EN EL REINO DE LAS PARADOJAS | Augusto Ricciardelli

Por Diego Oscar Ramos

En nuestra edición de Junio, publicamos bajo el título de “Combate Mental. Una gimnasia para el despertar de la conciencia.”, la entrevista que Augusto Ricciardelli ofreciera a la revista Vuelos de Búsqueda Interior, brindando una explicación de su enseñanza y metodología de trabajo. Hoy tenemos el agrado de transmitir a nuestros lectores una segunda entrevista, ofrecida en este caso a la Revista Uno Mismo bajo la edición de Diego Oscar Ramos. A ella le hemos anexado, además, las frases paradojales que son preámbulo del libro escrito por Augusto Ricciardelli. Agradecemos a la familia de A.Ricciardelli, su señora María Cristina Antúnez y su hija Constanza Ricciardelli; al Sr. Diego Oscar Ramos; a la Sra. María Laura Ferro, Directora de la Revista Uno Mismo; y a los Sres. Miguel Ángel Lo Coco y Carlos Carballo, por habernos permitido tan gentilmente la difusión del presente material.

Introducción

Augusto Ricciardelli, licenciado en Estudios Orientales de la Universidad del Salvador y coordinador de grupos de investigación transpersonal desde hace treinta años, propone un método de exploración consciente de las contradicciones y prejuicios cognitivos y perceptuales de la mente. Basado en enseñanzas de vertientes heterogéneas de filosofía, mística y religiones occidentales y orientales, el eje de su trabajo son las paradojas y ejercicios que cuestionan las creencias e intentan mantener la conciencia en estado de pregunta.

En el reino de las paradojas

El gato se mueve, “más silencioso que un espejo”, como supo ver el viejo escritor ciego. Son los ojos sin tiempo del animal los que miran a su dueño y sugieren los enigmas y alegorías: “El nos mira creyendo que entiende lo que es ser humano y nosotros miramos así a la otra dimensión; pero no podemos usar un cerebro humano para entender el próximo mundo; tenemos que recibir atisbos de otra dimensión, y para ese juego hay otras reglas”.

Juegos y reglas para pensar la existencia y la necesidad de trascendencia. Augusto Ricciardelli se mueve entre paradojas para evidenciar su planteo. “Lo que estamos buscando no está aquí, y sin embargo, está dentro del universo” dice, iniciando la serie paradojal. Habla de otro mundo, como un estado de conciencia superior donde confluyen todas las enseñanzas de las “tradiciones del sendero”: desde el reino de los cielos cristianos al nirvana oriental.

La vida verdadera

“Los mensajes subyacentes a todas las religiones y filosofías trascendentes muestran que el hombre no es un ser para la muerte. El hombre, como forma, tiene principio y fin porque es un cuerpo, pero hay algo que lo anima que está dentro de ese cuerpo y también fuera”. Ricciardelli traza con precisión su diagnóstico: “La gente tiene que examinar su existencia; la vida pasa en el tiempo, y hasta que uno no encuentre el espíritu de su verdadero ser va a estar muerto para sí mismo.” Ese adormecimiento puede ser combatido como habría enseñado Cristo, una de las fuentes de Ricciardelli:“Él dice que su tarea es resucitar a los muertos; le dice a las personas que así como estamos, permanecemos muertos para lo que realmente somos. Habla del negarse a sí mismo como persona, y aspirar a la unidad. Cuando dice que él es el camino, la verdad y la vida, está diciendo que el reino de Dios, o el nirvana, están aquí y ahora”.

Hasta aquí el diagnóstico, y la aceptación de no estar creando un concepto nuevo, sino“llamando la atención sobre algo esencial”. ¿Cuál es entonces la propuesta, el camino para romper con la vida falsa y angustiada por la muerte? Combate mental se define como un grupo de reflexión y estudio que trabaja sobre la conciencia para hacer visibles los prejuicios perceptuales, la construcción de la realidad y la forma en que la mirada limitada opera sobre los problemas de comunicación, no sólo con los demás sino con lo trascendente. “Investigamos en la conciencia del sí mismo, y el objetivo es que la gente se inquiete, que vea que es incoherente decir que uno aspira a seguir viviendo cuando se acepta como una cosa que empieza y termina. Tiene que haber un cambio de mentalidad, una transformación, una verdadera revolución interna.“

Basándose en las paradojas como armas de estimulación para superar las dicotomías y las contradicciones, los estudios de textos filosóficos y religiosos y los ejercicios –como el diálogo de los ciegos, la contradicción de las creencias, y experiencias de análisis conceptual y vivencial de las noticias- buscan la transformación de la persona:“Queremos tirar un anzuelo, ver si la gente realmente capta que realmente hay algo más importante que la vida cotidiana tal como la viene entendiendo, que se despierte a otra cosa, que deje de sufrir con el tema de la muerte”.

nota04_img01

Percibir lo otro

“Cuando encontrás el umbral te das cuenta de que la muerte no existe. Es como dice Cristo; el último enemigo por vencer es la muerte. Buda dice que va a buscar la iluminación porque tiene cuatro problemas: la vejez, la pobreza, la enfermedad y la muerte y lo que resuelve es el problema más grave, el del final.”

Augusto Ricciardelli comenzó su recorrido intelectual por las religiones comparadas a partir de una experiencia que no quiere congelar en una interpretación: “Es algo que te agarra, te arrastra y ya no tenés poder sobre tus sentimientos; y no aparece como una persona, como un angelito, es una fuerza que lo llena todo, aparece incluso como luz, pero no es una luz que se vea. Cuando eso se presenta no tiene forma, es como algo que se abre. Pero esa visión mística no nació de un estado aquietado de su mente; yo no esperaba nada más de la vida, y no me lo planteaba intelectualmente. Tenía un dolor de fuego en el pecho, no tenía consuelo con nada. Tuve que pasar por el abismo de la desesperación para que se abriera algo, y no fue una alucinación, fue una experiencia viva”.

Juego con otras reglas

Todo esto forma parte de un juego, del que sólo deben conocerse las reglas. “Las que controlan este mundo no son las que controlan el otro. Por eso, cuando a Cristo, el joven rico le pregunta cómo hacer para entrar en el reino de los cielos, le dice que cumpla con las reglas de ese juego: los mandamientos. Es decir, amar a Dios, a la vida, por sobre todas las cosas, con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas, con todo el alma.”

El mensaje no es nuevo, tiene dos mil años, pero no parece que lo cumplamos.“Nosotros no amamos la vida, amamos nuestra vida, amamos una mujer, las cosas que tenemos en casa, nuestros estudios. Y eso no sirve. Lo que tenemos que observar es lo universal, lo común a todos, y entonces sí estamos hablando de entrar en relación en serio con el universo.” Combate mental no ofrece autoayuda ni terapia alternativa. Su meta parece señalar sendas, refrescar mensajes, y su territorio no es otro que la mente, el lugar donde construimos el mundo, y donde le ponemos límites.

Secuencias paradójicas

Combate mental y rendición.

La paz llega tras una intensa contienda deliberativa.

El campo de ejercicios es la conciencia de la persona.

No hay peligro. La existencia está en juego.

El obstáculo es la primera regla del juego.

Tú eres el primer y último obstáculo.

Pon tu existencia en juego.

nota04_img02

El obstáculo es el problema.

Se han creado infinidad de métodos y técnicas para sortear los obstáculos.

Sin embargo el obstáculo sigue adelante.

A pesar de todo el obstáculo sigue allí.

El gran obstáculo es creer en la realidad objetiva del obstáculo.

Problema es lo que se interpone.

Problema es lo que está lanzado hacia adelante.

Se busca dar solución al problema.

El mismo intento de solucionarlo le está dando realidad al problema.

La persona nace a la existencia de sí misma en estado deliberativo.

La existencia a la vista de la mente humana se presenta en estado de conflicto.

Se vive la existencia en estado de cuestionamiento.

El mero preguntarse y responderse ante la realidad reaviva el conflicto.

El preguntarse y responderse parece una actividad inteligente.

El resultado del preguntarse y responderse aparece como saber.

El saber es la ignorancia hecha a nuestra propia medida.

Saber qué soy no le agrega nada al ser que soy.

Es ser se conoce a sí mismo en la ignorancia y se desconoce a sí mismo en la sabiduría.

Debe existir desconocimiento para en verdad saber.

Con el no saber se aprende un saber incomparable.

La mente humana genera una secreción llamada conocimiento; ésta es su respuesta ante lo incognoscible.

Ignorar es la primera condición para ser. Saber ignorar es la última.

Con el fin que le pone la mente a lo que ve aparece el principio del objeto.

El objeto es lo que se presenta. El objeto es el término. El término es el nombre.

Y el nombre define la cosa. El término es la conclusión de la cosa. El limite muestra la cosa como objeto. La cosa causa objeciones. El objeto del objeto es crear objeciones. Las objeciones dejan abiertos los límites del cuestionamiento.

La realidad se encuentra en cuestionamiento.

La realidad se encuentra en combate mental porque no acepta los límites.

La verdadera respuesta al cuestionamiento surge del compromiso y la responsabilidad

con los límites.

No sentimos la inmaterialidad de los límites.

Se puede decir que una cosa existe cuando se conocen sus límites.

La existencia se advierte en el ruido de los límites.

Toda percepción cobra realidad por los límites, y la idea de la realidad que a partir de esos límites es imaginada, es todo lo que sabemos.

Nacer es encontrar el límite.

Nacer es encontrarse con el obstáculo.

Nacer es encontrarse en falta.

La búsqueda incesante de la perfección impulsa la marcha.

El pecado es no ver la plenitud en la falta.

Nos culpamos por no percibir la plenitud en lo límites.

Los límites aparecen como obstáculos.

Cada reacción involuntaria para anular el obstáculo acumula mas piedras sobre el obstáculo.

La acción de lanzar piedras sobre los obstáculos indica que nos seguimos manteniendo en la inconsciencia.

El que no es consciente de sí mismo no existe para sí mismo.

Hay que despertar del sepulcro de sí mismo creado por la acumulación de piedras lanzadas ante los obstáculos.

Hay que superar la reacción ante la imperfección creada desde la natural restricción del ver.

Con la liberación de la imperfección uno también se libera de la perfección.

El reto es encontrarse con lo que es ahora

Encontrar en uno aquello que busca es encontrar lo que se busca.

Uno aparece dentro de la inmensurabilidad de los límites.

Uno se encuentra en el espacio en que es.

Todos los métodos parten del concepto de imperfección.

Los métodos y técnicas son la respuesta a la necesidad de mejoramiento de la condición de ser experimentada.

Con los métodos y técnicas sólo nos reformamos.

Con las reformas nos seguimos manteniendo a la misma distancia de nosotros mismos.

No hay tiempo ni espacio para acercarnos a nosotros mismos.

No hay que recorrer distancia alguna para encontrarse con lo que es ahora.

El camino es ahora.

Ahora es la hora del presente.

La percepción convencional armada de prejuicios, no puede ingresar en la pura singularidad de lo inmediato.

Quién no guarda imágenes vivencia la forma del presente.

El ser se libera a sí mismo encontrándose con lo que es ahora.

El método es el modo de decir u obrar según procedimientos.

Los métodos y técnicas son los modos de relacionarse de algún modo.

Conviene conocer la naturaleza de lo que se intenta modificar.

Conviene conocer la naturaleza del responsable del proceso de transformación.

No sabemos distinguir entre esencia y modo.

El modo es la forma variable y determinada que puede recibir un ser, sin que por recibirla cambie o destruya su esencia.

Al discriminar esencia y modo, conviene vivenciarlas integradamente en la forma viviente.

Los métodos y técnicas son modos de hacer.

La vida no se hace.

Tú eres el hecho en sí.

El hecho es la forma viviente del instante.

Los modos cuidan por un instante lo que trasciende los instantes.

El instante es la máxima quietud del tiempo.

En la máxima quietud del tiempo se encuentra sin límites lo intemporal.

Se intenta aprehender el hecho.

El hecho del momento es inhaprensible.

Se intenta perfeccionar el momento.

El momento es movimiento.

No hay tiempo para entrar en el ahora.

El hecho del momento no tiene duración.

El hecho es lo intemporal haciéndose presente.

No hay tiempo para entrar en el presente.

No hay camino para llegar al momento.

Darle tiempo al momento es convertirlo en pasado.

El ingreso del hecho en el tiempo produce nostalgia.

La nostalgia es un regreso imaginario al pasado.

El pasado es memoria.

La memoria es el receptáculo de la percepciones difuntas.

Confundir al ser con el modo de ser es vivir una existencia de memoria.

Tienes mucha memoria, te has olvidado de tí mismo.

Siempre algo está ocurriendo, y uno se relaciona con lo que está ocurriendo por medio de otra cosa.

No podemos encontrarnos con ello directa, inmediata, instantáneamente.

Sin embargo eso que buscamos está aquí, está presente ante nosotros, es con nosotros.

Uno busca el ser de cada cosa por medio de otra cosa.

Es como si con otro ser se quisiera encontrar el primer ser.

Por no encontrarte a tí mismo en el presente el momento resulta insoportable.

Ahora ya sabes por qué no te soportas. No te soportas porque no eres soporte de tí mismo.

El Combate Mental observa el anhelo que es deseo vehemente en el modo de ser limitado.

La forma más perfecta de renunciamiento es el deseo.

La vida asegura su continuidad por el desprendimiento.

Saber no saber, es saber real. No saber saber, es ilusión real. Es encantador saberse ilusionar realmente.

Es mas sabio ser feliz que tener razón.

La búsqueda de la razón presagia el conflicto.

La metáfora bélica

“Estamos en un combate, donde lo que hay que hacer, paradójicamente, es rendirse. Pero ello no implica volverse pasivo, sino entregarse a la observación activa. En este estado de conciencia propicio a la revelación mística y religiosa, lo que se busca es la intensa contienda deliberativa después de haber confrontado lo que soy y lo que no, la vida con la muerte. La metáfora bélica surge de fuentes claras: Krishna y Arjuna, un maestro que le enseña a un guerrero, Buda es un guerrero, Cristo dice que no viene a poner paz sino espada, los judíos tienen el Dios de los ejércitos”.

nota04_img03

La trampa de la pregunta y la respuesta

En el par pregunta-respuesta se esconde una clave para el creador de Combate mental: “Contestar, en su origen griego, quiere decir cerrar, interrumpir, bloquear; en el preguntarse y responderse se juega toda una vida y cómo se la interpreta. Si uno interrumpe ese proceso mecánico, atraviesa ese murmullo y entra en un silencio que permite escuchar otra cosa, lo que le va a decir dónde está la salida y le va a ir explicando los pasos que tiene que dar en ese camino”, dice Augusto Ricciardelli.

“Todos los diálogos, tal como aparecen en Sócrates, en las parábolas de Cristo, o en los diálogos de los maestros Zen, son en el fondo formas de probar algo más profundo.” “Hay que suspender el juicio; todos miramos limitadamente, pero en esta percepción me doy cuenta de que no debo reaccionar para entender el mundo, y al no reaccionar paso a otra dimensión de lo que estoy viendo. Allí algo te empieza a hablar; pero hay que distinguir la voz esencial de las voces de los condicionamientos y del aprendizaje.”

El texto de esta nota corresponde a RAMOS, Diego Oscar;
En el reino de las
paradojas; En Revista Uno Mismo; Nº 171; Grupo Editorial Agedit; Bueno Aires; Septiembre de 1997; págs.52-55

Excepto el apartado “Secuencias paradójicas” que
corresponde a
RICCIARDELLI, Augusto; Combate Mental. El nuevo idioma del Encuentro; Ediciones Combate Mental; Buenos Aires; 1996; págs. 10-40

Ofrecemos a todos aquellos lectores interesados en el trabajo del Sr. Diego Oscar Ramos, la dirección de su blog: www.palabrareal.blogspot.com

Sobre El Autor

Artículos Relacionados