Fotografía de Patrícia Pinto
Jose Luís Peixoto nos hace llegar una selección de su poesía en traducción de Ana Lucía de Bastos. Una posibilidad de conocer a una de las voces más interesantes del panorama actual de la literatura portuguesa.
¿Qué es lo que queda después del derrumbe del logos? ¿Qué sobrevive al declive inevitable del pasado que fuimos y de los que fueron con nosotros? Una búsqueda. Una composición inacabada. Una cadencia alterada. Un negativo fotográfico revelando la captura imperfecta de eso que somos: un juego de luces y claro oscuros.
Lorena Méndez
un día, cuando la ternura sea la única ley de la mañana,
despertaré entre tus brazos. tu piel será tal vez demasiado bella.
y la luz comprenderá la imposible comprensión del amor.
un día, cuando la lluvia se seque en la memoria, cuando el invierno sea
tan distante, cuando el frío responda lentamente con la voz arrastrada
de un viejo, estaré contigo y cantarán pájaros en la baranda de
nuestra ventana. sí, cantarán pájaros, habrá flores, pero nada de eso
será mi culpa, porque yo despertaré en tus brazos y no diré
ni una palabra, ni el principio de una palabra, para no estropear
la perfección de la felicidad.
Poema de A Criança em Ruínas
EXPLICACIÓN DE LA ETERNIDAD
despacio, el tiempo transforma todo en tiempo.
el odio se transforma en tiempo, el amor
se transforma en tiempo, el dolor se transforma
en tiempo.
los temas que juzgamos más profundos,
más imposibles, más permanentes e inmutables,
se transforman lentamente en tiempo.
por sí sólo, el tiempo no es nada.
la edad de nada es nada.
la eternidad no existe.
sin embargo, la eternidad existe.
los instantes de tus ojos detenidos sobre mí eran eternos.
los instantes de tu sonrisa eran eternos.
los instantes de tu cuerpo de luz eran eternos.
fuiste eterna hasta el final.
Poema de A casa, A Escuridão
PALABRAS PARA MI MADRE
mamá, tengo pena. esperé siempre que entendieses
las palabras que nunca dije y los gestos que nunca hice.
hoy sé que únicamente esperé, mamá, y esperar no es suficiente.
por las palabras que nunca dije, por los gestos que me pediste
tanto y yo nunca fui capaz de hacer, quiero pedirte
disculpas, mamá, y sé que pedir disculpas no es suficiente.
a veces, quiero decirte tantas cosas que no lo consigo,
la foto en la que estoy en tu regazo es la foto
más bonita que tengo, me gusta cuando estás feliz.
lee esto: mamá, te amo.
yo sé y tú sabes que podré fingir siempre que no
escribí estas palabras, sí, mamá, tendré que fingir que
no escribí estas palabras, y tu tendrás que fingir que no
las leíste, somos así, mamá, pero yo sé y tú sabes.
Poema de A casa, A Escuridão
el tiempo, súbitamente suelto por las calles y por los días,
como la ola de una tempestad que arrastra al mundo,
me muestra cuánto te amé antes de conocerte.
eran tus ojos, laberintos de agua, tierra, fuego, aire,
los que yo amaba cuando imaginaba que amaba. era tuya
la voz que decía las palabras de vida. era tu rostro.
era tu piel. antes de conocerte, existías en los árboles
y en los montes y en las nubes que miraba al final de la tarde.
muy lejos de mí, dentro de mí, eras tú la claridad.
Poema de A Criança em Ruínas
fingir que todo está bien: el cuerpo desgarrado y vestido
con ropa planchada, rastros de llamas dentro
del cuerpo, gritos desesperados por debajo de las conversaciones: fingir
que todo está bien: me miras y sólo tú sabes: en la calle donde
nuestras miradas se encuentran es de noche: la gente
no imagina: es tan ridícula la gente, tan
despreciable: la gente habla y no se imagina: nosotros
nos miramos: fingir que todo está bien: la sangre hirviendo
bajo la piel igual a los días antes de todo, tempestades de
miedo en los labios sonrientes: ¿será que me voy a morir?, pregunto
por dentro de mí: ¿será que me voy a morir? me miras y sólo tú sabes:
hierros encendidos, fuego, silencio y lluvia que no se puede decir:
amor y muerte: fingir que está todo bien: tener que sonreír: un
océano que nos quema, un incendio que nos ahoga.
Poema de A Criança em Ruínas
la muerte es este bolígrafo que no es mis dedos.
cuchilla, al encuentro con las paredes, explotando.
un hombre
invisible en un campo de cereales.
explotaron cuerpos de pájaros en pleno vuelo,
las palabras se callaron dentro de los gritos,
y también eso es la muerte.
aunque la primavera y los niños,
los libros llorarán piadosamente lágrimas resolutas
y otros cardos que nunca serán mis ojos.
y si hubiere nubes, sí habrán,
resucitará en mis brazos un abismo que
no será el abismo de mis brazos,
y será eso la muerte.
la muerte: escritos, los troncos de los árboles
imposibles de leer.
un hombre
invisible en un campo de cereales.
un día más grande que un mes, un año,
agitando tempestades dentro de las sombras,
como un misterio.
Poema de A Criança em Ruínas
aunque tu estés ahí y tú estés ahí y
yo esté aquí estaremos siempre en
el mismo sitio si cerramos los ojos
serás siempre tú y tú que me enseñarás
a nadar seremos siempre nosotros bajo
el sol tibio de julio y el velo tenue
de nuestro silencio será siempre la
tuya la tuya y la mía la sonrisa cayendo
y gritando de alegría al sumergirnos
en el agua al buscar un abrazo
que no necesita ser dado serán
siempre tuyos y tuyos y míos
los cabellos mojados en la respiración
suave de los parrales siempre las tuyas
y las tuyas y las mías las manos que no
necesitan darse para sentirse
aunque tu estés ahí y tú estés ahí y
yo esté aquí estaremos siempre
juntos en esta tarde de sol de julio
nadando bajo el planear sereno de las
palomas en el tanque poco hondo de
nuestro huerto siempre en el tanque fresco
del huerto que construyeron para nosotros
para que en la vida pudiésemos ser
hermana y hermana y hermano para siempre.
Poema de A Criança em Ruínas
el silencio solar de las mañanas
y la magia cantada de nuestra felicidad,
¿recuerdas, mamá, la sonrisa abierta
de los niños en la paz de nuestro patio?,
la luz filtrada por los durazneros
y la luz más grande y mucho más limpia de mirar,
¿recuerdas, mamá, la seguridad
callada de nuestros abrazos distantes?,
mis hermanas niñas, mi
papá, tu rostro pequeño, niña,
¿recuerdas, mamá, los domingos
con refresco y una gallina desplumada?
tu perra sin raza cuidándonos
y durmiendo quieta en nuestros pies,
¿recuerdas, mamá, cómo murió
cómo acabaron los domingos y las mañanas
para nunca más ser domingo
o mañana en el silencio de nuestro patio?
Poema de A Criança em Ruínas
hay un silencio circunscrito a tu alrededor
y sin embargo tu piel es el silencio
hay una noche que entró dentro de ti
y sin embargo tu interior no es donde
se durmieron los niños es donde se pierden
los ciegos no es donde la luna y las estrellas
es donde lo negro no quiere ser tan negro
existes y sólo eres tu absoluto vacío
un hombre son los hombres que lo acompañan
Poema de A Criança em Ruínas
como no tengo lugar en el silencio donde mueren las gaviotas,
me despido en el océano y dejo que el cielo me conozca.
tal vez la serenidad pueda ser mis manos siendo una
brisa sobre la tierra y sobre la piel desnuda de una mujer.
ese día, esperanza de mañana, podrá llegar y estaré durmiendo.
hoy, soy un poco de algo, soy el agua salada
que permanece en las olas que todo rechazan y expulsan
en la playa. las gaviotas sobrevuelan mi cuerpo vivo. mis
cabellos sumergidos invitan al silencio de mañana, rayos de sol atraviesan
el mar convertido en agua luminosa. aquí, estoy vivo y soy alguien
muy lejos.
Poema de A Criança em Ruínas
quedo sorprendido cuando alguien, por casualidad y casi siempre
sin motivo, me dice que no sabe lo que es el amor.
yo sé exactamente lo que es el amor. el amor es saber
que existe una parte de nosotros que dejó de pertenecernos.
el amor es saber que vamos a perdonarle todo a esa parte
de nosotros que no es nuestra. el amor es ser débiles.
el amor es tener miedo y querer morir.
Poema de A Criança em Ruínas