Que nadie te salve la vida es una historia de vínculos, de ataduras, de maneras de sometimiento y dominio. Es una historia en la que el tiempo juega a favor y en contra de tal o cual personaje. Es un tiempo en espera, en cierto caso muy largo. Un plazo concedido para la ejecución de una promesa, de un deseo que encierra la esperanza del perdón que sigue al arrepentimiento, al remordimiento.
Es la voz de la conciencia; es el conocimiento íntimo del bien y el mal; es el sentimiento de culpabilidad. Y es escusar una deuda, una carga pesada que impide terminar la vida en paz.
Es la historia de dos hombres, de una hermandad despareja, de deudas y ventajas calculadas desde un principio.
Uno de ellos, marcado por la enfermedad; el otro, por la ambición ordenada en función de una supuesta gloria basada en el poder y la fortuna, algo que exige la planificación sin riesgos y sin culpas que pudieran alterar su tranquilidad y, en estos términos, el fin siempre justifica los medios.
La desigualdad entre ambos personajes condicionará la aspereza del terreno que deberá transitar el primero de ellos, Enzo como cancelación de deudas pendientes, que requiere cobrar el otro, Víctor, en la recta final de una existencia.
Es una historia que reclama y recupera, mediante la interacción de tantos personajes, la solidez de los escrúpulos, más allá de las dudas que asaltan al ser humano.
Enzo y Gabi pertenecen a un mundo que vos conoces bien; él es traductor y ella editora. Me gustaría que nos hables de ambas profesiones; de cómo pondera la sociedad, en general, estas vocaciones y, a tu juicio, ¿qué nivel de prestigio o reconocimiento alcanza el escritor/ra en la sociedad? ¿Son vampiro? ¿Qué podés decirnos acerca del proceso de escritura de “que nadie te salve la vida”? ¿Cómo nace la idea?
Antes de la eclosión del mercado editorial como modo de producción y de negocio, las tres dedicaciones a las que te referís eran vocaciones, pasiones. Les traductores estaban enamorades de lenguas e historias, les editores con la posibilidad de dar a conocer aquellas obras de las que se enamoraba y les escritores dispuestes a sacrificar la vida a cambio de páginas que así lo justificasen. Les traductores siguen siendo, de los tres grupos, quienes en general están más cerca de esa pasión que fue. Muchas editoriales se convirtieron en multinacionales y hoy cualquiera puede publicar un libro si quien trabaja para las multinacionales cree que puede dar réditos. Por suerte quedan editores y escritores que no lo ven así y que son fieles a una concepción del arte, de la cultura relacionadas con la honestidad.
Respecto a la cuestión del vampirismo, todes deberíamos saber que cualquier asunto que tratemos ante quien escribe puede convertirse en parte de su obra. Ese es un juego que a veces se da incluso de forma consciente. ¿No seré yo capaz de convertirme en personaje de alguna novela?, parecen preguntarse algunes. Así de cercanas están ficción y realidad si bien para convertir a la una en la otra hay que trabajar con suspicacia y ahínco.
La escritura de Que nadie te salve la vida parte dedos premisas principales. Por un lado, desde el punto de vista de la estructura, la plasmación del raro funcionamiento del azar: todo ocurre porque ocurrió lo anterior. Desde el punto de vista del contenido lo primero que supe fue el final y todo mi trabajo fue idear el modo y la historia para llegar hasta allí.
Son varios los vínculos que cruzan esta historia, no todos se enmarcan en la buena fe, ¿cómo describirías, en breve síntesis, la personalidad de Víctor? Y, ¿cómo presentarías su núcleo familiar? Rosa, Gina, y Elisa.
La familia de Víctor representa el modelo heteropatriarcal por excelencia, basado en la jerarquía, el negocio y el orden social. Se trata de una empresa cuyos lazos pretenden emular a los afectivos pero que en general responden a la conveniencia, el intercambio y la imagen. Son un producto que algunes compran y que después venden para rentabilizar lo invertido.
Presentanos a Sara, ¿puede ser?
Sara es el amor de Gabi. Se pasaron la vida juntas y construyeron una relación basada en la complicidad. Forma con Gabi el contrapunto a la visión empresarial de la familia que vemos en Rosa y Víctor. Es un personaje secundario que, como ocurre con los personajes secundarios también en la vida, tiene una función esencial.
Marcas una suerte de relación entre la soledad, la inseguridad y la dependencia, me gustaría que nos hables de ello.
Veo lo de la inseguridad relacionado con la dependencia. Suelen darse la mano. Desde la inseguridad habitualmente se necesita reafirmación y, sobre todo, sensación de pertenencia. La pertenencia siempre tiene un coste muy alto, porque exige comulgar con cada uno de los principios de la comunidad que te acoge. Estés o no de acuerdo con todo, para pertenecer hay que transar. No desde la tolerancia sino desde la necesidad.
La soledad, si es elegida, no despierta ni inseguridad ni dependencia. Al contrario, las aleja por completo. Pero para estar en soledad desde la elección hay que estar en el camino de la consciencia, la coherencia y la coincidencia. Es decir, de la libertad.
El poder, como tal, aquí emparenta con el mal, ¿te animás a ampliar la idea?: El hombre que desea tener poder debe sacrificar sus deseos y su alma.
El maestro Krishnamurti sostuvo que no existe el mal sino solamente el poder. Estoy muy de acuerdo con esta premisa. El poder es macabro y perverso. Nuestra organización social lo promueve y lo admira. Se relaciona con la acumulación y de nuevo la pertenencia. Está atado a la tenencia y no a la esencia, justo porque se puede demostrar y mostrar lo que se tiene (tengo más que) pero no se puede demostrar o mostrar la esencia (soy más que). Tener se obtiene con la fuerza. Ser se obtiene con el esfuerzo.
El miedo también entra en esta historia. ¿Cómo mueve el miedo al mundo?
Hablábamos justo de poder. El miedo es el mejor y más perfecto de sus instrumentos. La amenaza surte efecto. Divide y vencerás. Nada divide tanto ni mejor que el miedo.
Enzo, en un momento, se desprende de todo lo que poseía ¿podrías ampliar la idea de ese desprendimiento?
El desapego es el inicio de la no identificación. No somos los objetos ni somos aquello que poseemos o nos posee. Somos lo que actuamos en cada instante. El desapego nos lleva a la liberación. El colmo del desapego es no tener precio, ni siquiera el de la vida. Llegados ahí, vendría el poderoso y nos diría, para manipularnos, ¿no te das cuenta de que estás frente a alguien que podría matarte? Y nosotres contestaríamos, ¿no te das cuenta de que que estás frente a alguien que no le teme a la muerte?
El desapego es el verdadero inicio de la identidad y el abandono de la identificación.
“Cielo e infierno en el interior del ser”, ¿podrías compartir esta reflexión?
Todes somos todo. La consciencia de ello nos lleva a saber que lo que hacemos lo elegimos. Todes somos capaces de lo mejor y de lo peor. Creernos inacapaces de lo malo hace que nos justifiquemos cuando lo llevamos a cabo y digamos que, en nuestro caso, es admisible. O lo que es peor, que sin duda porque somos buenes es con buena intención.
Las intenciones nunca son buenas. Todas las intenciones tergiversan el verdadero sentido de la acción que se lleva a cabo. No se hace esto para llegar a aquello. Se hace esto. Y aquello no puede tener nada que ver. O mentimos.
El sentido de la vida y el sentimiento de muerte. Aquí tengo que detenerme y preguntarte por esta realidad que nos golpea tan fuerte, me refiero a la pandemia que se apoderó del mundo. ¿Cómo ves el futuro de la humanidad?
La verdadera pandemia es el modo en que se trató la información en el mundo. Divide y vencerás. El gran aliado del poder, el miedo. Lo comentábamos antes. Aterrorizar a les ciudadanes les convierte en muñecos, en títeres, en números. No hablemos ya de lo que supone la ingente información obtenida en redes virtuales acerca de todes nosotres durante este período de encarcelamiento domiciliario.
¿Cómo enfrentas la idea de la muerte propia y ajena?
Solo se puede vivir si se deja de tener miedo a la muerte. O se vive o se tiene miedo a la muerte. En el segundo caso, solo se sobrevive,
¿Qué papel juega la figura de la enfermera Marta? ¿Cómo presentarías al doctor Bruj? Dos figuras heroicas en estos momentos cruciales.
La heroicidad depende de la elección, para empezar. En segundo lugar, los personajes secundarios de esta novela son esenciales. Muestran que todo depende de dónde se pone el foco, en realidad, todes somos secundaries en la vida de alguien, todes somos protagonistas en la vida propia. Buj y Marta son pura empatía. Por aprendizaje y por elección, y ahí está su heroicidad. No en lo que hacen sino en que lo eligen.
Elegiste, Crímen y castigo de Dostoievsky, Rascolnikov y Alena Ivánovva. ¿Hay vidas que valen más que otras?
No. La vida es una solamente y se manifiesta en infinidad de organismos. Nadie tiene la vida. Pasa por nosotres. Por todes, somos lo mismo y formamos parte de ello. La vida es el milagro absoluto. Y no me refiero a la vida humana, que es solo una parte de ella.
La pesadilla de un hecho del pasado que atormenta a Víctor Taler. ¿Cómo pensas que opera el proceso de exculpación y olvido?
Mediante la justificación, si no se admite la responsabilidad. Mediante la petición de perdón, si se admite. El perdón cuesta pedirlo y cuesta concederlo, en muchos casos, pero es el lubricante que permite funcionar al mundo. Responsabilizarse es comprender el daño que se hizo. Perdonar es entender que en el caso del otro se habría podido actuar igual.
“Necesito que hagas desaparecer a alguien”. Una frase lapidaria, ¿no?
Lapidaria, en efecto, es el detonante de la historia. La exigencia de una devolución a lo que pareció una heroicidad pero era en realidad una inversión. ¿Por qué? Volvemos a lo que comentábamos antes. Porque hay intención. Mala o buena, la intención jamás es gratuita. Tiene precio.
La casualidad y el destino y la amenaza latente. ¿cómo juega este combo en la realidad? ¿Cuánto pesa el azar?
El azar es el orden que no comprendemos. Es la imaginación de la vida. Aceptarla forma parte de la serenidad.
Una casualidad sería también el nombre de Berta, o por lo menos una particular coincidencia, ¿no te parece?
Las coincidencias sirven para llamarnos la atención sobre lo que creímos solo azar pero para nosotres puede cobrar un sentido ulterior.
Berta, el hospital y la carta. ¿Tanto le importa? ¿Cómo te llevas con la verdad y con las mentiras?
Me llevo mal con la mentira. Muy mal. No las digo y vivo mal que me las digan. El camino es la coincidencia entre pensamientos, palabras y actos. Esa es la única verdad de cada cual y por eso hay tantas distintas.
Los secretos, todo un tema. ¿Qué decir al respecto?
Lo mismo que las mentiras. Solo se tienen secretos acerca de lo que nos perjudicaría. ¿No te parece sospechoso?
Hablanos del miedo y el amor en la actualidad en tiempo de coronavirus, ¿puede ser?
Si hay miedo no hay amor. El amor solo puede sobrevenir con la existencia del respeto y de la confianza. Cada cual interpreta el respeto y la confianza con sus límites y sus códigos. No hay un solo modo de amar. Tampoco hay uno solo de no amar, pero sin duda no hay ningún modo de amar con miedo.
¿En qué casos el padre puede llegar a ser algo así como “ un desconocido íntimo”?
El tema de la paternidad es muy importante en esta novela. El tema de la sangre. Otra vez el tema de la pertenencia. ¿Qué es ser padre o madre o familia? Pasa por un tema de límites, de identificación, de libertad otra vez. De poder. Quien puede sobre vos no te ama. No amás a quien puede sobre vos. Se trata de otra cosa, más cercana a la posesión, ese concepto tan terrible que muy a menudo se confunde con el amor en este sistema nuestro basado en el tener. (Se tienen hijos. ¿De verdad el verbo adecuado es tener?).
Las semillas de pensamiento. ¿Por qué las elegiste para esta historia?
Justicia poética, diría yo. Lo que se siembra.
La señora Guillermina Dalmau (Nina) y las cartas antiguas, ¿qué valor le adjudicarías a esta correspondencia?
En todas mis novelas aparecen cartas. Lo escrito dentro de lo escrito. La palabra sagrada. La verdad dentro de la ficción. La realidad intertextual. El rito. Nada sería para mí si no hubiese leído. Además, como buena emigrante anterior al tiempo de internet, de chiquita escribí y recibí muchas muchas muchas cartas.
Matías, Amelia. Y Néstor Alier en esta confusión. Y, otra vez la idea de un lugar donde “caerse muerto”.
De la vida se cae a la muerte. Es un descenso a otro mundo. Todes vamos a morir en un lugar, todes vamos a ocupar un espacio cuando dejemos de respirar. Y ese va a ser el sitio donde quedemos muertes.