Roy está solo en su casa, dejándose arrastrar por el desasosiego de su separación, hoy es su cumpleaños pero prefiere regodearse en su miseria, pertenece a esta nueva adolescencia que en el siglo XXI son los treinta años, no tiene grandes ideales -¿quién los conserva?- ni grandes proyectos; su novia lo dejó y con ella el mundo. Pero, ¿para qué están los amigos? Voz a voz, el PH de Roy comienza a llenarse con las individualidades sordas de cada uno de ellos. Delio, un artista plástico de dudosa trayectoria, desempleado y al que su madre echó de la casa, trae al hombro su pedido de asilo. Franco trae su hipocondría y el miedo de repetir su historia familiar. Mirco y Nahuel aportan su simbiótica relación dominador-dominado, fuera de la cual parecen perder la brújula de su rol social y su lugar en el mundo. Cinco amigos y un secreto.
La puesta de Claudio Mattos es arriesgada, por pequeña, y sale a flote con éxito por su actualidad descontracturada desde la que va tejiendo con mucho humor la problemática de toda una generación, e incluso del mundo moderno.
En la tradición del mejor grotesco porteño, Claudio Mattos encara las diferentes facetas de las relaciones humanas, de la soledad, de la madurez, de la amistad, de la camaradería, de la lealtad, del miedo a hacerse cargo de la propia existencia en un paisaje baldío como lo es la Argentina del nuevo milenio.
Sería difícil concebir un resultado tan logrado que se instale justo allí en el límite que siempre se desdibuja entre lo cómico y lo dramático si la obra no contase con las actuaciones orgánicas y específicas que todo el elenco desarrolla de comienzo a fin. Cada uno de los actores despliega un registro propio, que marca diferencia y funciona con exactitud y a su vez encastra con el del resto de ese grupo de amigos que se conoce ya desde más de la mitad de sus vidas.
En una puesta sencilla y funcional, que pone a disposición un PH donde no faltan truco, libros de autoayuda, asado, peleas, portazos, gritos, insultos, maltratos, palmadas, abuso y confesiones, la pieza aborda esa región de la realidad -habitada por todos- en la que los personajes están ahí diciéndose todo y casi sin poder comunicarse.
PH se estrenó en 2007, cuarto años después, con el peso específico que otorgan los trayectos recorridos, sigue representándose con éxito. El teatro independiente resiste y avanza.
Ficha Técnica
Dramaturgia: Claudio Mattos.
Actúan: Claudio Mattos, Ezequiel Gelbaum, Julián Smud, Jorge Ariel Torres y Javier Pedersoli.
Vestuario: Polonia.
Escenografía: Polonia.
Diseño de luces: Ricardo Sica.
Diseño gráfico: Nicolás Smud.
Dirección: Claudio Mattos.
Todos los sábados a las 21 hs. en Teatro Polonia.
Para reservas: 3965 9549.