Leer un libro de Edouard Levé es meterse en una suerte de cubismo literario, de un rompecabezas que una vez terminado no forma una figura definida más allá de la que cada pieza contiene. No se avanza linealmente, podría abrirse en cualquier página y eso no afectaría la lectura. En Obras, su último libro editado en Argentina por Eterna Cadencia, se enumeran 533 proyectos / ideas o gérmenes de ideas que atraviesan diferentes artes y disciplinas, y cuyo orden y ley es el azar.
Si en Autorretrato Levé aparecía en fragmentos pero desde lo autobiográfico, en Obras se haya escondido, oculto hablando sólo a través de las ideas que propone. Estas proto-obras abarcan fotografía, instalaciones, esculturas, películas, libros. Estos proyectos -que pueden ser serios, locuras y chistes, hasta otros que bordean lo snobs- tienen en común que plantean hasta dónde llega el concepto de arte. Lo estiran, lo deforman y lo devuelven con un nuevo rostro. Un culto a lo falso, a lo efímero y lo grotesco. El doble. El otro. El que fue y ya no es. Ideas que bordean el Dadaísmo y los surrealistas, reconfigurados para finales del siglo XX.
Algunos de sus proyectos incluso llevan nombre, por ejemplo:
“Los Desaparecidos. Se hace un film con los rushes descartados de películas en las que solo aparecen personajes secundarios que no figuran en el montaje final. Los diálogos, que organizan el montaje, están ensamblados de tal forma que las decenas de desaparecidos parecen contestarse en conversaciones cuya naturaleza contrasta con la demás incoherencia.”
Levé pone hincapié en cómo los sueños y la imaginación hacen de disparador, son atravesados y dispuestos por el autor, quien finalmente entrega una obra. A su vez, pone el foco en lo subjetivo del arte y su interpretación. Varias de estas ideas hayan su eje en partir de un mismo lugar, darle el mismo concepto a varios artistas, y ver cómo las obras finales se emparejan y contrastan. Es ahí, en lo subjetivo como apropiación del artista de un concepto donde se encuentra la potencia del trabajo. Se parte del mismo lugar, pero se arriba a otros diferentes. A su vez, se aprecia cómo el análisis de una obra, una descripción de un crítico de dicha pieza llevada a otras manos no devuelve algo similar.
Se podría tratar de plantear de la siguiente manera:
Concepto. Autor. Obra. Análisis de esa obra que sirve de referencia para una nueva obra en otras manos.
También podemos encontrar ciertas obras cuya fuerza radica en a la nimiedad organizada, lo cotidiano cómo grandeza. Ver qué llevaban en los bolsillos personas que fueron halladas muertas. Jugar con “podríamos ser nosotros”. Qué encontrarían en mis bolsillos.
Plantea cosas extra obra, la manera en que se coloca el cuadro que contiene a la obra, de qué forma muestra, el orden como alteración en el recinto de exposición y la relación con otras obras. Levé demuestra un interés en tratar de ver qué consideramos arte, hasta dónde podemos llegar en su nombre y nuestra manera de relacionarlos con el mismo.
¿Dónde se encuentra la grandeza? podría ser la pregunta que estas 533 obras nos dejan.
Algunas de estas ideas, tomadas del libro o no, han sido llevadas a cabo. Incluso por él mismo.
El resto esperan su oportunidad.
Título: Obras
Autor: Edouard Levé
Editorial: Eterna Cadencia
Traductor: Matías Battistón
160 páginas
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