Tres monedas narra un periodo determinado de tres personas, que empiezan a sentir que se desconocen en un momento en que uno pensaría que ya saben de qué están hechos. Alguien podría hablar de la crisis de los cuarenta o algo por el estilo, pero el acierto de la novela –uno de ellos– es dar a entender que el conocimiento de uno mismo es algo que se trabaja a cada instante; algo más del orden de la orfebrería que del orden natural o la biología
En esta historia encontramos a:
Amer, un taxidermista con adicción al cigarrillo, que bien nos habla el dominio del placer sobre cualquier otro apartado de la vida, y quien acude a un grupo de ayuda y conoce a Clara. Recibe una herencia e intenta dedicarse a la apicultura, mientras intenta adaptarse a los nuevos vínculos que toda relación trae con ella.
Marina Kezelman, meteoróloga –paréntesis: interesante ver cómo siempre se pregunta de qué trabaja a alguien como una manera de dotarlo de identidad y a veces esa tarea tiene tan poco que ver con quién es uno; cierro paréntesis–, una mujer construida desde el poder que encuentra en el control de sus emociones y su femineidad, a la cual considera que tiene la cualidad de transformar a los hombres. Casada con Carl.
Carl, alemán, músico, para el cual la Argentina es un lugar donde nunca termina de encontrarse, situación que se agrava cuando la relación que tiene con Marina cambia; se levanta un día y siente que ese vínculo es una casa en la que no sabe cómo moverse, como si hubieran cambiado los muebles de lugar y tropezara con cada uno de ellos, y no sabe ni encuentra el camino a su pieza. A ella.
“Lo que acababa de vivir no había tenido eco en la única persona capaz de confirmar el valor de una vivencia”.
Los personajes se hallan en este presente a medias y buscan la redención en las cosas pequeñas, el confort de la comida, la calma de una charla. Y también en el azar, en el I Ching, sean monedas reales o una App. al que acuden para obtener, no claridad, no le pidamos tanto, pero sí una suerte de pequeña respuesta. Capaz, la única que tengan al alcance de la mano.
Nos encontramos con una novela donde la rutina es narrada –y desarmada– una y otra vez, donde se escarba en lo familiar en búsqueda de lo diferente –como toda buena literatura hace–, donde esos pequeños desmoronamientos del orden empiezan a dejar ver una imagen detrás y son en la narración de esos detalles donde el estilo de Consiglio potencia la historia. No son grandes sucesos las que traen estos cambios. Tres monedas se construye desde una realidad íntima y cotidiana, donde los personajes entienden, comprenden, se terminan de hacer cargo de aquello que se vienen gestando y finalmente toma forma, la imagen detrás de la muralla derrumbada aparece, y asumen que deben cambiar, que algo termina o ya terminó, y es hora de dejar de arrastrarlo con uno.
Título: Tres Monedas
Autor: Jorge Consiglio
Editorial: Eterna Cadencia
112 páginas