Definir a China resulta una empresa elucubrable solo si uno accede a esta desde la no definición. Tal como observando una pintura China de gran dimensión, resulta difícil percibir algún tipo de marco o limite, en su lugar solo una marisma límpida asoma, en la que todo parece perderse. China parece no ser una cultura integrante entre otras, mas bien nos permite percibir algo como el contar con una plataforma wu wei de contención, en pos de transformar en un espacio donde las demás culturas se estacionen.
Sin entidad, nombre o definición (sin definición para la palabra cultura, lo innato o lo indiscernible) los dragones continúan siendo esculpidos, como quien corrige un manuscrito minuciosamente o evoca la lealtad de Guan Yu.
Hace algunos años fui participe indirecto de un ejercicio fotográfico que me sugirió que la China de la que se habla no es la China que existe. Dicha peregrinación por cuatro lugares me mostró y demostró lo que desde la mayor ignorancia compruebo al encontrar lo que no se ve por los ojos.
Templo Budista
Templo Taoísta
Templo de Confucio
Templo Budista Tibetano