(En abril de 2008 Koji Wakamatsu visitaba Buenos Aires con motivo de una retrospectiva de su obra organizada por el BAFICI. La presente entrevista fue publicada en Revista Seda Nº17. Wakamatsu prosiguió con su obra, destacándose el film Kyatapirâ (Caterpillar) de 2010, basado en el relato «La oruga» de Edogawa Rampo. Koji Wakamatsu falleció el 17 de octubre de 2012. Reproducimos a continuación el texto original sin alteraciones).
El último mes de abril, durante el 10º Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y con tan sólo dieciseis filmes, escogidos de entre casi la centena que cuenta en su haber este particular director, los cinéfilos nacionales pudieron hacerse una idea del tamaño de Koji Wakamatsu como artista. Revista Seda estuvo allí para conversar con él. Koji Wakamatsu nació el 1º de abril de 1936 en Wakuya, localidad rural de la prefectura de Miyagi. Tras ser expulsado del colegio secundario, Wakamatsu emigra a Tokio en busca de nuevos horizontes, pero la realidad brutal del mercado laboral del Japón de posguerra le demuestran el poco valor que en ese momento tenía la vida humana.
¿Cómo influyó en Japón la política estadounidense luego de la segunda Guerra y hasta el día de hoy?
Me parece que Japon es un estado más de EE.UU., aunque debo reconocer que la imposición a un Japón pacifista es lo mejor que nos pudo haber pasado.
Tratando de superar ese escenario aunque más no sea desde lo económico, Wakamatsu ingresa en la yakuza (mafia japonesa), trabajando para una familia de la zona de Shinjuku. Esta experiencia tiene saldo negativo pués luego de dos años es apresado, debiendo purgar una condena de seis meses en prisión, según el realizador, un periodo muy dificil de su vida, en el que conoció el abuso de poder y el maltrato. Ansioso de venganza se da cuenta de que el maltrato físico a un oficial de la ley podría devolverlo “adentro”, pero en el cine podría matar a todos los uniformados que quisiera. Así nació su carrera cinematográfica.
Si bien todas sus películas exceden el género, comúnmente se lo cataloga como director de cine Pinku Ega. ¿Por qué eligió este género para comenzar su carrera?
Yo no hago pinku ega, mi cine es diferente. No me considero meramente un director de pinku ega. En un comienzo me definieron de esa forma por una cuestión comercial, pero ahora creo que ya no hay este tipo de comentarios.
Su primer filme Sweet Trap (1963), se erige como un modesto éxito comercial y en los siguientes veinticuatro meses, Wakamatsu filma veinte largometrajes de bajo presupuesto, en los que logra delinear su estilo revulsivo. La marginalidad en los temas y enfoques elegidos por el provocador director, le granjean no pocos problemas con las distribuidoras, es así como los directivos del estudio Nikkatsu, encargados de distribuir Secrets Behind the Wall (1965), deciden boicotear el filme reduciendo su proyección a salas de segunda línea. Sin embargo, un crítico alemán en busca de jóvenes talentos, accede a una proyección y la película es seleccionada para participar del Festival de Berlín.
¿Cómo vivió usted el trascender las fronteras de su país. Tengo entendido que lo hizo en el festival de Berlín y que fue una situación controvertida puertas adentro.
Todos los críticos en Japón estaban asustados o sorprendidos.
Justo para este Festival de Berlín hubo otra productora japonesa que estaba confiada en que ganarían uno de los premios, por lo que llevaron una treintena de periodistas e incluso tenían reservado un espacio en los medios de Japón y, como no fue así, todo ese espacio se dedico a la difusión de mi obra. Fue una fortuna lo que gastaron. En este caso salió así, bien.
Entre las películas seleccionadas para formar parte de la retrospectiva de Wakamatsu en el 10º BAFICI, se encontraba su última producción, The Red Army (2007). Filme que relata la conformación de dicha organización guerrillera y las purgas intestinas que terminaron por quebrarlos. Pero esta no fue la primera vez que los movimientos politico sociales sedujeron al realizador. Todo el cine de Wakamatsu es un cine político, incluso en 1971 filmó la película semi-documental The Red Army:Declaration of World War.
Hay un costado muy político en su filmografía: Me gustaría saber que crítica tiene para la juventud revolucionaria japonesa de la década del ´60 y del ´70.
Más allá de las críticas que tengo para hacer, pienso que en esas décadas la juventud miraba a la sociedad, se interesaba, eran gentes fieles a sus sentimientos. Hoy en día, la juventud está con los juegos electrónicos y en otras cosas.
Que la juventud de hoy sea así ¿No es un reflejo del fracaso de aquella juventud?
Yo opino que fue la política la que fue llevando a la juventud a la sumisión y al ostracismo, para que no se expresen libremente.
La cercanía con varios miembros del ejército rojo acentuaría todavía más la proyección políticamente incorrecta de la figura de Wakamatsu fuera de su país. En 1970 el director viaja a Palestina acompañado de su amigo personal y colaborador artístico Masao Adachi, quien formara parte de la mencionada agrupación.
¿Por qué tiene la entrada vedada a EE. UU.?
Yo me considero un simple director de cine, por lo que no entiendo cómo dos potencias como EEUU y Rusia no me dejan entrar. En el caso de los Estados Unidos infiero que es por mi visita a Palestina, en donde estuve filmando los campos de entrenamiento de la OLP. Calculo que para ellos, eso me liga al terrorismo.
En las películas de Wakamatsu hay tres elementos que suelen asociarse con la idea de redención o con la de expiación, que son el mar, la nieve y la montaña. Uno de los filmes más interesantes al respecto que pudimos ver en el 10º BAFICI fue Cycling Chronicles: Landscapes the Boy Saw
En la película Cycling Chronicles: Landscapes the Boy Saw, ¿Qué es lo que ve el chico en la montaña?
Pienso que no es que ve algo, sino que escapa en la bicicleta hasta el agotamiento. La película es un andar y andar y andar hacia el norte de Japón.
Es como que dejó atrás lo más importante de él, lo dejó atrás para empezar de nuevo buscando el punto norte.
En ese camino aparecen muchos personajes pertenecientes al japon tradicional enfrentados a una modernidad que los traiciono. ¿Era conciente de esto cuando filmaba la película
Yo lo que quería demostrar es cómo la juventud tiene mucha presión en Japón, esto no es de ahora sino que viene de largo, tanta presión que puede marcarte para toda la vida, como los personajes que se cruzan con el protagonista; tanta presión que el protagonista termina matando a su madre con un bate de béisbol, y ahí lo que hace es correr y correr en bicicleta para salir de esta realidad.
¿Cual es su recomendación para los cineastas jóvenes de todo el mundo?
Lo importante es tener una idea, un deseo, tener algo que decir. Eso no depende de que uno tenga los medios económicos o no, tiene que ver con las ganas de hacer. Solo así se pueden hacer películas; solo así se puede transformar la realidad.