Autor de thrillers de suspenso y acción, guionista de cómics, de cine y de televisión, Gregg Hurwitz visitó la Feria del libro de Buenos Aires para presentar su nuevo libro, Huerfano X, la primera entrega de una franquicia que ya está en pre producción para ser llevada a la pantalla grande. Pudimos encontrarnos con él para conversar de este nuevo proyecto, de su forma de construir personajes y de su versión del señor de la noche que abrió la colección Batman the Dark Knight en el relanzamiento de los nuevos 52.

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Si bien tus novelas son más cercanas al thriller de acción y suspenso que al género negro, nos interesa saber si, en su concepción imaginás algún tipo de tensión entre los conceptos de Ley y de Justicia.

Hay dos tipos de libros que escribo. Uno tiene que ver con el estilo de Hitchcock, en donde tomo a un hombre común y corriente y lo pongo en una circunstancia totalmente extraordinaria. Uno conoce a este personaje en el peor día de su vida. Para que el personaje siga siendo protagonista, el narrador tiene que encontrar la manera en que el personaje pueda ir resolviendo sus problemas, pero no del todo.

Después hay otro tipo de libros, que son los que yo no escribo, que tienen que ver con el procedimiento policial, en donde se trata de resolver todo lo que aparezca, pero dentro de este marco de policías y resolución de crímenes.

El tercer tipo, que son los otros libros que escribo, son acerca de justicieros vengadores en los que la ley no puede abordar la verdadera naturaleza de la justicia. Huerfano X es acerca de eso, el protagonista se ve motivado a ayudar a gente desesperada, que está más allá de la ayuda del sistema. Él es quien tiene que hacer justicia por fuera de la ley.

Tanto la Constitución Argentina como la norteamericana rezan que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, sin embargo, en la práctica, sucede que, quien acapara mayor capital suma también derechos. De alguna manera, esto tiene que ver con la gestación del asesino de tu novela No mientas, quien pierde derechos frente una persona acomodada que los suma en su desmedro. Me interesa saber cómo entendés esta dicotomía, si como una problemática de la sociedad contemporánea o meramente como recurso narrativo.

Para escribir buena ficción yo no creo en villanos, creo en antagonistas. Un personaje así debe tener un punto de vista con el que me pueda relacionar.

Cuanto más fuerte sea el punto de vista moral del antagonista más sólido será el relato, muchos escritores cometen el error de pensar que, si el antagonista o el villano es débil moralmente o meramente malvado, esto va a repercutir en un héroe más luminoso. Para mí cuanto más fuerte sea la postura moral del antagonista, esto se va a reflejar mejor en la fuerza del protagonista. No obstante, no lo abordo desde un punto de vista político o social, sino tratando de ponerme en el lugar del antagonista. Si yo estuviera en su lugar estaría furioso. En la vida real el malo nunca piensa que es el malo.

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Me interesa el aspecto psicológico en la creación de tus personajes.

En Huérfano X, que es mi nuevo libro y es parte de una saga, la historia es acerca de un programa gubernamental que saca a huérfanos del orfanato cuando cumplen doce y los entrena para ser asesinos. Lo que yo me planteé es qué pasaría si en lugar de tener una experiencia horrible, en la que hubiera muchas historias de abuso y de maltrato, hubiera un entrenador que se convirtiera en una suerte de figura paterna que, en vez de solo entrenarlos, les diera afecto y amor.

Para mí, la frase central del libro es cuando el entrenador le dice al personaje que la parte difícil no es convertirse en un asesino, sino mantenerse humano. Ese conflicto lo que hace es mostrar una posibilidad enorme de escenarios gracias a la cual puedo mantener a este personaje a lo largo de una saga. Eventualmente va a abandonar este programa gubernamental y se convertirá en un asesino probono, que actuará para aquellos que se encuentran necesitados de ayuda.

Así que tengo un personaje que está con la cara contra el vidrio, viendo las vidas de las personas comunes y corrientes, con el tipo de vida que él sabe que nunca va a poder tener.

Mi protagonista vive en el mismo mundo en que vivimos vos y yo… Algo que pensé es que nunca vemos a James Bond, cuando termina la misión, volver a su casa o a Jason Bourne viviendo una situación incómoda, compartiendo el ascensor con una vecina que le gusta sin saber cómo encararla, así que construí ese personaje mitológico, pero con sus debilidades y lo puse en el mundo real.

Su psicología no está en abstracto, si no que tiene que ver con el tipo de historia que yo quiero contar.

Sos famoso por el tipo de investigaciones que hacés a la hora de ponerte a escribir, como realizar deportes extremos o practicar con verdaderos agentes. Contanos cómo fue el proceso de investigación para Huérfano X.

Primero, tengo a alguien que se especializa en el tipo de armas utilizadas por los equipos Black Ops, así que lo fui a ver a Vegas y me puse en contacto con todas y cada una de las armas acerca de las que escribo, desde escopetas a pistolas personalizadas. Además, entrené artes marciales mixtas por un par de meses para que me partieron la cara, con el fin de poder escribir la especificidad del dolor que se siente. Mi idea es que, si lo hago, puedo darle al lector una idea real de lo que se siente. Si me asfixiaron, puedo escribir lo que se siente en el momento preciso antes de desmayarte…

Si no lo hiciera yo mismo, lo único que podría hacer sería recrear todas las vivencias que tuvimos a raíz de la cultura pop en series de TV, películas y libros, experiencias que todos ya vieron y con las que están familiarizados. Es importante haberlo vivido para poder marcar la diferencia.

También charlé con francotiradores, navy seals y boinas verdes que estuvieron en operaciones encubiertas en algunas de las zonas más peligrosas. Así como con expertos en computación y hackeos, para asegurarme que pudiera capturar bien su oficio y sus mañas.

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También sos guionista de cómics. Te tocó escribir en los últimos años los guiones de uno de los superhéroes más importantes de la mitología moderna norteamericana: Batman. Y lo hiciste generando un corrimiento sutil del policial o la aventura a ciertas aristas del terror…

Entré poniendo énfasis en los villanos de Batman. Quería reintroducir los villanos en el nuevo Universo DC. Mi primer trabajo fue escribir una miniserie del Pingüino, tratando de hacer un trabajo con el personaje que fuera similar a lo que The Killing Joke de Allan Moore fue para el personaje del Joker.

Fue muy interesante porque, focalizado en la mirada de el Pingüino, Batman pasó a ser el villano.

Lo que me atrae de Batman es esta tensión entre lo que es la perfección y la intimidad, porque Batman no tiene ningún súper poder, representa el pináculo de lo que es el entrenamiento físico perfecto y puede llegar a esa perfección justamente por no tener vida privada: quedó huérfano de chico, no tiene familia ni pareja, toda su vida está dedicada al entrenamiento. La gente común, en la intimidad, suele ser muy desordenada y complicada, Batman no tiene que lidiar con eso…

De alguna manera este énfasis traté de abordarlo también en Huérfano X aunque, si bien su protagonista está concentrado en esta búsqueda de perfección, además está viviendo en el mundo cotidiano de todos nosotros y tiene que lidiar con esas dificultades y desordenes.

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Es interesante tu planteo de El pingüino, situándolo por fuera de la demencia del resto de los villanos para construir una imagen a mitad de camino entre un empresario sucio y un capo mafioso.

El Pingüino siempre fue de mi interés, porque de todos los villanos de Batman, es el único que está cuerdo. El Acertijo, el Guasón, Clayface están locos. Fue una decisión meditada el tratar de mostrarlo aterrador y amenazante de una manera que pudiera funcionar en el mundo real, en vez de alguien que dispara dardos desde su paraguas. Antes de esto, el personaje era un chiste, no daba miedo. Me pareció que había muchísimas oportunidades para trabajar este giro.

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Ahora que mencionás que El Pingüino es el único cuerdo de los antagonistas, en el universo de Batman, tanto los villanos como el propio héroe son enfermos mentales generados como subproducto de Ciudad Gótica. Me interesa tu percepción acerca de la construcción de la gran ciudad en el imaginario contemporáneo.

La psiquis de los personajes son un reflejo de lo que ocurre en Ciudad Gótica, lo que a su vez yo considero como una metáfora para nuestra propio “ello”, para nuestros impulsos y deseos. Así que nosotros vamos y la visitamos de manera segura, leyendo una historia en donde todos esos deseos oscuros, ese caos inconmensurable, es lo que ordena la ciudad. Y Batman es el que crea el orden, porque para capturar un monstruo, hay que enviar a otro monstruo.

Y otra vez hay acá un nuevo elemento -que no lo había pensado hasta ahora- de conexión con Huérfano X: ambos personajes se enfrentan a los que son realmente tipos malos, pero por más que nosotros empaticemos con éstos “héroes” y los humanicemos en el relato, de todas maneras, siguen siendo tremendos hijos de puta.

¿Por qué pensás que nos vemos seducidos por estas historias de violencia extrema?

Porque tienen que ver con nuestro propios instintos e impulsos. No vamos a pelear con el guasón, pero sí tenemos rabia, celos y resentimientos con los que lidiar, todos peleamos con nuestra propia sombra.

Y creo que las “historias” han sido elegidas, desde un punto de vista retrospectivo, para ayudarnos a atravesar el mundo. Nos enseñan a manejar tanto lo desconocido interno como lo externo, porque lo desconocido contiene tanto amenaza como oportunidad en partes iguales. Estas historias, nuestras ficciones, describen las historias humanas y nos ayudan a navegar estas aguas. Si encontrás una tribu en el medio del Amazonas que ha sido aislada de cualquier vínculo humano, van a tener obviamente pulgares opuestos, van a tener ojos y, también, una caja de mitos. Como bien explicó Joseph Campbell simplificando a Carl Jung, que era un autor mucho más complejo, si no tuviéramos estas historias, cada vez que nos encontráramos con una amenaza o algo que fuera desconocido, tendríamos que ir a experimentarlas por primera vez, corriendo el riesgo de morir o ser apaleados. Nuestras ficciones son pruebas de campo.

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¿Adaptaste alguna de tus novelas a la pantalla grande?

Adapté Huérfano X para Bradley Cooper, todavía está en desarrollo, pero escribí y produje televisión y tengo una película que saldrá en junio que se llama El Libro de Henry con Naomi Watts, Jacob Tremblay y Dean Norris. Es una película chica a cargo de Colin Trevorrow, director de Jurassic World y encargado del episodio IX de Star Wars… en el medio hizo la mía. Es un drama familiar, que tiene aspectos de thriller y de humor, pero lidia, también, con el tema de los justicieros y las injusticias.

¿Varía la aproximación a la hoja en blanco cuando se trata de una novela, de un guión de cine o de una historieta?

Cambio la manera de escribir de acuerdo al medio, ya sean cómics, películas o novelas. Ayuda estar en un buen estado de escritura, pero a la hora de sentarse a trabajar estamos hablando de utilizar diferentes tipos de musculatura.

¿Cómo decidiste dedicarte al mundo de las palabras?

Escribir era lo único que quería hacer de chiquito, no me permitían ver televisión excepto las películas de Hitchcock y los partidos de los Boston Red Sox, así que leía todo el tiempo y escribía cuentos, historias de misterio, incluso cuando estaba en cuarto grado escribí un libro que lo ilustré con dibujos en crayón.

Empecé mi primera novela cuando tenía diecinueve años y me encontraba en la facultad estudiando Letras y Psicología porque creía que era la mejor combinación para ser un escritor. También estudié un año un máster de Tragedia Shakesperiana en Inglaterra, lo hice más que nada para poder acceder a una beca de investigación y con eso poder terminar mi primera novela, porque la primera versión era bastante floja.

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