Dos mujeres y algo más. Una de ellas ha perdido su trabajo, con todo lo que ello implica; ha perdido la brújula y, entonces, la única opción que encuentra se inscribe como el fracaso que representa tener que regresar, junto con su hija, a la casa paterna; hasta que, tiempo después, se anima a compartir con una amiga un departamento y la atención de la niña. Ya consiguió trabajo en un hospital, cumpliendo horario de 9 a 7; de ahí en más el destino, o algo parecido, la lleva a relacionarse con una organización interesada en luchar por la salud pública. Desde ese nuevo punto de partida, se involucra y asume el compromiso de colaborar en un caso puntual; se relaciona con un grupo militante eslovaco, que intenta abortar un ambicioso proyecto orientado a imponer el pago por donación de plasma, este proyecto pretendería convertir la extracción de sangre en una transacción comercial de compraventa.

La otra mujer, en esta historia, es una empujada más; ella decide dejar España e instalarse en Eslovaquia para emplearse en un laboratorio líder en materia de medicamentos derivados de la sangre. En este caso, el drama se origina en una suerte de tentación acompañada por una fuerte presión que ejerce, sobre su voluntad, ese poder real que especula, entre tantas otras cosas, con los estados de necesidad que sistemáticamente reparte, generando más y más gente vulnerable.

Una historia de vínculos, de condicionamientos y de reflexiones; de pruritos éticos que chocan frontalmente contra la impiedad de un poder articulado por pragmáticos cínicos.

Todo circula como un tejido conectivo, como la misma sangre, por venas y arterias del cuerpo social, transportando oxígeno, alimentos, pero también productos de desecho.

Es una historia de sangre, porque decimos sangre cuando evocamos las ideas de raza, de familia o de condición social, porque sangre tiene que ver con la idea de pertenencia. Pero además, sabemos que la sangre cumple una función logística de distribución e integración – distribución de nutrientes e integración sistémica en todo organismo- y ello vale también al tiempo de observar los síntomas y  heridas de ese otro gran organismo que es la comunidad, muchas veces atacada en su esencia  por esa fiebre que aumenta a la par de la codicia que exhibe un vampirismo descomunal.

Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Dicho así, aparece la idea de fábrica y de trabajo, unida a la de sangre y, ello, nos lleva a recordar aquellas palabras del poeta argentino Luis Osvaldo Tedesco: “Contra el muro de la fábrica las Tres A fusilaron a mi amigo, contra el muro de la fábrica duermen hoy los desocupados, la sangre sobrante del paraje democrático…”

Ahora bien, en El comité de la noche, su autora se aparta del discurso de la debilidad al tiempo de describir la caída de las clases medias, y pone el acento en los cuadros de resistencia que reconoce en España. Es así que, junto a las voces de indignación, se advierten muecas de esperanza.

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Fotógrafo: Mauricio Retiz

La sangre desde lo simbólico. Un caso emblemático. ¿Por qué la sangre, entre otras injusticias?

Al elegir la sangre traté de contar que expresiones como fuerza de trabajo o vender tu tiempo no son abstractas, la sangre es el centro de la vida, es la tinta de la vida, y cuando se vende, se venden las historias, la historia.

Los vínculos de pareja, además de creíbles, parecen ser representativos de este tiempo en el que la finitud se asume con mayor frecuencia y naturalidad. ¿Qué podrías adelantarle a los lectores acerca de Álex y de Carla, en lo que hace a sus respectivas desvinculaciones amorosas, teniendo en cuenta que, si hay un final es porque detrás quedó una historia?

Hay una matemática del amor que pocas veces se tiene en cuenta, y sin embargo es muy visible, casi en cualquier relación es posible distinguir lo que está operando -expectativas, educación, ropa, carencias, origen social, rencor, piedad- es lo que está en juego más allá de los sentimientos de sus protagonistas. Conocer esa matemática no enfría el fuego pero ayuda a entenderlo. Las relaciones de Carla o de Alex obedecen también a miedos y deseos que proceden de lejos.

La presencia del escribiente adquiere especial relevancia en la novela y permite desnudar a Carla de un modo sumamente atractivo sin desmerecer, en absoluto, el rol de este escritor que construye narraciones escuchando a la gente que lo contrata. ¿Cómo surge la idea de depositar en la figura del escribiente, y en su relación con Carla, los ruidos y ecos de esta historia?

Te agradezco la pregunta pues esa relación vertebra a mi modo de ver la novela pero pocas críticas lo han visto así. Quién cuenta y quién te cuenta, quién custodia el relato lo es todo y quise traerlo a un primer plano.

Tal vez te ponga en un aprieto pero, teniendo en cuenta que lo que sigue despertó el interés de Carla, creo que sería sumamente interesante explicar la idea de este párrafo, ahora incompleto: “Cuando lean esto yo ya sólo seré palabra en la palabra. Mi materia, las yemas de los dedos que archivaron como espías los datos de las pieles que tocaban, se habrá dispersado en virutas de lápices hasta desaparecer……….”  

Pongamos que rodear en voz baja, sin mayúsculas, esa zona donde coinciden la razón del sexo y de la muerte.

Elenka, un personaje encantador;¿podríamos tomar esta criatura como un pilar en esta historia?

Todos los seres humanos son contradictorios, pero eso no evita que algunos sean -y más si aún no han crecido- fundamentalmente encantadores y, en efecto, tomé a uno, tomé un poco de realidad incuestionable para ordenar el resto.

Realidad y ficción. Madrid y Bratislava. Obviamente, el revés de la trama pasa por el convenio que regula las extracciones de sangre a cambio de una compensación económica. Si bien una vez leída la novela, en principio, huelgan las palabras, no podemos ignorar aquellas voces que sostienen que así como la mentira se sobrepone a la verdad, las ficciones literarias tienen la misma capacidad. Es por ello que vale pedirte una reflexión, teniendo en cuenta que, según tengo entendido, la fase operativa del convenio en cuestión habría arrancado hace ya un par de años. Hablemos del convenio y, en todo caso, de las eventuales consecuencias.

En Madrid se está produciendo un equívoco deliberado. La Cruz Roja no cobra cada bolsa de sangre sino por los servicios que hay detrás de la extracción y merecen ser retribuidos. La cuestión es por qué habiendo instituciones públicas que tenían toda la infraestructura para realizar esos servicios mejor y con menor coste, se les arrancan las competencias. Una vez más, se trata, creo, de ir abriendo camino a privatizar lo público y monetarizar lo común.

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Una frase: “La clandestinidad te la impone la actividad que haces en determinadas circunstancias, no la eliges”. ¿Qué podríamos decir de tantas experiencias de grupos militantes en España?

Cada uno tiene su historia, sus combates y según parece hoy cuando se oye hablar de los grupos que existieron en torno a la transición, su larga lista de arrepentimientos. Digo según parece porque al cabo quienes se arrepienten, quienes se burlan hoy de su propio idealismo y su generosidad, son otros, domados por el tiempo, aquellos que entonces militaron no hablan. En cuanto a las experiencias del presente, la clandestinidad atañe a la ficción; si hay clandestinidad real, no tiene sentido mencionarla.

Otra frase:  “…las historias tratan de cómo se enfrentan las personas a los imprevistos que la vida les pone delante”.

¿Te puedo pedir detenernos ahora en ambas frases y hablar de ellas relacionándolas entre sí?

Es un tema que me interesa y que compete a cualquier persona que narre, que viva: las historias de eso que se llama fuerza de voluntad se han refugiado en la autoayuda; desde Homero, si no antes, los hombres y las mujeres son hojas al viento, y allí resisten. Los propósitos son bellos, pero quizá no sean vida ni, por tanto, literatura.

La cadena de cosas lógicas; la cadena de causa y efecto -de las cosas que nos tocan- y la cadena de las cosas que imaginas. Te pido, por favor, profundizar al respecto.

Es el gran debate del idealismo, las ideas nos mueven como el choque de otro cuerpo o una fuerza, un impulso. Las ideas, desde mi punto de vista, son materia,podríamos invertir a Shakespeare, los sueños están hechos de la misma materia que la carne y los planetas. Y como los sueños,, una convicción, una teoría, pero también una afirmación errónea o una emoción por algo futuro que no sucederá nunca -pero aún no lo sabes- y sin embargo ya te ha puesto la carne de gallina.

¿Cómo describirías, en tu caso, el proceso de escritura ?

Convivir con una historia sin escribirla, tantear los tonos, dejar que llegue el necesario, tachar, romper, volver, dos, tres, cien veces, y por fin, abandonarse a lo que parece irse haciendo solo.

¿Cómo ves, en la actualidad, el estado de situación de la literatura en  general?

Algo así como “la literatura en general” ha desaparecido, quedan tradiciones que se escogen al modo de mecanos, un poco de juguete. El mundo no parece necesitar la literatura; la literatura en cambio cada vez necesita más del mundo, suplica que le atienda y para eso se arrodilla. Y van quedando mensajes enterrados que no hicieron reverencias; puede que algún día o nunca, alguien los encuentre y les sepa dar sentido.

¿Qué importancia le das a los detalles, al clima y a la atmósfera en tu escritura?

Entiendo que un diálogo es también detalle, atmósfera y clima, como un acto, y que eso es la escritura.

¿En la actualidad, dónde se instala la prioridad, en el lenguaje, en la trama o en el argumento?

Excepto en los géneros donde la historia esté contada de antemano, esto es, en el modelo antes que en la escritura, en el resto de los textos cada lenguaje es una trama, cada argumento un lenguaje.

 

Sobre El Autor

Ex funcionario de carrera en la Biblioteca del Congreso de la Nación. Desempeñó el cargo de Jefe de Difusión entre 1988 y 1995. Se retiró computando veinticinco años de antigüedad, en octubre de 2000, habiendo ejercido desde 1995 la función de Jefe del Departamento de Técnica Legislativa y Jurisprudencia Parlamentaria. Fue delegado de Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) - Responsable del Área Profesionales- en el Poder Legislativo Nacional. Abogado egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la U.B.A. Asesor de promotores culturales. Ensayista. Expositor en Jornadas y Encuentros de interés cultural. Integró el Programa de Literatura de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Se desempeña en el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq. Es secretario de Redacción de Evaristo Cultural, revista de arte y cultura que cuenta con auspicio institucional de la Biblioteca Nacional (M.M.)

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