“Sentir nostalgia no es echar de menos. Es tener una presencia, una visita, llegan personas, pueblos de lejos, y te hacen un poco de compañía”- explica don Rafaniello, el judío jorobado que luego de la guerra encontró refugio en el pueblo napolitano de Montedidio, al joven protagonista de la novela. Se trata tal vez de una de las mejores claves para abordar la literatura de Erri De Luca, una verdadera bestia literaria que el próximo marzo visitará por primera vez nuestro país para dar una charla organizada por la maestría en Literatura Creativa de la UNTREF.
De Luca lleva una década deslumbrándome con cada uno de sus libros y, su próximo arribo, desató las consabidas relecturas, comenzando por Montedidio, la primera de sus obras en llegar a mis manos. Una novela iniciática, que trata del paso a la adultez de su protagonista, uno de los hijos de la posguerra. Un paso a la adultez marcado por un nudo en la garganta, por la disfonía sostenida de quién abandonó el tono puro de la infancia sin encontrar aún su propia voz. Habla del descubrimiento del amor, de la identidad del pasado, de las pérdidas que marcan, del aprendizaje práctico de una ética y de la comprensión de un mundo que suele ser injusto pero que, aún así, no carece de belleza.
El protagonista es un adolescente, hijo de estibador, que abandonó los estudios para colaborar en los ingresos de su casa, menguados por la enfermedad de la madre. Trabaja como ayudante de un ebanista, el maestro Errico, en cuyo taller ha encontrado acogida también don Rafaniello, un zapatero jorobado superviviente del holocausto. El contrapunto de estos dos personajes ofrece al chico un modelo ético y una visión de la vida centrales en su maduración.
El maestro Errico, laborioso, honesto y pragmático -napolitano de pura cepa-, es quien le inculcará los valores tradicionales: “Chico, al que habla por la espalda le responden por el culo”. Mientras que don Rafaniello, versado en dolor y en misticismo, convencido de que su joroba encierra unas alas que lo transportaran a Jerusalén, le demostrará que muchas de las contrariedades que nos ocupan en el mundo moderno, no son más que nimiedades que nos enajenan de lo verdaderamente importante: “En mi pueblo se cuenta un chiste: un jinete que no sabe montar a caballo pasa galopando por un campo. Un campesino le pregunta a dónde va, y él, sin dejar de correr, le responde: ‹‹Pregúntaselo al caballo››”.
En cuanto a la educación sentimental, es central el encuentro con María, con quién descubrirá el sexo y la pareja: “María, pregunto, ¿éste es el amor del que se habla en las canciones? ‹‹No››, dice, ‹‹ése es amor de melancolía, un paño de lágrimas y suspiros, una pesadez. Tu amor y el mío es una alianza, una fuerza de lucha››. De Luca construye así un vínculo de muto sacrificio (en el carácter sagrado de la palabra) que dibuja un amor cargado de candor y de vitalidad. Un amor simple, amparado en la convicción de que “El que está solo es menos de uno”.
Erri De Luca trabaja una prosa descarnada y poética que vindica un pasado más simple y más profundo.
Titulo: Montedidio
Autor: Erri De Luca
Traducción: César Palma
Editorial: Akal
142 páginas