Flatuelemental Watson! Dentro del campo del anime todavía hay grandes sorpresas inesperadas. Oshiri Tantei. El detective con un trasero en su rostro, comenzó como un libro infantil y provocó una revolución hasta convertirse en un anime de «cadena nacional». El Detective Culo comenzó en 2011 como un proyecto de Troll, grupo integrado por Yōko Tanaka (1976–) como ilustrador y Masahide Fukasawa (1981–). Popular, es una editora que plantea una revolución a través de los libros para niños. Las temáticas de sus libros, impresionan. De entre toda la maraña ortomolecular surge la luz de la inteligencia deductiva: Un detective que como rostro; tiene un trasero. Cabe destacar que el éxito fue rotundo y desde un musical, llaveros, un cepillo de dientes, rompecabezas o galletitas se paso a una serie animada que provoca gran exito y posee infinidad de seguidores.
El detective y su entorno: antes bien, algunos lo desconocen pero hay mucho desde el ámbito antropológico, espiritual y científico-deductivo, acerca de su magnífica empresa. Desde filósofos de la escuela de Kioto y del híbrido religioso japonés adherimos que así, como el ámbito del cine japonés para adultos (AV) posee «la cara» amateur, en su faceta club-espiritual para «purificarse en desnudez» (similar a las prácticas sintoístas o a la cultura del onsen: para los japoneses, desnudarse en grupo posee un significado, ancestral. Según términos de la antigua tradición al romper una rama de árbol sagrado la pena es enseñarle los genitales a Dios. De este modo, agruparse, en desnudez: purifica; y qué mejor que ganar dinero por ello). No obstante, en especial, prácticas esotéricas budistas indican que el cuerpo del hombre, efectivamente está conformado por podredumbre: entrañas olorosas, orina, y excrementos, entre otros.
Epilogo; La televisión japonesa le preguntó a un extranjero que vive hace 50 años en Japón, que le parecía extraño, el extranjero respondió «He comenzado a lavarme después de usar el baño desde que llegué a Japón, quedó realmente limpio. Los inodoros japoneses tecnológicos promueven la limpieza. Al regresar al exterior, ver la sociedad, y saber que carecen de inodoros inteligentes que permitan dejar sus traseros bien limpios luego de defecar llamo mi atención por primera vez, mire una muchedumbre y los vi a todos caminando con el culo sucio, esa imagen me pareció reveladora».
Posible conclusión: Pareciera, al contemplar la vida actual, que se pensase que las heces aparecen mágicamente y que no el cuerpo es quien convive y camina con un arsenal de putrefacción dentro de si. Como un proceso por admitir y naturalizarse con la realidad, La cultura japonesa del unchi (recordemos «el museo de la caca» famoso en Japón) o El Detective Culo, quien exclama «algo huele raro» como frase célebre, proponen, un umbral de discernimiento frente a las pistas científicas de un caso perdido. Este Sherlock Holmes que lleva un culo de rostro no duda enfrentando al peligro cara a cara, de defenderse no con gas pimienta: una letal flatulencia, es la que utilizará como «special move» en casos que lo obliguen a tomar cartas en el asunto. Los niños japoneses ríen. Y el adulto también. Persona que no solo se divierte, naturaliza al ser en su intima realidad, como solo los japoneses podrían hacerlo. Solo nos quedara ante la necesidad de llamar a un detective permanecer con la fe en un rostro.