Alex Bleach, ángel caído del rock francés, ha muerto de sobredosis en la bañadera de un hotel. Una desgracia para sus fans, pero sobre todo para Vernon Subutex, antiguo vendedor de discos que, con más de cincuenta años, aún conserva el magnetismo de antaño. Bleach no era un simple amigo, era la persona que le pagaba el alquiler, y su muerte ha arrojado a Vernon a la precariedad. Sin trabajo, sin dinero, sin familia y sin techo, la vida de Vernon parece abocada a una espiral de desgracias. Solo le quedan las filmaciones que realizó el propio Bleach y que dejó en su departamento a modo de testamento.
Virginie Despentes (Nancy, Francia, 1969) es novelista y directora de cine. Transgresora y provocadora, su mirada punzante sobre nuestra sociedad nunca está exenta de un toque de ironía. A los diecisiete años dejó los estudios y se marchó a vivir a Lyon, donde trabajó en un local de discos, en un peepshow, colaboró en revistas musicales y cantó en un grupo de rap. La popularidad le llegó con su primera novela, Fóllame, que fue llevada a la gran pantalla. Desde entonces ha publicado Perras sabias, Lo bueno de verdad (galardonada con el Prix de Flore y filmada por el prestigioso director Gilles Paquet-Brenner), Teen Spirit, Bye-Bye Blondie y Apocalypse bébé (distinguida con el prestigioso Prix Renaudot). En 2006 publicó su ensayo autobiográfico Teoría King Kong, donde se postula como una de las defensoras del posfeminismo. Con la trilogía Vernon Subutex, Despentes se reafirma como una voz imprescindible de las letras francesas.