jugar un rol ideológico político, sino simplemente porque las necesidades del país hoy en día son diferentes.
Lo que me gustaría resaltar es que la importancia del estudio del orientalismo en la historia argentina es, creo, fundamental por una cuestión simple: nos permite salir del mero binarismo cultural, histórico, ideológico y filosófico en el que siempre se ha decodificado a la cultura nacional, el tándem Argentina-Europa o, en la actualidad Argentina-Estádos Unidos. Como si la existencia, este mestizaje múltiple, esta gran marmita que es la cultura argentina fuera exclusivamente producto de un diálogo interno del occidente entre su centro y la periferia que somos. Creo que la enseñanza mayor de estudiar el orientalismo en la cultura argentina tiene que ver con que nos permite romper el corsé y observar la importancia que esta gran tradición ha tenido desde el inicio de nuestra historia como país y que se verifica como una constante a través de dos siglos.
Seda: ¿Oriente al Sur es un trabajo inaugural o tenés conocimiento de otros investigadores que estén trabajando el tema?
Axel: Es un trabajo que en realidad se inspiró en algunos pocos artículos y ensayos breves que habían abordado previamente de forma muy limitada y muy puntual algunos vislumbres del orientalismo argentino, pero modestamente, pienso que es un trabajo inaugural en el sentido que se propone, quizá por vez primera, el reflexionar sobre la incidencia del orientalismo en el pensamiento y en las letras argentinas desde 1837 hasta la actualidad. Desde luego, quizá el defecto mayor de este libro inaugural es que, no habiendo suficientes trabajos anteriores sobre los que apoyarse, hay mucho terreno por desbrozar. Queda mucho por hacer y en múltiples aspectos, el trabajo está inacabado, inconcluso…
Mi aspiración máxima sería poder abrir el dialogo, incentivar el interés y los intercambios con otros investigadores actuales o futuros en torno a estos temas.