Las trampas del capitalismo. bajas pasiones y ligeros autoengaños que enmascaran miserias profundas o cobardías abisales. La prepotencia del inútil con un puesto, la doble moral de la clase media. El desprecio con que estafamos como sociedad a los ancianos y a los vulnerables. La pulsión de trascendencia anestesiada por la efímera celebridad de las redes. El costado homicida de las democracias modernas. La religiosidad del neoliberalismo pop y el erotismo de mercado son algunos de los temas con que Miguelanxo Prado nos hace reír sardónicamente en este volumen que compila todas sus Quotidianías delirantes.
No por nada el prólogo está firmado por el inefable Paco Taibo II, el maestro coruñés llega a hacer humor del sistema judicial, como una confrontación de estilos entre fiscal y defensor cercana a un encuentro deportivo, en donde se desdibuja la verdad y no es tenido en cuenta el factor humano. La fiscalía arrasa con el brioso uso de una oscura jurisprudencia y logra una condena de treintaicinco años y tres días de prisión para un acusado a todas vistas inocente que, consultado por uno de los periodistas y comentadores sólo atina a decir: “Esto es completamente injusto”, pero la justicia no forma parte de este circo.
El mundo rural se enfrenta a la urbe cosmopolita en una competencia grotesca por la desmesura; vendedores de mascotas genéticamente adulteradas se cruzan con aquelarres acorralados por el fisco. Ciudades distópicas inauguran árboles holográficos en memoria de una naturaleza extinta en unos cortos que, no por graciosos dejan de ser profundamente políticos.
Prado despliega un amargo sentido del humor en los guiones que recuerda emotivamente los mejores trabajos de Quino, mientras que en el apartado artístico recorre todos los estilos gráficos con los que supo influenciar a las nuevas generaciones de creadores.
Título: Quotidianía delirante (Obra completa)
Autor: Miguelanxo Prado
Editorial: Norma
192 páginas