El país está en crisis, pero Marina Carrasco tiene que forzar la vista para encontrar un lugar vacío a contra-luz, donde acomodar a los espectadores que llenan la sala del Sportivo cada domingo para ver La Pose; obra que escribió junto a Nadia Sandrone, que con su experiencia en escritura ayudó a Marina a ordenar textos con los que quería jugar y escenas que aparecían en los encuentros con los actores.
El teatro brota en la ciudad, se produce y reproduce; esta obra es reflejo de cómo el trabajo incesante supura éxito. La obra toma la trama de Un tranvía llamado deseo, aprovecha la espontaneidad de los actores a lo largo de improvisaciones, que supieron tomar la disputa norte-sur de Tennessee Williams y convertirla con mucho humor, pero también con momentos de fuerte tensión, en un reflejo de la rivalidad campo-ciudad que aún hoy puede verse en la Argentina. Al respecto, la directora y co-dramaturga de la obra, oriunda de Rojas, cuenta que fue importante a la hora de elegir a los actores que éstos hubiesen tenido la experiencia de habitar el interior. En este sentido, el registro de la actriz Candelaria Sesin nos instala allí, nos transporta al habla, tono y gritos de las zonas donde la voz llega a donde el viento le permite o la lleva. Su comedia logra atravesar el argumento y hace de pasaje entre la violencia más tensionante que habita entre Estela y su marido, y la frescura de los aires de campo.
Blanca, una mujer que migró a la ciudad porque quiso ser actriz, vuelve a festejar su cumpleaños en la casa de su hermana Estela y de su marido, un hombre tosco que todo lo fumiga, mano larga y con un humor difícil de entender. Entre ellos la violencia y el amor se desdibujan y mezclan. Un amor estable porque se perdonan.
La puesta pondera la tranquera como espacio, de llegada, de partida, de encuentro, de charla, de fiesta. Con los lugares comunes de los estudiantes de teatro, encarnados en los personajes representados por Melina Benitez y Sofía Villuto, hacen de sus entrenamientos y expresiones corporales conductores dinámicos de la historia permitiéndonos a su vez disfrutar del talento físico de los actores. Así la obra mete la cuchara en composiciones corporales venidas del contact y la danza. A su vez la puesta cuenta con música original y en vivo, a cargo de Mauro Coletti y Félix Mateos. La banda sonora también nació en los ensayos, es funcional y se disfruta, remite a nuestro folklore, nos trasporta, hace al espacio y se hace necesaria porque colabora al argumento como dispositivo del que Blanca se valdrá, para sumergirnos en los delirios que dejaron en ella las frustraciones permanentes.
La directora, formada en el Sportivo Teatral, tomó todos los estímulos de los ensayos a su favor, y lejos de una temida creación colectiva inspirada en un clásico, creó esta gran obra que tuvo lugar por primera vez en el Festival El Porvenir en el Centro Cultural Matienzo. Allí se presentaron sólo veinte minuto que dieron a Marina Carrasco la excusa para adentrarse a la tan deseada dirección escénica, luego de desempeñarse como actriz desde los trece años. La obra, desde el Festival hasta acá, creció en duración y calidad, hoy es una propuesta sólida, divertida y profunda, de ella brota lo humano, en su comedia y su drama. Se presenta los domingos a las 20.00 horas en el Sportivo Teatr al, Thames 1426, Palermo.
Podés saber más sobre la obra en: http://www.alternativateatral.com/obra36887-la-pose