El personaje de Arsenio Lupin, ladrón y caballero, creado en 1907 por Maurice Leblanc es, sin lugar a dudas, junto con el más anárquico Fantomas, uno de los antihéroes más significativos del país de la Marsellesa.

La serie se erige como un entretenimiento liviano pero disfrutable, una ficción criminal adolescente bien construida. Nos presenta a Assane Diop, un joven inmigrante africano que llega a Francia junto a su padre luego de quedar huérfano de madre. Su padre, que consigue insertarse en el mercado laboral como chofer profesional para una de las familias más encumbradas de la oligarquía parisina es implicado en un robo (que esconde un millonario fraude de seguros). Imposibilitado para sobrellevar la situación el padre de Assane se suicida en prisión, dejando al hijo a disposición de los servicios sociales, no obstante esto Assane es tutelado por un misterioso benefactor y termina recibiendo la mejor educación que el dinero puede comprar.
Años después Assane está de vuelta dispuesto a limpiar la memoria de su padre utilizando hasta el último de los subterfugios del héroe literario que su padre le presentase antes de morir: Arsenio Lupin. Munido con esta inspiración Assane Diop se dispondrá a tambalear los cimientos más oscuros de la corrupción francesa.