Entre las maravillosas novedades a las que nos tiene acostumbrados ediciones Trotta, en el último embarque que ha llegado a nuestro país vino un librito muy particular. Se trata de un pequeñísimo diccionario de palabras intraducibles.
Todos sabemos lo sutil de la lengua japonesa, pero la precisión de los conceptos aquí reunidos demuestra que, en algunos lugares, hasta la construcción misma del lenguaje es un arte.
Hanakotoba, el concepto que funciona también como título del libro, significa “El lenguaje de las flores”. Lo que expresa cada tipo de flor, tanto por su simbolismo tradicional como por aquello que queremos transmitir nosotros al crear un ramo con ellas.
En Japón este código floral es muy importante a la hora de decidir composiciones de ikebana o de colocar flores en el cubículo tokonoma de la casa.
Akogare
La admiración que nos despierta alguien con más talento que nosotros, de quien desearíamos aprender y seguir sus pasos. Sabemos que nunca estaremos a su altura, pero eso sólo incrementa la devoción y el respeto que sentimos hacia esa persona.
Datsusara
El cambio de vida que emprende una persona al abandonar la seguridad de un empleo estable y remunerado que le aburre para dedicarse a aquello que realmente le apasiona.
Literalmente, es una contracción del verbo “salir” y el préstamo del inglés “salaryman”. Podríamos traducir esta palabra como “seguir la vocación”, pero se perdería el matiz de riesgo y aventura que asume esa persona con su decisión.
Iyasareru
Relajarnos gracias al efecto placentero y terapéutico que nos provocan cosas sencillas: tomar una infusión caliente mientras llueve afuera, acurrucarnos en el sofá viendo nuestra serie favorita, escuchar música con los ojos cerrados o incluso embobarnos con un gato que duerme cerca.
Koi-no-yokan
El presentimiento de que acabaremos enamorándonos de una persona a la que acabamos de conocer.
Literalmente significa “premonición de amor”, pero es diferente de un flechazo o del amor a primera vista (palabra que también existe en japonés: hitomebore) El concepto Koi-no-yokan no describe una atracción inmediata sino la sensación, casi certeza, de que en el futuro llegaremos a tener una relación amorosa o de que a la larga será alguien decisivo en nuestra vida. Es como la chispa que precede al amor.
Aunque esta expresión describa un sentimiento espiritual, curiosamente la palabra koi suele usarse para hablar de un tipo de amor físico y sexual, mientras que la palabra ai, más popular, equivale al amor romántico tal como lo entendemos nosotros. Así, koi-no-yokan sería algo que podemos sentir físicamente, como un vértigo.
Recopilado por Alex Pler este pequeño y bellísimo diccionario japonés para las cosas sin nombre reúne 113 palabras japonesas que no existen en nuestro idioma, pero que reflejan conceptos y sentimientos universales.
Viene también ilustrado con 80 hermosas fotografías del Japón actual.

Alex Pler nació en Logroño en 1982, pero ha vivido toda su vida entre Sitges y Barcelona, a las que considera su verdadero hogar con el permiso de Japón. Desde pequeño se sintió fascinado por este país, primero gracias al manga, después a través de su literatura y, pronto, viajando allí en varias ocasiones. Gracias a las ediciones bilingües de los haikus de autores como Bashô o Santôka, empezó a interesarse por el lenguaje japonés y la belleza de sus kanjis. Desde 2010 regenta una librería japonesa donde puede dar rienda suelta a su ikigai (razón de vida).