Le dan los hombres mil formas, la mayoría
como yerba del prado: son flores y sin fruto.
Amores los más son como el licor: un poco,
satisface; un mucho, arruina al bebedor.
Se suicida el amor que acude en procesión
al catre del deseo.
Tal rey que encadenado y en lúgubre mazmorra
a la vida renuncia por traición de su gente.
No hay en el bosque libertinos
que pretendan noble el deseo.
cuando los toros mugen,
no dicen: “Ésta es la pasión”.
El amor del hombre es un mal
sito entre la carne y los huesos,
mas cuando la juventud parte
se desvanece el mal.