DEDICACIÓN
El proceso de catalogar y organizar la colección de las obras de mi madre, supuso mi verdadero desafío emocional, pero el mayor esfuerzo aún fue hallar las palabras adecuadas para describir a la persona que más profundamente me influyó en mi vida. Quizás la siguiente composición escolar escrita a la edad de 12 años exprese en forma más eficaz el cariño y admiración que siempre he sentido por ella:
Mi Madre
Mi madre es la mejor madre en el mundo. Me quiere tanto como Papá Noel quiere a los niños.
Ella siempre me compra cosas y cocina la comida que a mí me gusta comer, cualquier cosa que me hace feliz. Cuando necesito apoyo o ayuda ella está ahí para hacerme sentir mejor.
A veces ella se enoja, pero a todos pasa eso de vez en cuando. Pero sé que no le gusta enojarse.
La ves siempre escribiendo o trabajando fuerte, leyendo un libro sobre sicología o la mente, o haciendo lo que ella ama y hace muy bien… la pintura.
Ella no es perfecta, tiene sus fallas también, pero no obstante, yo la quiero muchísimo.
Con estas palabras dedico esta galería virtual a la persona que hizo que yo fuera la persona que soy ahora, y la mejor artista que he conocido en toda mi vida.
Sobre La Artista
Joan Barbara Wahl nació el 25 de marzo de 1947 en la ciudad de Nueva York, USA. Hija de dos inmigrantes húngaros, Charles Wahl y Susan Fulop, Joan se crió en el lado este de Manhattan, asistiendo a varios colegios privados y públicos. Pasé muchísimo tiempo con su melliza idéntica, Virginia, conocida como «Ginny». Desde pequeña quedó cautivada por las bellas artes, más específicamente la pintura. Dotada de una curiosidad insaciable y una interminable pasión para todas cosas artísticas e intelectuales, y con una sensibilidad estática nata y una creatividad vibrante, la joven Joan poseía todos los atributos para llegar a ser una gran artista.
Fundamental es su decisión de seguir la carrera de artista fue su estancia de 14 años en la Argentina, que la marcó profundamente. La Argentina supuso un verdadero vuelco en su vida porque fue allí donde descubrió su vocación artística. Una mujer mudándose a un país muy distinto, sin conocimiento del idioma, y viviendo sola, fue algo raro y más si tenemos en cuenta que la Argentina era un país machista en los 60. Joan Wahl se encontró repentinamente en un lugar donde tas bellas artes eran fomentadas simultáneamente y altamente respetadas por el público, pero a la vez reprimidas por un gobierno militar que ignoraba los derechos humanos, censuraba la libertad de opinión y auto-expresión, y sacrificaba la vida de miles de ciudadanos, muchos de ellos artistas, escritores e intelectuales.
Desafortunadamente, muy pocas de sus primeras obras siguen existiendo, por razones desconocidas, salvo algunos dibujos que demuestren un interés creciente en la figura humana, formas geométricas y unos intentos en la media de collage. En 1971, Joan conoció a Luis Maggi, quién constituyó el mayor amor de su vida. Luis era un escritor e intelectual, y en él, ella encontró un apoyo incondicional para su arte y un hombre con quién podría hablar sobre temas como la sicología, la metafísica, y todas tos temas que le despertaban interés En 1974, Joan tuvo a su único hijo, Esteban, y en 1979, después de una separación irreconciable, regresó junto con Esteban a Nueva York, donde dedicaría el resto de su vida a su arte y su hijo.
Los últimos 22 años de su vida Joan Maggi vivió en Nueva York, USA, los primeros 17 en la gran manzana y los últimos cinco en los Hamptons en Long Island, en el pueblo artístico de Sag Harbor. Esos años fueron los que ella dedicó mayor esfuerzo a su arte y por ese motivo fueron los años más prolíficos de su carrera. Fundamental en su desarrollo como artista fue su tiempo estudiando en Art Students League of New York en la calle 57t, específicamente su aprendizaje con el internacionalmente reconocido artista Knox Martín, quien ella misma dijo tuvo la mayor influencia e impacto en su trayectoria como artista.
Durante sus años estudiando en la Art Students League, Martín le enseñó los fundamentales de la pintura figurativa, la forma humana, y también el uso de color, que después fueron dos de los fuertes de ella como pintora. Los últimos años de los 1980 fueron los años más prolíficos en cuanto a la cantidad de obras producidas. Junto con los últimos cinco años de su vida, cuando por fin estaba en condiciones económicas que la dejaron dedicarse a nada más que a su arte, cuando antes siempre tenía que mantener un trabajo full-time, criaba a su hijo, estudiaba pintura y muchas noches pintaba toda la noche, las únicas horas que le quedaban. La verdad que me cuesta entender cuándo o si bien lograba dormir algo. Pero era a la noche que ella estaba lúcida, inspirada v conectada son su arte.
En mediados de los 80 empezó a mostrar sus obras, pero no tenía la mentalidad para auto-promoción y marketing, y le costaba mucho poner un precio a sus obras, a las cuales ella denominaba «pequeños pedazos de su alma». Cada venta le resultaba un mix agridulce, creando sentimientos co-existentes de auto-afirmación y aceptación y a la vez, un vacío irreemplazable Como la mayoría de sus colegas en aquel momento (es más discutible hoy en día) a ella le interesaba casi exclusivamente crear sus obras, no la venta de las mismas. Muchas veces afirmaba que no llegaría a ser reconocida y famosa hasta después de su muerte, como casi todos los artistas famosos en la historia.
Joan Maggi falleció, de complicaciones de cáncer, el 14 de enero de 2001, dejando al mundo un legado de más de 600 obras para disfrutar, e imágenes de muchísimas más obras, que debido a la falta de una situación económica favorable que le hubiera dejado guardar todo sin problemas, fueron luego repintadas, o por algún otro motivo, perdidas. Esta galería virtual ha sido creada como homenaje a ella, para que el mundo la conociera y para que su arte tan hermoso e impactante pueda ser compartido por todo el mundo. Que la disfruten. Te quiero mamá para siempre.