La ciencia ya nos dijo que tanto en la búsqueda de la partícula elemental como en la exploración de los agujeros negros, toda la materia está constituída por una parte que es vacío. Hay un núcleo, común a todo y a todos, donde la materia ya no existe y es ahí donde nace la energía. El movimiento entre electrones es en espacio vacío. Ahí lo rígido, lo material, para nutrirse a partir del movimiento de ser además vacío.

Luis Vives se presenta ante el mundo como un hombre rígido, fan de las estructuras, las burocracias, con una amplia trayectoria en el Congreso, ejerce la ética del cumplimiento estricto de la norma. Hombre de libros, que se desempeñó en el área Técnica Legislativa y Jurisprudencia Parlamentaria, wow! Pero Luis es géminis -con perdón de los escépticos y no creyentes de los grandes relatos que reconocen las energías que nos constituyen como devenires de las estrellas y el cosmos-; entonces, dónde habita todo el aire geminiano de este hombre de tono grave y bajo, el tono de todos aquellos que pueden hablar con verdadera autoridad, con la certeza de estar seguros. En su obra plástica: Telas industriales trabajadas; intervenidas con acrílico y pintura para telas, algunos retratos sutiles, amables, dulces, melacólicos de mujeres de cofias en texturas puntillistas, floreadas, y tramas que sugieren incluso un posible ánimal print en lugar e cabellos. Escenas que remiten a universos del medio oriente invitan a imaginar fuerzas en movimiento, quizás fuego, que son observadas por formas que sugieren mujeres cubiertas de telas livianas. Un juego contradictorio si tenemos en cuenta la elección de materiales más bien duros y rígidos a la hora de componer la obra. Razgos geométricos e intervenciones con piedras de fabricación industrial, tachas, siempre elementos de origen textil, geometrismos hechos estrictamente con diferentes telas artesanalmente engomadas, que construyen texturas, planos de color y de espacios. En estas obras la dualidad y contraposición de lo rígido y el aire geminiano se desarrolla aun en los diversos universos que construye Luis en estos soportes livianos, libres de bastidores, pequeños formatos por cuyos bordes en trama de tela abierta, hacen respirar a las escenas.

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En los temas que convoca el arte de Luis Vives vemos los universos de la Literatura que lo aborda día a día en su trabajo para la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Relatos fantásticos, policiales, orientales, entrevistas, rostros, formas, figuras, territorios tan diversos como sus autores y sus reflejos en las reseñas. Pinceladas de todos los mundos que habita cotidianamente, volcados en un arte de artesano, que se especializa en materiales concretos que le dan a su obra una identidad común, a pesar de los tan diversos temas y abordajes formales. Una identidad que pareciera reunir los más diversos temas que resultan del consumo inconmensurable a lo largo de la fructífera vida de Luis.

¿Cómo te iniciaste en el arte plástico?

Es algo que desde siempre me acompañó pero, en un principio, de manera ocasional; de tanto en tanto sentía la necesidad de dibujar, de pintar, de transformar algo en otra cosa. De hecho, desde niño, en la escuela primaria – escuela museo de bellas artes- Justo José de Urquiza, que apadrinaba Quinquela Martín, disfrutaba mucho las clases de dibujo y de actividades prácticas. Ya de adulto, me fui familiarizando aún más con la plástica, en particular, y con la expresión artística, en general. Tengo varios amigos artesanos y visito desde hace varios años sus talleres; lo hago con frecuencia y, en ciertos momentos, ello despierta en mí una verdadera tentación, un impulso que no puedo ni quiero reprimir. En lo personal, encuentro una curación en la pintura, algo ciertamente terapéutico y, puedo dar fe de ello; después de haber soportado algo más que un infarto, quince años atrás, la plástica ha operado en mí como un canal de salvación.

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¿Por qué la elección de materiales textiles?

Mi mejor amigo, Charlie Bovó, un artista en todos los sentidos -más conocido como Señor Sombrero-, vive en medio de un taller de artesano, junto a su compañera de toda la vida. Entrar en ese mundo es entrar en laberintos de telas vírgenes y engomadas por él. Retazos y accesorios que me inspiran e invitan a expresarme, no siempre en un mismo sentido, ni de una misma manera. Todo depende del estado del alma, muchas veces condicionado por estímulos externos. Pero, en realidad, no distingo entre materiales; tampoco busco coherencia en ese sentido. Cualquier tela puede llegar a competir con el lienzo tradicional y con cualquier otro soporte, en tanto y en cuanto su trama acepte ser convertida en una expresión subjetiva.

 

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¿Cómo es la elección de temas en tu obra?

Rara vez se trata de una elección, de algo previo, premeditado. En realidad, siento gusto por la expresividad de las manchas, el “tachismo” como pecado original. Recién después aparecen, o van apareciendo, algunas formas que emergen entre improvisaciones de trazos, dando luces y sombras a figuras extrañas que se presentan como oníricas. Suelo trabajar con superposición de dos o más capas de pintura para lograr efectos. Otra cosa son los rostros que imagino e intento parirlos tal cual los veo en otra dimensión.

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¿Cómo vinculás tus trabajos en el Congreso, en la Biblioteca, con tu producción artística?

No los vinculo; en todo caso se vinculan y desvinculan más allá de mi voluntad. Entiendo la pintura como un lenguaje alternativo; nos habla de emociones, de ideas, de influencias y de atmósferas. En lo que hace puntualmente a tu pregunta, sólo puedo decir que mi trayectoria laboral, del mismo modo que todos los perfiles de mi vida, es, y será probablemente, un elemento de peso que se acumula, como los demás, a favor, o no, en la carga narrativa que respira por los poros de un corte de tela, hecho espacio propicio. En otros casos será la música, la prosa, la poesía. Insisto, la pintura es otro lenguaje y, aunque en cierto modo se lo pueda observar y advertir un tanto menos ordenado, reconoce una dialéctica interna. Donde hay una pintura, hay una figuración narrativa. No obstante ello, sí podríamos marcar una diferencia dado que, en principio, las prácticas lingüísticas en la escritura -sus reglas- se imponen, por decirlo de alguna manera, coercitivamente. En el caso de la pintura, importan más las alas que las raíces.

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A la hora de consumir arte ¿qué te convoca?, ¿artistas que te gusten?

Me gusta, en general, todo aquello relacionado con el expresionismo abstracto y el informalismo. El collage, lo fortuito, lo figurativo. Ahora, sintiéndome obligado a dar nombres: Jean Dubbuffet, Jean Fautrier y, fundamentalmente, Georges Mathieu, alguien que, según tengo entendido, habría estudiado filosofía y derecho.

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Más allá de todo lo que te toca leer por tu trabajo, ¿qué te gusta leer?

Ensayos, buena literatura en general… Candela, te voy a recomendar un libro muy interesante que, precisamente, se titula El lienzo, de Benjamin Stein. Por otro lado, teniendo en cuenta la temática de las pinturas que tenés a la vista, por la procedencia de los escritores y escenarios de sus novelas: El oasis, de Bahaa Taher y Los drusos de Belgrado, de Rabee Jaber. También te sugiero leer La familia, de Gustavo Ferreira –un ejemplo de buena literatura con ensayo incluido-. Por último, ya que hablamos de arte en una entrevista, te recomiendo Formas dominantes. Diálogos sobre estética y política, de José Fernández Vega; Vale la pena leer sus entrevistas a Arthur Danto, a Hans Belting, a Thierry de Duve, a Gianni Vattimo y a Slavoj Zizek.

Luis Vives

Luis Vives

Sobre El Autor

Nació en 1986, rata porteña del sur de la ciudad. Trabaja desde hace doce años en Museo Nacional de Bellas Artes, en la actualidad como educadora. Es profesora de teatro y se forma como Docente en Lengua y Literatura.

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