Nostalgia de cartulina
Cuando terminó la Serie Seinfeld, con sus personajes en prisión, los fanáticos contaban en la vida real los años a los que habían sido sentenciados con la esperanza de que pasado ese tiempo el cuarteto volviese a las andadas llenando ese espacio vacío que hubieron dejado en la pantalla pequeña. Tras mucho tiempo de negativas los fanáticos de esa serie tuvieron su revancha y fue a lo grande, la séptima temporada de Curb your enthusiasm, de Larry David (HBO) es ese extra, ese retorno que los fanáticos estaban buscando.
Por otro lado, durante casi dos décadas los fanáticos de la más amable sitcom Friends en todo el mundo han estado aguardando, deseando, especulando sobre un posible retorno, ya sea de la serie (poco probable), como especial televisivo o en formato cine. Finalmente, tras tanto tiempo de espera la magia sucedió y el sexteto de amigos más famoso de las últimas décadas coincidieron en un especial financiado por HBO Max titulado: The Reunión, pero lamentablemente no HBO no repitió el milagro.
Mucho se ha escrito sobre cómo afectó el éxito y la sobre exposición a cada uno de los integrantes del plantel, en especial al elenco masculino. Se ha especulado sobre las rencillas personales entre varios de los protagonistas y todo el mundo conoce los golpes difíciles que ha soportado Matthew Perry. Así y todo, en los últimos años recrudecieron los trascendidos sobre una posible producción.
La serie es descripta por sus creadores como el momento en la vida en que los amigos son tu familia y el discurso de por qué no seguir con la ficción es justamente que cada uno de ellos ha superado ese momento, no obstante, es una excusa pobre siendo que casi todo el elenco termina emparentado consanguíneamente y sólo los dementes quedan sin amigos luego de formar una familia. Un encuentro posible en la casa de los Bing/Geller para la cena de acción de gracias habría bastado para un reencuentro del grupo que satisficiera, aunque sea levemente la ansiedad de los seguidores, los niños crecidos podrían haber tenido algún rol que incluso despuntara en un spin off y el elenco original podría haber demostrado la madurez de los personajes, haciendo a su vez la consabida celebración nostálgica por el pasado risueño comparándose con la realidad de sus hijos. En lugar de esto el consabido especial se trata de una manipulación amarga y poco creíble de la melancolía de los espectadores. Se lleva al elenco a los platós reconstruidos y estos se emocionan o fingen hacerlo, en poco más de una hora se cuentan anécdotas que todos sabemos, se pasan escenas de capítulos que todos recordamos, hay una breve sesión de lectura, sobre viejas escenas y una entrevista breve que solo revela las pocas ganas de Perry de participar en esa fiesta. Hacen su breve aparición algunos de los personajes secundarios para “emocionar” a elenco y espectadores, se repite el latiguillo de que en aquellos años fueron una familia y continúan siéndolo, casi para tatuar en la conciencia de los espectadores que los intérpretes son tan “Friends” como sus personajes en la ficción y queda espacio todavía para un ridículo desfile de modas con reproducciones de algunos de los vestuarios utilizados, un especie de cosplay de la tristeza realizado por algunos famosos.
Friends: The Reunion es una experiencia agridulce para los más optimistas; en lo personal un cartón pintado, una melancolía mohosa que confirma las palabras de Sabina cuando canta que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Algo admisible y admirable para un panel en una Comic Con pero patético para un producto de HBO.
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