UNIVERSO HELLBOY

A comienzos de la década del ´90, en ese final de milenio configurado como “el fin de la historia” y que terminó siendo tan solo “un ladrillo más en la pared”, Dark Horse Comics llevó adelante la que sería su estrategia más osada, presentando una serie de colecciones dirigidas por varios de los artistas independientes más talentosos del panorama norteamericano. Sin City de Miller se unió a los Next Men de Byrne, Madman de Allred y, por supuesto, Hellboy de Mignola. Ya en ese momento muchos veníamos siguiendo la evolución artística del talentoso Mike en páginas como Gotham Luz de gas, Odisea Cósmica, Mundo de Krypton, El fantasma errante, etc (las que recuerdo ahora) y claramente celebramos el desarrollo de una obra propia. Luego llegó la adaptación del Drácula de Coppola y diversas ampliaciones del universo Hellboy que, oportunamente tomó la pantalla grande de la mano del titánico Del Toro y luego el mundo de la animación. Si bien a partir de los años fui siguiendo más o menos atentamente esta ampliación del “imaginario Hellboy, hoy, puesto a releerlo desde sus orígenes y en orden puedo decir sin temor a equivocarme que, como diría el Diego, se me escapó la tortuga.

Hellboy llega al 2020 siendo tal vez el universo cómic más sólido, artístico, interesante y coherente en un escenario bastante asfixiado. Tal vez las lecturas y autores en los que abrevó y aún abreva: Lovecraft, Poe, Kirby, los seriales Pulp, el western, el horror, la mitología, el ocultismo, y fundamentalmente el folklore. Hellboy habita en el universo feérico conformado por las diferentes tradiciones orales y cuentos folklóricos de todas las culturas. Comparte este paradigma con la poesía, las epopeyas y los cuentos de hadas que conforman cada infancia, en este sentido es una producción condenada al éxito.

Entre las series que se fueron sumando para configurar un auténtico universo de ficción complejo y orgánico se cuentan Hellboy, AIDP, Bogavante Johnson, Baltimore, Abe Sapien, Sir Edward Grey Cazador de brujas e infinidad de especiales dedicados a personajes secundarios, adyacentes, periféricos, etc.

En los próximos meses iremos recorriendo cada uno de estos títulos, pero comenzemos por el principio.

HELLBOY INTEGRAL 1

Editado en unos tomos absolutos de tamaño especial en EEUU y en una más cómoda y no menos cuidada edición por Norma en España esta primera recopilación reúne dos grandes historias que sirven como pilar narrativo para todo lo que vendrá a continuación: Semilla de destrucción, con John Byrne colaborando en los guiones y Despierta al demonio, macrohistoria en la que Mike inaugura su bicicleta ya sin rueditas.

A estas dos historias que exploran la invocación de Hellboy en la tierra y su inscripción en la AIDP, la conformación de su equipo (familia), sus mayores enfrentamientos con Rasputín y su cohorte nazi del RagnaRok y el inicio de su búsqueda identitaria; se agregan una parafernalia de historias cortas en las de Mignola acrecienta y madura en sus búsquedas artístico visuales, en las que da carnadura a su protagonista, sus secundarios y sazona de manera definitiva el bouquet de tan destilado elixir.

Muertos vivientes, fantasmas victorianos, Onis y yurei, hombres lobo, vampiros, nazis mecanizados, elementales primigenios, demonios, trolls, duendes, elfos, magos, brujas, haspías, dioses caídos, semidioses, homúnculos, golemns, alquimistas, sacerdotes, exorcistas, maestros tecnológicos e incluso aliens. El universo que plantea Mignola no deja de ser una celebración de una realidad más compleja y más profunda, la «cadena aurea» que la modernidad barrio bajo la austera alfombra del racionalismo y que recuperó en forma de trauma o imaginario pop. Una realidad que todavía tiene mucho que decirnos y aún nos seduce. En especial si nos viene dada en una buena historia.

Como en todo, en el principio fue la palabra…

 

Sobre El Autor

Damián Blas Vives es actualmente es Director de Gestión y Políticas Culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Entre 2016 y 2020 coordinó el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq de dicha institución y antes fue Coordinador del Programa de Literatura y editor de la revista literaria Abanico. Dirigió durante una década el taller de Literatura japonesa de la Biblioteca Nacional, que ahora continúa de manera privada. En 2006 fundó Seda, revista de estudios asiáticos y en 2007 Evaristo Cultural. Coordina el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y Rastros, el Observatorio Hispanoamericano de Literatura Negra y Criminal. Ideó e impulsó el Encuentro Nacional de Escritura en Cárcel, co-coordinándolo en sus dos primeros años, 2014 y 2015. Fue miembro fundador del Club Argentino de Kamishibai. Incursionó en radio, dramaturgia y colaboró en publicaciones tales como Complejidad, Tokonoma, Lea y LeMonde diplomatique. En 2015 funda el sello Evaristo Editorial y es uno de sus editores.

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