Loris entra a los treinta –pendejo atrevido- y no llora como lo hacemos la mayoría por esta pelea que estamos destinados todos a perder contra el paso del tiempo. Acepta quién es y como lo encuentran sus días de por medio. Y se sabe feliz. Eso es lo celebratorio de estas páginas. Uno agarra este diario íntimo y lo que en un principio podría verse como un placer voyeurista –que no deja de tener su atractivo- se convierte en un testimonio que de tan personal como reconocible termina linkeándonos con nuestras propias experiencias ante determinadas situaciones.

Del prólogo de Leonardo Oyola

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Naciste en Italia, ¿Cuál fue tu derrotero llegar a la Argentina? ¿Por qué te quedaste?

Para no aburrir con los detalles, lo resumo de esta manera: mis abuelos (ambos, paternos y maternos) vinieron a Argentina después de la Guerra. Mis abuelos paternos volvieron a Italia poco antes de comenzar la ultima dictadura; mis padres los siguieron unos pocos años más tarde. Por trabajo, básicamente. Ninguno de ellos tiene una historia de militancia o una urgencia de exiliarse del país, simplemente la promesa de una vida mejor. Ya en Italia, se quedaron durante poco más de 20 años, y nos tuvieron a mi y a mis hermanos. En 1994 deciden regresar a la Argentina al acabarse el proyecto laboral en el que estaban. Me quedé porque, al día de hoy, este es el lugar donde quiero estar. Quiero, necesito volver a Italia a resolver unas cosas, básicamente mi relación con el ser Italiano, pero dudo seriamente que quiera quedarme a vivir allí.

¿Cómo y cuando nace tu interés por la historieta y el humor gráfico?

Prácticamente al mismo tiempo en el que comienzo a leer, muy de chico. Muy poco después nace el deseo de hacerlas. Llenar cuadernos y cuadernos de historietas propias. Al principio copiando lo que me gustaba en ese momento en particular, luego intentando crear algo propio, muy de a poco. Finalmente, a eso de los 17 años, comienzo a hacer mis primeros fanzines y la cosa comienza.

Si tuvieras que identificar tus lecturas fundacionales tanto en literatura como en cómics ¿Cuáles entrarían en la enumeración y por qué?

Son muchas, muchísimas para enumerarlas. Uno es lo que come, y uno come literatura e historietas desde hace más de veinticinco años… Cosas que me marcaron, que me hicieron, las hay de a miles, y talvez en detalles y cosas muy muy pequeñas, pero allá vamos: Neuromancer de William Gibson. Todo lo que leí posterior de Gibson me gusta más, pero leer este libro a los 17 años me cambió la vida. Idem con Transmetropolitan de Warren Ellis y Darick Robertson; On The Road de Kerouac; Naked Lunch de Burroughs. Mucho Cortazar, algo de Borges, Poe, Philip K. Dick. En historieta ya nombré a Ellis, agreguemos a toda la Marvel de los 60’s: Lee junto a Kirby, Ditko, Romita, Kane, Steranko, Sinnot, Coletta, los Severin, los Thomas, toda esa gente maravillosa. Las historietas del Pato Donald de Don Rosa. En Europa, la gente de la 2000AD, Moebius, las historietas de la editorial Bonelli. Dragon Ball, Akira, toda la cultura del manga y animé de fines de los 80’s y de mediados de los 90’s. Lupin 3º, las películas de Miyazaki.

¿Cómic norteamericano o europeo?

Cómic en general, sin importar de donde. Por un tema de distancia y de contactos, la gran mayoría de lo que leo hoy por hoy viene de Norteamérica. No conozco demasiado de lo que está pasando en Francia. Me maravilla mucho de lo que están haciendo los españoles, Santiago García, Pepo Perez, David Rubin, David Aja, Marcos Martín, Javier Olivares, Paco Roca, Joan Cornellá y mucha gente más.

¿Cuáles son los historietistas y humoristas gráficos argentinos que más te interesaron?

Alberto Breccia es el referente inevitable, ya desde chico. En cuanto al resto, no quiero ponerme a nombrar gente porque estoy seguro de que me voy a olvidar de alguien, así que digamos, a coro y con el puño en alto: ¡Todos! Que a su vez es una aproximación bastante acertada.

¿Cómo surge el proyecto de Diario. Un año en historietas?

Por un lado, tenía muchas ganas de hacer un trabajo autobiográfico de cierta extensión. Por el otro, en los primeros seis meses de 2011 me encontraba muy estancado en mi forma de hacer historietas. Tardaba muchísimo, no lograba resolver las cosas de una manera que me resultara eficiente, cómoda. Y bonita, claro. Unos días antes de cumplir 30 años, decidí hacer una historieta autobiográfica y subirla al blog todos los días. Bueno, cinco veces por semana. Quise forzarme a hacer historieta, por eso la regla de las cuatro viñetas. Y finalmente me auto impuse el hacer cada página en una hora o menos, para tener tiempo de hacer otras historietas y para sacarme la lentitud y el estancamiento de encima.

Hablanos de tu proceso de tu trabajo.

No se si hay demasiado para contar, en cuanto a que no es una cosa demasiado extravagante. Sentarse y leer, sentarse y escribir, sentarse y dibujar. Acompañado de café, mate, cigarrillos, cerveza, algún whisky de vez en cuando. Debería comenzar a hacerlo de parado mas seguido, evidentemente.

¿Te costó encontrar una poética para hacer funcionar la estructura de las cuatro viñetas?

No realmente. O por lo menos no la pensé como tal. Supongo que los años de leer y hacer cosas terminan inculcando en uno el ritmo que la página debe tener. Cuando hay que cerrar algo, dónde poner los puntos, pausas, etc.

¿Cómo te llevás con la ficción?

Es algo en lo que trato de mantener cierto balance, entre la autobiografía y la ficción. Trato de trabajar cosas en paralelo entre ambas casi todo el tiempo, para no aburrirme y no extrañar una cosa por sobre la otra.

¿En qué estás trabajando actualmente?

A corto plazo, la continuación de Diario. Un… Con algunos cambios, básicamente temporales. Voy a usar el mismo formato (una pagina cada día, cuatro viñetas, en una hora, cinco veces por semana) para contar lo que conocemos como “la primavera del fanzine” de 1999, la fundación de la Asociación de Historietistas Independientes, el como decidí arrancar a hacer fanzines. Es una época muy interesante e importante en lo que es la historia de la historieta Argentina, me gustaría dejar un registro de eso. Que mejor forma de hacerlo, en historietas. Después, historias cortas para antologías y revistas en el extranjero, alguna que otra cosa chica por aquí. Hay algo de ficción de cierto tamaño, pero por ahora es sólo tomar notas e investigar.

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Sobre El Autor

Damián Blas Vives es actualmente es Director de Gestión y Políticas Culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Entre 2016 y 2020 coordinó el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq de dicha institución y antes fue Coordinador del Programa de Literatura y editor de la revista literaria Abanico. Dirigió durante una década el taller de Literatura japonesa de la Biblioteca Nacional, que ahora continúa de manera privada. En 2006 fundó Seda, revista de estudios asiáticos y en 2007 Evaristo Cultural. Coordina el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y Rastros, el Observatorio Hispanoamericano de Literatura Negra y Criminal. Ideó e impulsó el Encuentro Nacional de Escritura en Cárcel, co-coordinándolo en sus dos primeros años, 2014 y 2015. Fue miembro fundador del Club Argentino de Kamishibai. Incursionó en radio, dramaturgia y colaboró en publicaciones tales como Complejidad, Tokonoma, Lea y LeMonde diplomatique. En 2015 funda el sello Evaristo Editorial y es uno de sus editores.

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