¿Recuerdan cuando la plaga zombie no se había extendido? Yo si. La pandemia estaba contenida a un puñado de películas históricas y teníamos suerte si, una vez por lustro, a algún iluminado se le ocurría hacer algo digno.

La última década y media, los controles sanitarios comenzaron a flaquear y los zombies hicieron metástasis, tal como narra Max Brooks en su ficción Guerra Mundial Z. Tanto en la pantalla grande como en la literatura, los comics y, finalmente, la TV, la avanzada zombie adquirió la dimensión de fenómeno pop.

Si bien desde un primer momento la metáfora política y social tras el monstruo parecía erigirlo como el principal candidato a representante pesadillesco de nuestro tiempo, prontamente, muchos de los cultores sentimos que la sobreexposición acabaría derrotando a los no muertos. Lejos de esto, el contagio continuó propagándose de manera exponencial, acumulando centenas de variaciones entre las cuales, hay que decirlo, son pocas las que merecen ser recordadas.

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Probablemente The walking dead sea el producto mediático que más ha contribuido a masificar el interés popular por los redivivos. La franquicia nace de la pluma de Robert Kirkman para la factoría Image comics. El formato serie regular mensual, le da la posibilidad al guionista de extremar los límites de las clásicas historias de supervivencia. El grupo humano liderado por el alguacil Rick Grimes se verá enfrentado, número a número, a una constante y sostenida deshumanización. La pérdida de parámetros sociales terminará edificando una historia en la que los zombies son tan sólo el paisaje, mientras que el núcleo narrativo se centra en el corrimiento sutil que llevará a los protagonistas a asumirse, ellos mismos, como los verdaderos “muertos vivientes”.

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El terreno literario es el que se vio más conmovido y, si bien surgieron aproximaciones más que interesantes como la ya mencionada Guerra Mundial Z de Max Brooks, Descansa en paz del sueco John Ajvide Lindqvist (quien antes se hiciera famoso por Déjame entrar, su escarceo con el vampirismo) o Antirresurrección del español Juan Ramón Biedma; e incluso Cell, la reinmersión en el género de Stephen King (quien ya había hecho historia con la incombustible Cementerio de animales), lo cierto es que la sobreabundancia ha hecho casi imposible desmalezar el escenario, hay sagas enteras dedicadas a la temática zombie, y autores que escriben casi exclusivamente sobre el tema, FanFiction e incluso líneas editoriales completas (entre las que cabe hacer mención de Línea Z de ediciones dolmen: http://www.dolmeneditorial.com/category/linea-z/) que se suman a una infinidad de antologías, entre las que podemos destacar en nuestra lengua El libro de los muertos vivos, publicado por  ediciones Lea y que reúne un buen seleccionado de escritores argentinos abordando el tema desde distintos vértices, Muertos vivientes, una antología realizada por Christopher Golden y publicada por Minotauro en la que confluyen firmas como Joe Hill, John Connolly, Stephen R. Bissette y Mike Carey entre otros y La plaga de los zombis y otras historias de muertos vivientes, realizada por Jesús Palacios y publicada por Valdemar, que cuenta con un excelente ensayo que avanza desde el zombi vudú hasta el no muerto actual y reúne intercalados, relatos de autores tan disímiles como Lafcadio Hearn e Inez Wallace hasta Clark Ashton Smith y algunas destacadas voces del terror contemporáneo.

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En el mundo del noveno arte, sin lugar a dudas el titulo más importante a nivel mundial ha sido y es The Walking Dead, de Robert Kirkman que, no sólo llevo a un nuevo nivel las historias de supervivencia, sino que le dio un gran empujón al género, dejando obsoletos ciertos planteamientos. Pero los no muertos llegaron también a los universos superheroicos. El mismo Kirkman fue quien, tomando la idea inicial de Mark Millar acerca de un universo paralelo en el que los héroes del universo Marvel se habían convertido en zombies y diezmado a la población planetaria (Ultimates FF 21-32), desarrolla la serie Marvel Zombies, que tuvo una buena cantidad de continuaciones. Por su parte DC comics, que ya había coqueteado con el género en la miniserie Batman: Gotham county line escrita por Steve Niles y bellamente ilustrada por Scott Hampton, se dejó arrastrar por la moda en la miniserie Blackest Night, a cargo de Geoff Johns, quien levanta a los personajes fenecidos de las últimas décadas para sembrar un apocalisis zombie que se entronca con su periodo a cargo de la cabecera Green Lantern.

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Pero claramente no son estas las historias más lúcidas relacionadas a los redivivos. Las mismas podrían encontrarse en los arcos argumentales relacionados con el tema en Hellboy o B.P.R.D. las series creadas por Mike Mignola y publicadas por Dark Horse Comics, o en algunas series más cuidadas, como 28 Days Later, de BOOM! Studios, a cargo de Michael Alan Nelson, que narra la continuación del film de Danny Boyle.

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The Goon de Eric Powell que retoma hasta cierto punto la estética de los viejos comics de la EC para generar un escenario pulp, con atmosfera violenta, pero apelando siempre a la comicidad.

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I, Zombie, con guión de Chris Roberson y arte de Mike Allred, que narra la historia de Gwen, una zombie que, para hacerse pasar por viva y conservar su personalidad y sus recuerdos debe comer cerebros humanos al menos una vez por mes, delicatessen que se le ve facilitada por su trabajo de sepulturera, pero con una ligera contraindicación: Con su plato favorito recibe también los últimos pensamientos del difunto por lo que, junto a una variopinta pandilla de extraños personajes intenta cumplir los últimos deseos del occiso de turno.

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Y más actualmente Revival, con guión de Tim Seeley y dibujo de Mike Norton. Un noir rural al estilo de Fargo que narra la historia de un pequeño poblado en Wisconsin en el que, de repente, los muertos vuelven a la vida y se insertan nuevamente en una sociedad que ve “suspendida” su propia mortalidad.

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En el campo de las teleseries destaca, por supuesto, The walking dead. Adaptación que corre a cargo del propio Robert Kirkman, guionista y creador del cómic homónimo. La historia fue trasladada, como todos sabemos, a la televisión por el canal AMC. La tira, al igual que el comic, comienza la narración cuando su protagonista se despierta en un hospital, luego de haber sufrido un accidente y se encuentra en un mundo devastado, en medio del brote apocalíptico, elipsis clásica en el género y que ha generado un primer spin off, lanzado hace un par de meses: Fear the walking dead, serie que narra, finalmente, los inicios de la plaga.

Más allá de esta franquicia, existen otras series dedicadas a la temática zombie de distintas calidades, entre las que podemos destacar la miniserie británica Dead Set, una sangrienta comedia negra a cargo del guionista Charlie Brooker (Black Mirror), que sitúa la acción dentro de un estudio de filmación de Gran Hermano en donde los integrantes de “la casa”, al permanecer aislados de la realidad no han tomado conocimiento de la debacle humana.

In the Flesh, también británica, explora una realidad en la que, luego del brote zombie, la humanidad ha logrado sintetizar una vacuna que revierte el proceso de zombificación. El protagonista de la tira es uno de estos zombies reconvertidos en humanos que vuelve a su pueblo natal para encontrarse con la intolerancia y el segregacionismo de una sociedad que ha mantenido pocas cualidades humanas.

Les revenants, una serie francesa que se aleja ampliamente de los tópicos del género para narrar la historia de un grupo de gente desaparecida físicamente que, un buen día regresa a la vida y a su pueblo del norte de Francia trastocando la cotidianeidad de los que habían aprendido a vivir sin ellos. La serie aborda los diferentes matices anímicos de los familiares y amigos que luego de afrontar la pérdida deben hacerse cargo del inesperado retorno.

Z nation, tal vez la más clase B de las zombie series, se sitúa tres años después del brote y narra, desde la aventura y la comedia negra, la historia de Murphy, un hombre que tras ser inoculado con una potencial vacuna, sobrevive ileso a un ataque de los muertos vivos. Murphy debe ser trasladado por todo el país hasta Nueva York, en donde aún continúa operable un laboratorio de investigación en donde planean sintetizar una vacuna con los anticuerpos que lleva en la sangre.

iZombie, adaptación liviana del comic de Chris Roberson y Mike Allred, narra la historia de Olivia Moore, médica residente de Seattle que tras ser convertida en zombie en una fiesta, logra mantener su identidad alimentándose de sesos humanos, para lo cual toma un empleo en la morgue de la ciudad. Su jefe, el doctor Ravi Chakrabarti comparte su secreto. Al igual que en el comic la protagonista hereda parte de las memorias del occiso cuya masa encefálica almuerza y colabora con la policía en la resolución de los casos.

Helix centra su argumento en un grupo de investigadores del CDC comisionados para investigar un extraño brote viral en una estación de investigación biológica ubicada en el ártico. La ingeniería genética, las corporaciones farmacéuticas, las armas biológicas y la búsqueda de la inmortalidad son los elementos en juego en una serie que coquetea con el tema zombie para abordar una ficción científica conspiranoide.

Death Valley es una divertida comedia policial con formato reality que narra las aventuras de la recientemente formada Undead Task Force, un grupo de élite del Departamento de Policía de Los Ángeles que centra su actividad en el Valle de San Fernando, localidad asediada por vampiros, hombres lobo y muertos vivos.

Podemos apreciar también la aparición de nuestros monstruosos amigos, o sus variaciones, en series de género fantástico como Grimm, Flash, Supernatural e incluso en varios especiales de Los Simpsons.

El largo aliento de las epidemias narradas en la televisión, ha logrado reconfigurar el tenor de las historias llevadas a la pantalla grande. En próximas entregas abordaremos estas nuevas variaciones.

Sobre El Autor

Damián Blas Vives es actualmente es Director de Gestión y Políticas Culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Entre 2016 y 2020 coordinó el Centro de Narrativa Policial H. Bustos Domecq de dicha institución y antes fue Coordinador del Programa de Literatura y editor de la revista literaria Abanico. Dirigió durante una década el taller de Literatura japonesa de la Biblioteca Nacional, que ahora continúa de manera privada. En 2006 fundó Seda, revista de estudios asiáticos y en 2007 Evaristo Cultural. Coordina el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y Rastros, el Observatorio Hispanoamericano de Literatura Negra y Criminal. Ideó e impulsó el Encuentro Nacional de Escritura en Cárcel, co-coordinándolo en sus dos primeros años, 2014 y 2015. Fue miembro fundador del Club Argentino de Kamishibai. Incursionó en radio, dramaturgia y colaboró en publicaciones tales como Complejidad, Tokonoma, Lea y LeMonde diplomatique. En 2015 funda el sello Evaristo Editorial y es uno de sus editores.

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