En 1968 Jacob Kurtzberg, más conocido como Jack Kirby, era sin lugar a dudas uno de los artistas más destacados del noveno arte. “El rey”, tal era el apodo que el genial neoyorkino se había ganado a pulso, había renovado el cómic de superhéroes junto con Stan Lee, creando la identidad visual y argumental de gran parte de la maquinaria MARVEL. No obstante, a diferencia de su colega, no había recibido el crédito merecido.
La distancia con “el sonriente Stan” se hizo irreconciliable cuando Kirby presentó un nuevo proyecto, “El cuarto Mundo”, solicitando independencia creativa y editorial para desarrollarlo.
Tanto Stan como el resto de los directivos de la editorial le bajaron el pulgar a la iniciativa coincidiendo en que si bien Kirby era el pilar fundamental en el que descansaba el andamiaje Marvel, ya no era un talento irremplazable. En ese momento la editorial apostaba a su nueva sangre: Gene Colan, Neal Adams, Jim Steranko, John Buscema, etc.
No obstante la negativa de MARVEL, Kirby era el artista más distinguido del momento, por lo que no le resultaría difícil ubicar su material en otra editorial, y cuál mejor que la nave madre del género, DC comics, la cuna de Superman y Batman.
El padre de “la era Marvel” de los comics se reunió entonces con Carmine Infantino, el impulsor de la “edad dorada” de los comics. Quien revitalizara íconos clásicos como Flash y Batman era en aquel tiempo Editor Jefe de DC. Infantino quedó fascinado por los conceptos y los diseños de personajes realizados por “el rey” y convenció al directorio de la empresa para que contratasen a Kirby bajo las condiciones que él plantease.
En 1968 DC intentaba relanzar desde nuevas perspectivas las colecciones de Superman y Jack Kirby se pidió para sí la serie menos relevante de la franquicia del hombre de acero, Superman´s pal, Jimmy Olsen. Fue en sus páginas donde comenzó a delinear los conceptos de su nuevo universo.
Durante toda su carrera el imaginario de Kirby había abrevado en las diferentes mitologías del mundo y en las sagradas escrituras. El Cuarto Mundo representaría la síntesis perfecta de todos sus proyectos anteriores. El rey estaba decidido a crear una nueva mitología americana.
Pronto se sumaron los títulos New Gods, Forever People y Mister Miracle. La apuesta fue lograda y “El Cuarto Mundo” fue y es considerada por muchos fanáticos y especialistas del medio la obra más personal e interesante de Kirby y, por qué no, una de las más importantes del género, adelantada en varias décadas a su tiempo.
Utilizando elementos de la ciencia-ficción, de la teología, de las religiones y mitologias comparadas (especialmente de las religiones monoteístas), el viejo Jack narró una vez más la batalla entre la luz y la oscuridad, entre dos mundos: “Nueva Génesis”, un jardín del edén tecnificado, hogar de los nuevos dioses presidido por Izaya, el Alto Padre y “Apokolips”, desolado mundo guerra cuyo tirano Darkseid se haya embarcado en la busqueda de la “ecuación antivida”, método psíquico de gobernar el universo.
La narración no es lineal, avanza paralelamente en cada uno de las cabeceras manejadas por Kirby, los conceptos se interconectan y se desdibujan, muchas veces se presentan como resultado de la reflexión o de la sensación resultante de la lectura sin estar explicitados en la misma. Es decir, la estructura final de El Cuarto Mundo avanza y toma forma en la cabeza del lector valiéndose muchas veces de los silencios del texto.
La gran saga fue incomprendida por muchos en su tiempo, pero sus personajes y elementos cristalizaron en el universo DC y Darkseid se convirtió en una de las personificaciones del caos y de la maldad más importantes de dicho colectivo imaginario. De los sucesores de Kirby que se atrevieron a manipular el universo de “El Cuarto Mundo” se destacan John Byrne y Walter Simonson, pero ninguno de los dos se atrevió a desarrollar el verdadero proyecto del desaparecido Jack.
No fue sino hasta hace poco que Grant Morrison, el enfant terrible de los cómics, que ya poco tiene de “enfant” pero aún conserva las mañas decidió meterse con las criaturas del rey y darles la resolución que aquél no pudo. El resultado no fue otro que Final Crisis, lectura recomendada para cualquier iniciado en el imaginario de “El cuarto mundo” pero que, nuevamente, fue mal interpretada por gran parte del fandom.
Entre tanta “crisis” multiversal de la DC, Morrison se planteó la crisis definitiva, el verdadero Apocalipsis del universo DC, y no encontró mejor manera de llevarlo a cabo que a través de Darkseid y la consecución de su famosa ecuación anti-vida, hecho que fue tomado como su gran apostasía por los desprevenidos seguidores de Kirby.
El Gotterdammerung de Morrison comienza con la caída de ambos mundos, Apókolips y Nueva Génesis y la reencarnación de los dioses oscuros en cuerpos humanos. La narración también es fragmentaria y avanza cual mosaicos por distintas líneas. Se pueden rastrear los comienzos de la misma en la saga también escrita por el genial escocés titulada Los siete soldados de la victoria y en el tramo final de la serie Countdown, pero lo cierto es que la única lectura obligatoria para poder disfrutar realmente de Final Crisis no es otra que “El cuarto mundo” de Jack Kirby, pues Morrison retomará todos y cada uno de los elementos y tramas planteados por el rey y los llevará hasta su última expresión.
Mientras los villanos del universo DC son organizados por un siniestro personaje llamado Libra, quien asesinara a sangre fría al detective Marciano y dejara fuera de juego a Superman dinamitando las oficinas del periódico “El planeta” con Luisa Lane incluída, los dioses oscuros manipulan los bajos fondos preparando el terreno para la reencarnación de su padre, Darkseid, que ocupará el cuerpo de un viejo y querido personaje de Metrópolis. En las entrecortadas páginas de la serie, Darkseid desatará la fórmula de la ecuación anti-vida en la tierra, convirtiendo a toda la humanidad en zombies-esclavos –incluso a los superhéroes-, los monitores del multiverso deberán enfrentarse a su último destino, Hal Jordan será acusado de asesinato, volverá a la vida Barry Allen, el Flash de la Silver Age muerto en Crisis en tierras infinitas, Question deberá organizar un escuadrón de Supermanes de las distintas tierras para una tarea suicida, Batman será asesinado por la visión omega de Darkseid al tiempo que logra herirlo de muerte con un arma de fuego que dispara balas divinas… En estos meses la edición de Planeta DeAgostini de la Crisis Final comenzó a desembarcar en nuestras comiquerías. ¡Enjoy!