Que el cómic es un excelente soporte para el terror se ha demostrado innumerable cantidad de veces, desde los gloriosos cómics de la EC hasta la serie tanque The walking dead, pasando por la edad dorada de Creepy, los mejores títulos del sello Vertigo y la factoría Hellboy con sus varios spin-off. Ya sea en elegante blanco y negro o a todo color, la viñeta acompaña el clima y el golpe de efecto necesario para el género. Constantemente aparecen obras y autores que transitan gozosamente por las tierras más oscuras, pero no son demasiadas las que nacen con el halo de obra de arte. Este es el caso de la serie Harrow County publicada originalmente por Dark Horse y editada en español por Norma.
Gótico americano
Con guión de Cullen Bunn y un apartado gráfico preciosista a cargo de Tyler Crook, Harrow County inicia con el arco argumental titulado “Innumerables seres”, en el que los autores nos sumergen en la zona rural del gran país del norte, en una América profunda que lucha desde la aceptación del cristianismo contra todo vestigio de filosofía natural o pensamiento feérico. Una modernidad que se enfrenta a la naturaleza desbocada y sus sombras.
De alguna manera los autores logran aprehender cierto hálito siniestro, cercano al que nos ha generado hace poco la película The Witch de Robert Eggers, pero matizado por un complejo y magistral tono naïf tanto en la narración como en los limpios trazos de Crook que, lejos de caer en la simplonería nos empujan a los vértices más aciagos de los cuentos tradicionales, aquellos que marcados por la crueldad eran utilizados por padres y abuelas para instruir a los niños en los peligros de la vida.
La decisión de Crook de utilizar acuarelas para colorear el trabajo no solo suma elegancia al aspecto visual, sino que da al contexto natural y a sus “seres” una estética profunda y ominosa.
La narración
“Miedo me da la gente” decía mi abuela y todo buen relato de terror no hace más que confirmar esa percepción.
La historia nos sitúa en la vida de Emmy, una adolescente a punto de cumplir 18 años, a punto de convertirse en mujer, que vive junto a su padre en una granja rodeada de bosque profundo en el Condado Harrow, Carolina del norte.
Emmy sufre pesadillas relacionadas con ese bosque, con un árbol en particular, un retorcido roble de frutos extraños…
Ha comenzado a sentir ciertos cambios en su entorno y en su percepción. Cambios que no puede explicar, pero la comunidad del condado Harrow tiene la mirada atenta a las oscilaciones hormonales de la niña, atenta y temerosa, llena de temor y remordimiento por un secreto del pasado que amenaza con hacer tronar el escarmiento.
La sensación de asedio llevará a Emmy a internarse en ese bosque profundo, a enfrentarse con el secreto que marca su origen y el de todo el condado, pero no estará sola en ese recorrido, “innumerables seres” estarán asechando…