El oficio de narrador
Extraño oficio es un libro sobre las memorias del que cuenta, el narrador, y sobre la memoria de la sociedad y también sobre los olvidos impensados, los olvidos que laceran o que duelen. Extraño oficio casi empieza con la historia de una mujer que no identificaba a su hija y casi termina con la historia de una hija que recuerda el Alzheimer de su madre. En esa trama se tejen las múltiples historias: las pautas de San Julián, los crímenes a extranjeros, la guerrilla en Cúcuta, la llegada de los bárbaros, los feos, los sucios y los pobres, Tiresias y los ciegos sabios, la mesa de la ventana en el hotel «de» Paulina, Antonio Di Benedetto y un amor que espera, la esquina del universo, la nadadora de las aguas heladas, el señor de los helados, el cine cerca de las vías del tren, el muchacho que habla tres lenguas y vive en el desamparo, Enriqueta Muñiz, la mujer que también escribió Operación Masacre, el olvido de Elvira Orphée y otras.
«Como vemos nada de lo que un escritor crea puede escapar de lo que es», dice Teresa. Y más adelante agrega: «Cruces de la verdad a la fabulación y desde la fabulación a la realidad, porque la ficción es una mentira que se construye para decir una verdad más verdadera que la verdad». Y en la página 135 cita a Wallace Stevens: “lo real es solo la base, pero es la base”.
Andruetto elige estas ideas para retratar el oficio y su libro muestra no solo lo que piensa sobre el arte de narrar (y sobre la vida) sino que también cuenta, lleva a la práctica esa vocación que parte de la realidad para imaginar las vidas posibles y para discutir las vidas reales que no tienen posibilidades de imaginar, la vida de esos que necesitan ser recordados: los bárbaros, los pobres, los desprotegidos.
La autora inserta, con goce, poemas, canciones, recuerdos, infancias, ideas, teorías y reclama derechos y denuncia el océano arrollador del peor olvido: la intemperie.
En este libro de Teresa Andruetto se leen historias que desbordan el sentido restringido de literatura. Con sus problemas, sus horrores, sus fatigas, sus donaciones y sus alegrías la vida insufla el aire que se respira en estas narraciones. Es como si la realidad se disparara y fuera más grande que la crónica y entonces la autora hiciera un esfuerzo para captar el pulso frenético, invisible y enorme de la vida y tratara con estas historias de contarnos eso duro, difícil y feliz que encierran y liberan las diversas formas de vida, los meandros del mundo, la historia y el tiempo. En este sentido, Extraño oficio agranda la crónica y la estira hasta que suelta ese pedazo de vida que se enciende entre el dolor y la alegría, entre el poder de las palabras y el deseo de recordar.