Ungüento de campo, de Alejandra Endler, arroja al espectador a un mundo de sueños y delirios donde las imágenes cobran vida, se repiten, se representan. Pues la creación artística se pone sobre la mesa. Desde el grotesco, la pieza señala la familia como un organismo patético donde los hijos no son hijos y reinan el abuso y el ejercicio mediocre del poder.

Estamos en el campo, en la casa del gringo, que habla con su madre muerta, cuando un grupo de artistas circenses entra a pedir ayuda. Se les acaba de quedar la camioneta en la ruta, iban camino a un show que habrá de quedar cada vez más lejos. Anochece y llueve torrencialmente. Es viernes santo; los perros ladran.

Entre empanadas gallegas, fantasmas, espejos y travestismo, Ungüento de campo, en diálogo con la obra del gran Leonardo Favio, rinde homenaje también a otro grande, Claudio Quinteros.

Sainete criollo, la pieza avanza por cuadros, en sucesión de escenas que tejen una historia también de atmósferas y detenciones, por momentos muda, resquebrajada, rota. “Hoy le prometí que todo iba a cambiar y llegan ustedes, con el diluvio”, sentencia el anfitrión refieriéndose a su madre, inaugurando un ritual que habrá de desplegarse extrañamente desde la pura intuición de su vocación estética.

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El escenario de Teatro Polonia no podría ser más apropiado. Con una puesta dinámica y un trabajo preciso sobre los materiales, Alejandra Endler nos sumerge también en la música de Favio, propone “ir a mirar al pasado a encontrar la respuesta de este presente gris”. Así, “No juegues más”, “Mi primer cuaderno”, o “Mi tristeza es mía nada más”, alcanzan una pregnancia destacable que deja al espectador cantando.

Cabe destacar, también, el trabajo de los actores: Fabiana Mozota, en la piel de Bovary, despliega un talento que la lleva de madre depresiva hundida en la soledad a estrella de musical; Laureano Lozano, el gringo, inaugura con destreza la extrañeza del relato al mismo tiempo que oficia de maestro de ceremonia; Alejandro Ini, pater familias, construye con solidez la voz del grotesco más costumbrista, reflejo del chanta más barato y despreciable. El equipo de actores se completa con Gina Aiello, Valeria Tollo, Ana Cucce, Martín Elías Costa y Martín Rey, cada uno de ellos pieza indiscutible del tramado cuidadoso, original y certero que es Ungüento de campo.

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Ficha técnico artística

Dramaturgia: Alejandra Endler

Intérpretes: Gina Aiello, Ana Cucce, Martin Elias Costa, Alejandro Ini, Laureano Lozano, Fabiana Mozota, Martin Rey, Valeria Tollo

Vestuario: Laureano Lozano

Peinados: Gabriela Ilarregui

Diseño de maquillaje: Gabriela Ilarregui

Diseño de escenografía: Sofía Marqués

Diseño de luces: Lucia Feijoó

Diseño sonoro: Federico Falasco

Música: Charles Aznavour, Favio Leonardo

Diseño gráfico: Pablo Viacava

Entrenamiento corporal: Miguel Patiño

Asistencia de dirección: Miranda Cisternas Ferri

Coreografía: Miguel Patiño

Dirección: Alejandra Endler

 

Web: https://www.facebook.com/unguentodecampo/

Duración: 80 minutos
En ESPACIO POLONIA: Fitz Roy 1477
Entrada: $ 180,00 / $ 150,00 – Domingo – 17:30 hs – Hasta el 26/11/2017

Sobre El Autor

Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Escribe poesía, literatura infanto juvenil, y se dedica también a la dramaturgia. Se formó como actriz con Carlos Gandolfo, Augusto Fernándes y Pompeyo Audivert, entre otros maestros. Da clases de literatura, talleres de escritura y de teatro. Co-fundadora y Jefa de Redacción del portal Evaristo cultural, es editora del sello Evaristo Editorial. Como periodista cultural, colaboró a su vez en diversas publicaciones (Revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla -México-; Agulha Revista de Cultura -Brasil-; Hablar de Poesía -Argentina-, entre otras). Se dedica también al trabajo social. En 2019 recibió la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes para su proyecto Poéticas de la percepción / Entrevistas sobre poesía. Es parte del equipo de Gestión y políticas culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

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