Entré en la confitería. Con un vistazo rápido ubiqué a Perla. Imposible confundirla. Me había advertido que siempre vestía de negro. Ese color la adelgaza, me dijo.

Con un gesto instintivo acaricié mi talismán. Tiene cuernos y no tiene ojos, pero es un pez, o tiene forma de pez. Pendiente de mi cuello, se desliza sobre una cadenita de plata y siempre lo toco en la previa del estreno de una cita romántica. Estaba convencido de que me traería amparo en esas situaciones que, debido a mi timidez innata, las preveo traumáticas.

Conjeturé que para Perla el color del atuendo obedecía a un cometido idéntico al que mi pececito cumplía para mi. La protegía.

Falló. Perla-que-vestía-de-negro fue para mi una viuda negra, esas tan mentadas y peligrosas. Con esa mujer aprendí lo que hoy bautizo con un neologismo, “hombricidio”. Enamorados, los hombres somos frágiles y nuestro género no tiene un colectivo que lo defienda, ¿A quién quejarse de los golpes y el maltrato que recibí, además de la ilusión que me robó?

Mi pez no sirvió. Él y yo caímos en sus redes, diestras y siniestras a la vez.

Cuando me den el alta en este hospital, lo regalaré. ¡Talismán de mierda!

Sobre El Autor

Roberto Tito Tchechenistky nació en la ciudad de Buenos Aires y cursó su formación universitaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la Univ. de Buenos Aires, graduándose como Licenciado en Administración. Se desempeñó en la misma Institución como Profesor Ayudante de la Cátedra de Lógica y Metodología de las Ciencias. Después de integrar distintos Estudios Profesionales de relevancia, se independizó para dedicarse a la consultoría y asesoramiento en organización y equipamiento industrial en la industria de la confección de indumentaria y textiles para el hogar. Comenzó a desarrollar su actividad literaria en el año 1999, dedicándose al relato corto y a la poesía, y también al estudio del lunfardo rioplatense, léxico que ha utilizado para redactar algunas de sus producciones.

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