La novela El visitante, de Stephen King, poseía una virtud, el planteo de qué ocurriría si en una novela con enigma policial del estilo de El misterio del cuarto amarillo la resolución surgiera de otro género como el terror. El enigma, en la novela y en la flamante miniserie de HBO, es qué ocurriría si, luego de que se comete un asesinato salvaje, todas las evidencias señalan a un culpable y, al mismo tiempo, el acusado posee las evidencias para demostrar que no es el autor del crimen. El planteo, interesante desde lo literario, era plasmar una novela que en su primera mitad se maneja de acuerdo a la lógica del género policial, y en la segunda hace lo propio con el terror. Y el planteo original se reformulaba por otro más potente: ¿cuánto estamos dispuestos a aferrarnos a la lógica tradicional? ¿cuán permeables podemos ser ante la posibilidad de lo extraordinario?
La miniserie de HBO integra el batallón de ficciones que comienza a modificar la lógica de producción de la señal de cable premium: antes se generaban pocas para mantener un promedio alto de calidad, ahora (desde la adquisición por parte del gigante de telecomunicaciones AT&T) se prioriza aumentar la cantidad de producción para cumplir con el objetivo de poseer un servicio de streaming propio que pueda competir con Netflix (y con Disney+, y con todos los que irán apareciendo hasta que el mercado se vaya depurando). En ese ímpetu, el evidente interés por parte de la empresa fue integrar al terror a su catálogo, pero pasándolo por el tamiz de estilo visual y narrativo que caracterizaron a la señal.
Hay que decir que, transcurridos 4 de los 10 episodios programados, la miniserie no lograr superar la prueba. Pero vayamos por partes.
En primer término, hay diversos problemas en cuanto a la adaptación del original literario. Si bien los primeros dos episodios son muy fieles, a partir del tercero comienzan los desvíos. Y si en un primer momento pareciera que esas modificaciones son las usuales de la arbitrariedad de las adaptaciones, en el cuarto queda claro que lo que se busca es estirar la historia original (que, como cualquier novela de Stephen King, ya está bastante estirada de por sí). Surgen personajes y subtramas que no tienen nada que ver por lo escrito por el escritor más vendido de terror, que no aportan nada a la historia general y que vuelven aún más moroso el ritmo a un punto tal que el cuarto episodio hay que verlo dando ffw casi todo el tiempo, de lo aburrido que es. Ocurre lo que suele ocurrir en la diferencia de lógicas entre literatura y medios audiovisuales: la falta de confianza en el espectador. Es cierto que un lector pone su atención en lo que lee, y que un espectador de televisión suele interrumpir la contemplación con tareas domésticas, pero también lo es que el surgimiento del streaming posibilita la pausa y el ver algo exactamente cuando estamos en condiciones de verlo, sin depender de los horarios de programación. No hay ya una falta de atención intrínseca, por lo que resulta innecesario agregar pistas a las originales, salvo que se piense que el espectador, en vez de distraído, es medio idiota (y vaya si se cree eso en el ámbito televisivo). El otro motivo para estirar la historia original es arribar a los 10 capítulos que parecen ser el piso en lo que a producciones norteamericanas se refiere. A diferencia de las ficciones británicas, que duran lo que tienen que durar, en temporadas a veces de tres episodios, las norteamericanas tienen que arribar a ese número mágico de 10. Lo cual de por sí no tiene nada de malo, salvo que la historia que deseen contar esté pensada para, a lo sumo, 5 capítulos.
Otro de los inconvenientes de la adaptación es una decisión arbitraria, como es la modificación del personaje de la detective Holly Gibney. Cabe aclarar que Holly (quien, lo reconoce el mismo King, quizás sea el mejor personaje que inventó en su vida) surge de la trilogía de policial con elementos sobrenaturales protagonizada por Bill Hodges, donde era un personaje secundario que iba ganando protagonismo, y aparece luego en El visitante, como personaje secundario que se termina por robar toda la novela. Que el guionista Richard Price haya decidido que el personaje lo interprete una actriz negra no afecta en lo absoluto la historia, el problema surge cuando le modifica totalmente el pasado al personaje, y su lógica. Lo que en las novelas de King es una mujer que superó los 40 años y que debe acarrear con un trastorno obsesivo compulsivo, al tiempo que también da muestras de un cierto grado muy leve de autismo, en la pantalla chica se transforma casi lisa y llanamente en un ser poco verosímil, una especie de Sheldon Cooper dedicado a la investigación privada. Por si fuera poco, le agregan una trama amorosa (porque ya se sabe que la industria audiovisual norteamericana se maneja por esa aberración incomprobable que sostiene que, en definitiva, toda historia es una historia de amor, una pavada lógica que siguiéndola a ultranza también se podría decir que toda historia es una historia de temores, o de sueños, o podemos seguir la estupidez hasta el infinito).
Por otro lado, cabe señalar que la serie tampoco supera una de las pruebas más difíciles que tenía a priori. Esto es, si la estética HBO que trasciende a todas sus ficciones resultaba pertinente para la contar la novela de Stephen King. Con cuatro episodios emitidos, da la sensación de que mostrar con estética The Wire o The Night Of (ambas, brillantes en su oscuridad) una historia donde en definitiva de lo que se trata es de matar al Cuco, resulta no solo pretencioso sino contraproducente.
En el elenco donde no hay grandes nombres (léase mantener bajo el presupuesto), destaca como siempre Bill Camp, ese excelente actor de roles secundarios que con su trabajo siempre consigue elevar el nivel del resto.
Es cierto que, mientras se escribe esto, aún restan 6 episodios por emitir. Pero también lo es que, con los 4 ya emitidos, no se generaron muchas ganas de seguir viéndolos.
Creador: Richard Price
Dirección: Andrew Bernstein y otros
Guión: Richard Price, basado en la novela de Stephen King
Elenco: Ben Mendelsohn, Bill Camp, Jason Bateman, Cynthia Erivo y otros
Episodios: 10 (hasta ahora se emitieron 4)
Origen: Estados Unidos
Año: 2020
Disponible en HBO