El pasado 13 de marzo el poeta marroquí Abdellatif Laâbi (1942) fue distinguido con el Premio Mahmud Darwish 2020 en recompensa por su papel en la defensa de la libertad, la emancipación, la dignidad y la justicia, así como su acción contra la injusticia, el autoritarismo y el racismo. Abdellatif Laâbi, es uno de los principales escritores marroquíes de expresión francesa. Comprometido con la vida y con la literatura, a fondo, hasta tocar las raíces de lo humano. Poeta, novelista, profesor de francés y activista infatigable, Laâbi fue encarcelado, torturado y condenado a diez años de prisión por «delitos de opinión» (por sus creencias políticas y sus escritos) y cumplió prisión de 1972 hasta 1980. Luego se le obligó a exiliarse en Francia. Ha vivido en París desde 1985, y desde 1988 es miembro de la Académie Mallarmé.
Ediciones Alción ha publicado en nuestro país los volúmenes Los frutos del cuerpo y Antología poética, ambos traducidos por Leandro Calle.
De EL SOL SE MUERE (1992)
Hemos derribado murallas
prisiones
alrededor nuestro
dentro nuestro
Hemos cercado ciudades
desplazado montañas
Y no hemos dudado
en barrer delante de nuestra puerta
al punto de no tener piedad
con nosotros mismos
Cerramos los libros
grandes y pequeños
para aprender de la intuición
de nuestras heridas
Abrimos los ojos
sobre nuestro planeta tan frágil
y montamos guardia alrededor de sus pulmones
Ah, cuántas cosas aprendimos
de nuestras derrotas
De EL ABRAZO DEL MUNDO (1993)
La lengua de mi madre
Hace veinte años que no veo a mi madre
Ella se dejó morir de hambre
Cuentan que todas las mañanas
se quitaba el pañuelo de la cabeza
y golpeaba el piso siete veces
maldiciendo al cielo y al tirano
Yo estaba en la caverna
ahí donde los forzados leen en las sombras
y pintan en las paredes el bestiario futuro
Hace veinte años que no veo a mi madre
Me dejó un juego de café chino
cuyas tazas van rompiéndose de a una
sin que me importe mucho porque son feas
Pero me gusta el café
Hoy cuando estoy solo
tomo prestada la voz de mi madre
o más bien es ella que habla por mi boca
con sus juramentos, sus groserías y sus imprecaciones
el inhallable rosario de sus diminutivos
toda la amenazada especie de sus palabras
Hace veinte años que no veo a mi madre
pero soy el último hombre
que aún habla su lengua
Dos horas de tren
En dos horas de tren
repaso la película de mi vida
Dos minutos por año más o menos
Una media hora para la infancia
y otra hora para la prisión
El amor, los libros, la errancia
se reparten el resto
La mano de mi compañera
poco a poco se funde con la mía
y su cabeza en mi hombro
es tan leve como una paloma
Cuando lleguemos
tendré cincuenta años
y me quedará por vivir
aproximadamente una hora
De EL SPLEEN DE CASABLANCA (1996)
Los guardias están en todos lados
Reinan en los tachos de basura
los garajes
los buzones de correo
Los guardias están en todos lados
en las botellas vacías
bajo la lengua
detrás de los espejos
Los guardias están en todos lados
entre la carne y la uña
la nariz y la rosa
el ojo y la mirada
Los guardias están en todos lados
en el polvo que tragamos
y en la parte que escupimos
Los guardias crecen y se multiplican
A este ritmo
llegará el día
donde todos llegaremos a ser
un pueblo de guardianes
De FRAGMENTOS DE UN GÉNESIS OLVIDADO (1998)
25
La taberna del olvido
ahora está vacía
Las sobras del banquete
dispersadas por el viento
La horda ha retomado sus caminos oscuros
sus tribulaciones
El escenario está listo
para recibir otros dramas
Ni un respiro para los saltimbanquis
nada de piedad
para los eternos espectadores
Vaya
una parodia del apocalipsis
Lo necesario para golpear los espíritus
hasta la misma extinción del espíritu
Vendrá
este fin de reinado
con los apetitos que despierta
Los signos
de la gran fractura
en el centro de la tierra
en el corazón de las ideas
La deriva de la razón
y su parcelamiento
Lo opacidad levantando su hierro
entre la cosa y su contrario
Las plagas y los milagros acostumbrados.
Mal desconocido en su raíz. Mutación de la sangre.
Confusión de los sentidos. Desarreglo de la luz, de los metales, del coito.
Un siglo de lluvias. Un siglo de sequía.
El eclipse anunciado desde antaño, aplazado a menudo. El árbol que sangra. Las estatuas sonámbulas. El unicornio que cobra vida, salta del tapiz y se escapa por la chimenea.
Reaparición de la especie extinta de los duendes. Desaparición de la isla de los reencuentros. Muertes sospechosas en el momento de la plegaria amorosa.
Evasión colectiva de todos los asilos y presidios secretos. Agotamiento de la fuente de la vida, del océano interior. Suicidios en serie de atletas y tribunos adorados por el pueblo. Invasión de langostas mecánicas y pulgas extremadamente inteligentes.
Invasión alegre
del desierto
en los corazones.
Vendrá con el equipaje del desierto
el mensajero
el mal-amado en vida
Candidato al martirio
Saldrá de la duna
de las siete vírgenes enterradas vivas
del manuscrito de las páginas arrancadas
de la leyenda
o de una casucha de una villa de emergencia
Tendrá los ojos de los albinos
el rostro mal afeitado de los revoltosos
la nariz inequívoca del lobo de mar
las manos ardientes
del esclavo-trabajador
Avanzará
bajo el sol lívido
en medio de la horda incrédula
en el ornato de las miserias morales
Escucharemos
los aullidos de la trompa arcaica
una ráfaga de cacareos
un golpe de gong con gusto a herrumbre
Luego en el silencio precursor
altos relatos
que accederán a la memoria
secará en sus labios
el relente de la mentira
examinará las filas de cabezas inmaduras
antes de decir:
Eh aquí que llega
la era de la hambruna
y del degüello.
Oh pueblo de cucarachas lúbricas
prepárate para la prueba
La rueda del azar ha girado
y se ha detenido
Has jugado
y has perdido
No supiste leer ninguna señal
Del jardín que se te ha confiado
has hecho un muladar
De la semilla sagrada
puesta en ti
has sacado pan amargo
que no puede compartirse
Consagraste tu inteligencia
en coartadas para crímenes perfectos
Le quitaste a los pobres
la boya de la esperanza
A las mujeres
el adorno del ser
A tus hijos
les dejaste en herencia tus anteojeras
el celo por la ganancia
y el léxico del odio
A aquellos que te ofrecieron un espejo
para contar tus cobardías
y desalojar al monstruo que te habitaba
les arrancaste los ojos
Y yo
que te hablo y te prevengo
ya imagino qué suerte me reservas
Bien,
ofrezco mi cuerpo al absurdo
de tu inteligencia sádica
Te maldigo
y maldigo al mismo tiempo
esta tradición del holocausto
que me hace ponerme de rodillas
abrir los brazos
ofrecer mi cuello
para que te pongas a prueba
antes de cortarme la garganta
del cordero indefenso que soy
y cuya alma
si es que hay un alma
jamás encontrará reposo
De LOS FRUTOS DEL CUERPO (2003)
Me das la mano
lo que en verdad es darla
Y tú sabes hasta dónde
irá la mía
Primero acometerá
la nuca satinada
Descenderá para alejarse
entre montes y valles
Después se dirigirá
hacia la perla flotante
vivaque de tus delicias
*
Me cuesta leer
los tratados de erotología
Me aburre la gimnasia
Si el amor
no fuera
creación
obra personal
hubiera abandonado su escuela