Una reseña de “Boca de lobo”
Me presento: mi nombre es Mariana y soy licenciada en Letras recibida en la UBA. Trabajé muchos años como librera, donde tuve oportunidad de observar una tendencia que me inquietaba: los clientes de la librería, incluso lectores asiduos, siempre se limitaban a elegir los mismos títulos y autores, generalmente consagrados por el mercado del libro al colocarlos en lugares estratégicos de la vidriera, entre otros recursos que sirven para delimitar los gustos estéticos y hacerlos pasar como personales.
Durante esos años mi función (admito que autoasignada) fue iniciarlos en un camino diferente, para que pudieran formar su propio estilo como lectores, de manera genuina. Fue mi modo de respetarlos en su carácter de lector crítico y compartir mis conocimientos sin caer en un trabajo mecanizado. Quisiera compartir ahora estos mismos conocimientos profesionales con ustedes e invitarlos a conocer el fantástico y muchas veces inexplorado mundo de la narrativa contemporánea argentina.
Para inaugurar esta sección de libros silenciados, les voy a recomendar una novela titulada “Boca de lobo”. Es la primera novela de la autora argentina Tatiana Piotte, quien fue editada el año pasado por Oslo Editores.
Se trata de una novela de carácter marcado, con una presencia fuerte, que deja su huella en los lectores que se le animan y se atreve a adentrarse en temas tabú que han recorrido a la humanidad desde hace siglos y que desde ya (no se preocupen) no les voy a spoilear.
Su protagonista es Gabriel, un joven cocinero argentino que se ve exiliado por una crisis económica. La novela comienza cuando Gabriel llega a una isla paradisíaca en busca de empleo. Allí inicia tratos con Samaras, un personaje oscuro que junto con su seductora asistente Eurice, nos irá revelando progresivamente un mundo sádico. La escena se desarrolla en tres espacios: por un lado, el hotel donde Gabriel se hospeda, el único en la isla hasta el momento y donde comenzarán a suceder cosas extrañas de las que nadie se anima a hablar; por otro lado, la cocina del hotel de Samaras, lugar de trabajo de Gabriel; y finalmente, Argentina, un escenario en ausencia donde se encuentra la problemática familia de Gabriel. Progresivamente iremos descubriendo las circunstancias que lo llevaron allí y nuevas situaciones que pondrán a prueba su moral, al arrastrarlo al límite de lo tolerable.
La novela tiene un carácter logrado: resulta orgánica en su trama y composición a la vez que maneja un ritmo que la hace fácil de leer, sin por eso volverse simplista. Despierta varias aristas ocultas que el lector aversado sabrá descubrir. La principal de ellas es que se trata de un homenaje a la famosa novela del escritor cubano Virgilio Piñera, titulada “La carne de René”, otra novela cruda y emblemática de su época, de la cual “Boca de lobo” toma su tema central y con la que coquetea a lo largo de toda la trama.
El aspecto más logrado de la novela es que la autora logra realizar este guiño académico e intertextual sin que por eso la lectura previa del libro de Piñera resulte indispensable para adentrarnos en el salvaje mundo que nos presenta “Boca de lobo”.
Para el lector que busca entretenerse, y hago el ejercicio constante de ser uno de ellos, el libro tiene un buen ritmo que nos deja ver sus piezas de modo gradual, como un rompecabezas que el lector va armando a medida que lee. De este modo genera un misterio que nos atrapa hasta ponernos en jaque ya hacia el final, al enfrentarnos al interrogante: ¿cuál es nuestro límite moral?
A su vez utiliza elementos que, al menos en mi caso, y creo que también en muchos de los lectores, resultan de interés: así sucede con el infalible maridaje entre viajes y gastronomía que la novela (de un modo inusual) trata. La trama policial se mezcla con una trama romántica que, para seguir con la imaginería propia del libro, es la pimienta de la narración.
Se trata sin duda de un libro de lectura obligada, que les recomiendo. Después me cuentan.