Los sistemas de creencias determinan nuestro accionar. Análogamente, la concepción que el hombre posee de su rol en el Universo, de su relación con la naturaleza, explica las artes y ciencias por éste desarrolladas. El presente trabajo, ofrece al lector una primera aproximación, entretenida e interesante, a la medicina china. Lo hace, además, desde el abordaje correcto: tomando como punto de partida el paradigma-cuna, la cosmovisión que le dio origen. Fue realizado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas de la U.B.A. para la cátedra “Historia de las Ciencia”. Proviniendo de una carrera de anclaje netamente occidental, decidieron sin embargo indagar respecto de la forma china de ejercer la medicina. ¿Bajo qué motivación? Aquella que, en la humilde opinión de quienes realizamos Seda, debería existir en todo intento de comprensión de pueblos diferentes y antagónicos: la necesidad y sentido de realizar un movimiento especular.
Introducción
La medicina actual occidental suele tomar al individuo como un conjunto de síntomas. Al estar dividida en numerosas disciplinas especializadas, separa cada órgano o conjunto de órganos y los analiza en forma independiente. Mas que tomar al individuo (al paciente) como una unidad en sí, se lo considera como un conjunto de sistemas que deben ser tratados independientemente (el todo como la suma de las partes). Esta concepción reduccionista del individuo es legado de la visión mecanicista forjada en el siglo XVII.
Contrariamente, la Medicina Tradicional China (MTC) tiende a tratar al paciente como un todo en si mismo. El cuerpo, la mente y el entorno están íntimamente relacionados, y deben ser tenidos en cuenta en su conjunto a la hora de tratar una dolencia. Esta concepción más holista concibe al hombre inmerso en la naturaleza y formando un todo con ella. Se considera al cuerpo humano como un microcosmos que debe vibrar armónicamente con el macrocosmos en donde vive. Un desbalance energético, o una desarmonía, deriva en una enfermedad. Cuando el cuerpo está armónico con el interior y el exterior, es cuando está en la frecuencia llamada salud [1].
La medicina (al igual que el resto de las ciencias) mantiene una estrecha relación con las creencias filosóficas y religiosas de cada sociedad, en un momento histórico dado. Así, es necesario conocer la forma de concebir al progreso científico en la China antigua, para comprender la manera en que se desarrolla su medicina. Del mismo modo, también es importante tener en cuenta cómo se entendía a la naturaleza y cómo se la relacionaba con el hombre y su rol en la sociedad.
Nos proponemos como objetivo caracterizar a la práctica médica en la China antigua relacionándola con los sistemas filosóficos predominantes en esta cultura. En particular, nos interesa mostrar cómo influye en la medicina la interpretación que tienen los chinos acerca de la relación entre el hombre y la naturaleza.
Contexto social y filosófico
La civilización china surge en el curso medio del río Amarillo (al este del desierto de Mongolia) hace más de 5000 años. Este río es a veces llamado “el dolor de China” debido a su tendencia a cambiar de curso en las grandes llanuras costeras. Si bien su suelo es muy fértil cuando se lo puede regar bien, esta cuenca presenta un clima muy desfavorable para la agricultura. Tiene inviernos largos, fríos y secos, y lluvias de verano escasas e irregulares.
Los chinos primitivos tuvieron que adaptarse a las condiciones del medio para poder sobrevivir. Los habitantes del valle del río Amarillo se veían a si mismos como parte de un vasto orden de seres vivientes, con cuyos procesos tenían que buscar una relación armoniosa. Este profundo sentido de la reciprocidad se pone de manifiesto en la antigua teoría del yin-yang, que es un concepto básico de la mentalidad china. La paz y la prosperidad de la humanidad dependen del delicado equilibrio entre estas dos fuerzas interdependientes y complementarias [2]. Yin y yang se refieren a las dos categorías básicas del universo: típicamente el yin se asocia a características estáticas, negativas, oscuras, frías y femeninas, mientras que el yang se relaciona con características dinámicas, positivas, brillantes, cálidas y masculinas. Además, yin-yang se refiere a la forma en que estas características cambian en el tiempo y el espacio. El yin y yang que contiene cada cosa individual está constantemente en un equilibrio dinámico afectado por el ambiente fluctuante.
Como vemos, esta relación entre el hombre y la naturaleza es un factor importante que influye en su filosofía y por lo tanto, en su práctica médica. El cuerpo humano y sus funciones también están gobernados por el principio del yin-yang. Mantenerse saludable requiere conservar el balance entre el yin y el yang en el cuerpo. Cuando hay desequilibrio el individuo cae enfermo. Éste es el principio central de la MTC y su aplicación domina la diagnosis, el tratamiento y la explicación de las enfermedades. Por ejemplo: un paciente con fiebre alta, cara ruborizada, labios secos, inquieto y con un pulso rápido, presenta síntomas yang. La diagnosis sería una deficiencia del yin o un desbalance producido por un exceso de yang. El desbalance de yin y yang puede ser causado tanto por factores exógenos (clima, heridas traumáticas, parásitos, etc.), como por factores endógenos (cambios emocionales extremos, dieta anormal, fatiga, etc.). El tratamiento para restituir el balance perdido, sería por ejemplo usar hierbas yin para disipar el calor interno y otros síntomas yang [3].
La idea de fuerzas o aspectos complementarios se ve reflejada también en la teoría de los cinco elementos (cinco xing), que define un sistema de cinco fases para describir el cambio. Cada fase corresponde a uno de los cinco elementos: tierra, agua, madera, metal y fuego, y son usadas para clasificar las cosas de acuerdo a sus propiedades y relaciones con otras cosas.
Los cinco xing no son independientes uno de otro; tienen leyes y relaciones de transformación entre ellos. Hay dos relaciones básicas: el fomento mutuo y la sumisión mutua. El principio del fomento mutuo dice que los cinco xing pueden generarse, activarse y mantenerse entre ellos. La secuencia de fomento es la siguiente:
Esta secuencia sale de la observación de la naturaleza: el fuego se crea cuando la madera se enciende; luego de quemarse, quedan las cenizas (tierra); el metal sale de la tierra y se funde (agua) con el calor; mientras que el agua es indispensable para el crecimiento de los árboles y la vegetación (madera). El principio de sometimiento mutuo implica relaciones de restricción, control y subordinación que mantienen el balance entre los cinco xing. La secuencia en este caso sería:
Esto también fue observado por los antiguos chinos en la naturaleza: los árboles crecen en la tierra, empobreciendo el suelo; para prevenir inundaciones se construyen canales y diques con tierra; el agua apaga el fuego; los metales se ablandan y derriten con el fuego; y la espada y el hacha, hechas de metal, son usadas para talar los árboles [3].
La clasificación en las cinco categorías es usada en la diagnosis y tratamiento de dolencias. Así, aquellas cosas que pertenecen a la misma categoría (ver Tabla 1) están relacionadas entre ellas y tienen la misma relación mutua con los objetos de las categorías vecinas. Por ejemplo: una enfermedad en el hígado puede reflejarse en los ojos, los tendones, y en un sentimiento de enojo. Un gran enojo es considerado muy perjudicial para el hígado. Como el hígado pertenece a la madera, y la madera brota en primavera, entonces las enfermedades en este órgano tienden a manifestarse en primavera. Según los principios de fomento mutuo y sumisión mutua, la enfermedad en un órgano no está aislada de los otros órganos. Una enfermedad en el hígado (madera) probablemente se deba a una deficiencia en el funcionamiento del riñón (agua), por lo que el tratamiento no solo debe estar apuntado hacia el hígado, sino también favorecer las funciones de los demás órganos.
Otro concepto fundamental en la MTC es el chi, que juega un rol central en el trasfondo teórico de terapias como acupuntura, moxibustión y masajes. El chi puede definirse como fuerza vital o energía. Es indispensable para la vida y responsable de la función y acción de los órganos y el cuerpo entero. La enfermedad ocurre cuando la circulación del chi es obstruida o hay deficiencia del mismo. Si bien el chi no puede ser observado directamente, un médico preparado, puede detectar su flujo y cambios en un paciente.
Como el chi es dinámico, activo y calienta el cuerpo, cae bajo la categoría yang. La sangre y los fluidos del cuerpo tienen las funciones de nutrir y humectar, por lo tanto pertenecen a la categoría yin. El chi circula a través de canales dentro del cuerpo denominados meridianos. El sistema de meridianos es propio de la MTC y conforma la base para los tratamientos mediante acupuntura y moxibustión.
En todas estas teorías encontramos implícita la idea de la naturaleza cíclica del mundo. El hombre forma parte de la naturaleza y por ende debe acoplarse a su dinámica constante. Este sentimiento de carácter filosófico-religioso nació en los albores de la civilización china y formó parte de su tradición. Estas ideas fueron retomadas por Lao-tse (540-480 a.C.), fundador del taoísmo, quien escribió un libro en el que se establecía cuál era el modo de vida más adecuado: el Tao-te-ching.
Los taoístas usaban el término tao para representar la gran realidad que sostiene y llena el universo. En general los filósofos occidentales lo asocian con el concepto de lo Absoluto. Afirmaban que el conocimiento del tao no se aborda con la razón y el estudio, sino por los modos místicos de la contemplación y la iluminación interior. La naturaleza quedaba idealizada y los taoístas trataban de fundirse con ella. Alegaban que la conducta del hombre debía conformarse al tao [4] y que ésto no se lograría dentro de la sociedad feudal, sino volviendo a vivir según las antiguas normas naturales.
La labor del médico era restituir al enfermo al camino correcto del tao. Suponiendo que determinados estados mentales provocaban cambios específicos en ciertos órganos, el médico trataba de relacionar los comportamientos y factores constitucionales con las enfermedades, y procuraba que sus pacientes los modificaran. La medicina china, asociada al taoísmo, se basa también en la prevención de las enfermedades [5].
El tao fue importante en el confucionismo como modelo de conducta virtuosa y, durante siglos, los preceptos de Confucio (550-479 a.C.) sentaron los patrones de conducta vigentes. El confucionismo, fundado antes que el taoísmo, no tenía ni la mística ni las tendencias antisociales de éste. Desde sus orígenes propugnó el pragmatismo y la conciencia social. Confucio lucho por obtener la justicia social en el marco de una sociedad feudalizada y burocratizada. Su filosofía proponía relaciones sociales basadas en el orden y la justicia. El confucionismo es más bien, una filosofía moral. Las conductas sociales y morales podían influir en el estado de salud de los individuos: las ideas libertinas y licenciosas conducían a enfermedades pulmonares; en cambio, llevar a la práctica estos pensamientos afectaba al corazón. El médico tenía que determinar las causas de la desarmonía del cuerpo y actuar en consecuencia [5].
En la MTC se deben tener en cuenta en su conjunto al cuerpo, la mente y su entorno. Se reconoce a la persona como «individuo», por eso es que ante dos personas con la misma enfermedad, no va a ser el mismo el tratamiento a seguir. Son dos cuerpos diferentes, dos vivencias diferentes, dos tratamientos diferentes.
Conclusiones
En todos los aspectos de la MTC esta implícita la idea de la naturaleza cíclica del mundo. La naturaleza es un único organismo, complejamente equilibrado, en constante transformación y ante cuyos cambios el hombre debe aprender a reaccionar adecuadamente. La armonía es vital.
La medicina, como el resto de las ciencias en China tiene un importante componente taoísta. Se ha dicho que las observaciones y los experimentos de los taoístas en el campo de la alquimia representan los oscuros comienzos del método científico [2].
Es sabido que los preceptos filosóficos tienen un papel clave en el desarrollo de la ciencia. Según Benett, la mejor caracterización de las ciencias chinas es como un sistema de cosmologías aplicadas, ya que las construcciones teóricas compartidas por ellas derivan de una cosmología general [6]. Hay dos ideas cosmológicas en la filosofía china: la de unidad y la de retorno. La idea de unidad hace referencia a la unidad ecológica y psicológica del ser humano con el entorno, de manera que logre una mayor perfección tanto el individuo como el mundo. Implica una concepción del mundo holística, integral y orgánica [7]. La idea del retorno está relacionada con el carácter cíclico de la naturaleza. Los movimientos caóticos que aparentemente vemos están ordenados hacia una repetición continua de todo fenómeno [7].
Con estas dos ideas avanza la ciencia y la filosofía china, pero no en el sentido occidental del término. El avance que quiere el chino es en profundidad, en un mayor conocimiento de las cosas naturales para un mayor acople a la naturaleza, mientras que la civilización occidental “avanza” desligándose de la naturaleza, dominándola [7].
Esta idea de que la naturaleza puede ser sometida para sacar provecho de ella surge, según diversos autores en el siglo XVII europeo. Así, la sustitución de una visión del mundo hermético y organicista por otra mecanicista, fue razón fundamental para que pudiese surgir la ciencia moderna [8].
El paradigma mecanicista abarca también la analogía de los seres vivos con una máquina, gobernada por las leyes universales de la mecánica newtoniana. Este modo de pensar, junto con la posterior fragmentación del conocimiento en diferentes disciplinas es lo que caracteriza a la práctica médica occidental.
La medicina occidental moderna con frecuencia cuestiona a las modalidades sanativas de la MTC por no tener un carácter científico. Pero al hacerlo no tiene en cuenta que la MTC constituye un sistema de conocimientos médicos estructurado coherente y consistentemente con principios, forma y contenidos del pensamiento médico, completamente diferentes del pensamiento médico occidental moderno en un grupo de aspectos. Son, por consiguiente, dos cuerpos de conocimientos diferentes [9]. Esto se debe principalmente a que fueron originadas en contextos sociales e históricos distintos. En la actualidad, sin embargo, muchas de las prácticas de la MTC han sido introducidas y aceptadas en occidente como terapias complementarias.
La sociedad china ha entrado en la modernidad sin perder su tradición. Allí, la medicina occidental es aceptada y funciona normalmente al lado de la MTC. Estudiada en la Universidad, posee hoy igual rango y consideración que la occidental a la hora de ser elegida para ayudar a solucionar los problemas de salud. Es más, la MTC se ha convertido a nivel mundial en una medicina intercultural por su contacto con otras culturas distintas de la de su origen, siendo utilizada hoy en todos los continentes [10].
Referencia
1. Donato, A. O. (2007) Medicina China Revista electrónica: Salud y Sociedad (http://www.salud.bioetica.org/index.htm).
2. Yap, Y. y A. Cotterell (1981) La civilización china clásica. De la prehistoria al siglo XIV. Ed. Aymá, Barcelona. 280 pp.
3. Thagard P. and J. Zhu (2001). Acupuncture, Incommensurability and Conceptual Change. Departamento de Filosofía. Universidad de Waterloo.
4. Latourette, K. S. (1949) Los chinos: su historia y su cultura. Ed. Sudamericana, Buenos Aires. 971pp.
5. Lyons, A. S. y R. J. Petrucelli (1978) Historia de la medicina. Ediciones Doyma, Barcelona. 539pp.
6. Benett S. J. (1978) Chinese science: theory and practice. Philosophy East and West 28(4):439-453.
7. Gutiérrez, F. J. B. (2004) La filosofía y la ciencia en China. Enlaces, Revista del CES Felipe II. Universidad San Pablo CEU.
8. Boido, G. y C. Baldati (2003). La ciencia moderna europea como anomalía histórica. Revista Redes. Universidad Nacional de Quilmas. 10 (20): 9-26.
9. Díaz Mastellari, M. La medicina china tradicional y su noción del enfermo y la salud: ¿coincidencias fortuitas o aporte? (http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/mednat/2-mchtcoincaport.pdf).
10. Aparicio Mena, A. J. (2004) Idea de salud para culturas originarias Mesoamericanas e idea de salud para los orientales (bosquejo comparativo). Revista de Antropología Experimental 4: 1-15.