Sería un buen ejercicio leer French Theory paralelamente al recién aparecido La muerte de los filósofos en manos de los escritores, antología que Luis Chitarroni realizó para La Bestia Equilátera. No son dos libros que se parezcan demasiado, pero precisamente es su diferencia la que nos ayuda.
Invariablemente llega la pregunta ¿cuáles fueron y son las razones –históricas, políticas, culturales- que determinan el casting de lo que llamamos filosofía?
Cuando acercamos respuestas, sabemos que en todos los casos resultarán insuficientes: el consenso filosófico (el destino de un trabajo filosófico) implica velocidades que siguen diferenciándose substancialmente del éxito probable de una obra literaria o artística. Seguramente porque la filosofía no es nada distinto a un sistema de sistemas. Una aspiración, un territorio, en el cual la complicidad de un lenguaje, una región, un mercado inteligente, un buen show jamás serán aliados poderosos.
Sin embargo, la filosofía contemporánea –quizá más que cualquier otra- nos devele sus estrategias y tácticas, sus modos de combate. La cercanía es clave (el grado de error con Heráclito o Cratilo resulta evidente ¿cómo los alcanzamos, con qué pruebas?) pero también (y sobre todo) sus efectos culturales.
En una nota publicada no hace mucho en la revista española Quimera, Damián Tabarovsky hizo referencia a un tipo de novela hiperteórica (derridiana, foucaultiana, deleuziana) intervenida por los discursos de los filósofos denominados posestructuralistas. No sería nada arriesgado (ni original) señalar que también existe un cine hiperteórico, una dramaturgia hiperteórica, una poesía hiperteórica, etc, etc, etc, y que cada una de estas posibilidades tampoco es nueva, sino que posee su tradición y sus cronicadas guerras.
¿Acaso la crítica que establece los modos hegemónicos de lectura no “lee” desde un repertorio singularísimo de modos teóricos adquiridos?
Volviendo a los galos, sería interesante auscultar ¿por qué esta heterogénea familia de filósofos llegó a ser tan contagiosa?
La investigación de una de las probables respuestas (y por cierto, para nada menor) es la que nos ofrece François Cousset (Doctor en ciencias de la información y comunicación, antiguo director de la Oficina del libro francés en Nueva York y profesor de la Columbia University en París): un mapa, un cronograma, un relato minucioso de la invasión gala en Estados Unidos. No sólo de la recepción de sus textos (cómo y por quién fueron leídos, en qué oportunidad, con qué circulación, con cuáles entusiasmos y furibundos rechazos) sino también en qué especulación logística.
¿Cuáles fueron los contactos, los interlocutores, los aliados de Deleuze, Baudrillard, Lacan, Foucault, Derrida, Lyotard, Kristeva, Barthes y otros, en el campo cultural estadounidense, cómo aprovecharon cada oportunidad, de qué forma infiltraron sus teorías, de qué modo reaccionaron ante ese impacto?
Todos sabemos que los filósofos no sólo teorizan, sino que actúan.
Cousset nos ofrece un muy detallado relato de las circunstancias históricas de un desembarco inigualable.
Título: French Theory.
Autor: François Cusset
Traductor: Mónica Silvia Nasi
Editorial: Melusina