En Vacío Catarina Sobral, autora conocida ya por nuestros lectores elabora una bella fábula. Bella y riesgosa en tiempos de lucha y vindicaciones.
Vacío nos presenta a un protagonista sin nombre que, como el título indica, se encuentra vacío. Esta sensación metafísica se imprime sobre el papel en el libro álbum con un blanco pleno…
Un mal pensado podría decir que se llena de consumo, pero en las páginas siguientes se llena con la observación de las flores, la contemplación del arte y el canto de los pájaros, dejando en claro que el vacío es existencial, se trata de una idea, una percepción posiblemente angustiosa por eso mismo el personaje comienza la historia consultando a un médico.
El relato culmina cuando este señor se cruza con una señorita que también va vacía y entonces ambos sienten un latido, una pulsación. Aquí también, el mal pensado que ya mencionamos, podría hablar de la vieja tradición amorosa ya perimida del amante que se define a partir de su relación con otro, que carga al amado con el peso del sentido, pero los que conocemos la obra de Sobral sabemos que la metáfora del relato es otra, que no se trata de cargar al otro con el vacío propio sino de encontrar el goce de percibir al prójimo, de compartir una experiencia, una vivencia tanto íntima como social… en este sentido es cierto que Vacío puede tener alguna reminiscencia de aquellas viejas canciones de amor, pero lo cierto es que nos abre un nuevo universo de melodías.